Los guardianes del fuego Cientos de personas luchan todo el a?o contra los incendios y para prevenirlos
VERANO 98Miguel Lorente estudi¨® para ser administrativo. Consigui¨® un empleo y estuvo un mes enterrado en papeles en una oficina m¨¢s bien oscura. Acab¨® sugiriendo a su jefe que se buscase otro, porque ¨¦l se iba, y volvi¨® al aire libre. Ahora se pasa seis meses cada a?o luchando contra el fuego con sus compa?eros de ret¨¦n. De julio a octubre se dedica a las tareas de extinci¨®n, y de octubre a diciembre, a las de prevenci¨®n. M¨¢s de 400 personas hacen el mismo trabajo en toda M¨¢laga, un trabajo arriesgado, irregular, mal pagado y sin embargo important¨ªsimo para la conservaci¨®n de las 440.000 hect¨¢reas de monte de la provincia, que representan casi la mitad de su superficie. Los retenes est¨¢n formados por ocho o nueve hombres que, mientras dura la temporada alta de los incendios forestales, y si no est¨¢n apagando alg¨²n fuego, pasan largas horas patrullando por la monta?a, o haciendo guardias eternas en el Centro de Defensa Forestal, en este caso el de Ronda. Suele tratarse de gente de la comarca, criada en el campo. Los m¨¢rgenes de edad son amplios, oscilan entre la veintena y la cincuentena; para unirse al ret¨¦n se les pide una buena condici¨®n f¨ªsica y amplio conocimiento de su entorno, y se les ofrecen cursos por ordenador para completar su formaci¨®n. Las clases les sirven para desempe?ar mejor sus funciones y para mejorar su seguridad, pero no para ascender ni para cambiar de trabajo, se?ala Antonio Cantero, que con la de este a?o lleva 14 campa?as. Para empezar, tienen trabajo fijo s¨®lo un semestre, durante el que ganan unas 140.000 pesetas mensuales. Luego viene la incertidumbre, la ayuda de 50.000 pesetas al mes y el "buscarse las habichuelas como se pueda", que incluye labores agr¨ªcolas, alba?iler¨ªa y, en general, mucha econom¨ªa sumergida. Y esto sin hablar del riesgo que corren, a temperaturas alt¨ªsimas, en primera l¨ªnea de fuego, y cobrando un plus de peligrosidad de menos de 2.000 pesetas. ?Les cunde el trabajo? "No es que cunda mucho, pero no hay otra cosa", se resigna Antonio. Seraf¨ªn Ortega, que est¨¢ en su primer a?o, apostilla: "Hay que ir ara?ando lo que se pueda". A Antonio le arde la sangre cuando piensa que nadie tiene conciencia del valor de su trabajo, particularmente los pol¨ªticos. "Nos dan muchas felicitaciones cuando apagamos un fuego, pero luego se olvidan, y nada m¨¢s". Tienen un aspecto impactante en esos momentos: vestidos con trajes ign¨ªfugos amarillos y llevando cascos con luces en la frente, parecen un cruce de minero y astronauta. Todos insisten en que lo fundamental es el trabajo en equipo y la coordinaci¨®n. Fernando R¨ªos, que es jefe de brigada, y que tiene la funci¨®n de dirigir la labor de los retenes, explica: "Cada incendio es un mundo. Hay que tomar decisiones nuevas cada vez, teniendo presente que lo primero es la seguridad del personal, y que todo puede cambiar en cinco minutos. La comunicaci¨®n debe ser perfecta".
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