Rublo devaluado
En econom¨ªa, y en particular ante los mercados financieros, los eufemismos duran poco. El esfuerzo del Gobierno ruso en camuflar la gravedad de la crisis y suavizar el etiquetaje de las terapias ha sido contraproducente. La desconfianza es ahora mayor que la v¨ªspera del d¨ªa en que se anunci¨® ese plan de choque en el que se ampliaba la banda de fluctuaci¨®n del rublo. El colapso de los cajeros autom¨¢ticos, las urgencias en cambiar rublos por d¨®lares, la continua fuga de capitales, han sido algunos de los efectos. La mayor¨ªa de los rusos no s¨®lo es hoy m¨¢s pobre que la semana pasada, sino que los efectos favorables que en el corto plazo se presumen a cualquier devaluaci¨®n se ven cuestionados. A la rigidez de las compras al exterior y de la atenci¨®n al servicio de la deuda externa se a?ade un mercado debilitado para las exportaciones por la crisis asi¨¢tica. Anticip¨¢ndose a las previsibles dificultades del sistema bancario, el Gobierno ha decidido crear un pool de doce entidades que, en colaboraci¨®n con el Banco Central, refuercen las medidas de emergencia. Un prop¨®sito de efectos dudosos mientras no se restablezca la confianza en la estabilidad monetaria. ?sta es la otra gran lecci¨®n asi¨¢tica: la presunci¨®n de debilitamiento adicional en el tipo de cambio prolonga la situaci¨®n de interinidad y con ella la desconfianza en las entidades bancarias. El apoyo exterior tampoco puede ser un paliativo para la crisis. Rusia ha dispuesto de un singular respaldo de la comunidad internacional cuya continuidad es hoy m¨¢s problem¨¢tica. No es f¨¢cil justificar la concesi¨®n de nuevos recursos financieros a un Gobierno que es m¨¢s diligente en el incumplimiento de su deuda que en obligar al cumplimiento de las obligaciones fiscales a esa selecta generaci¨®n de fortunas nacidas en las proximidades del poder. Parece llegado el momento de que el apoyo al presidente Yeltsin se base en decisiones expresamente orientadas no s¨®lo al saneamiento de las finanzas, sino al del perverso entramado institucional sobre el que se asienta esa singular econom¨ªa.
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