Viciosa impone la ley
El atleta espa?ol gana con facilidad la final de 5.000 y Pancorbo conquista la plata
Isaac Viciosa ten¨ªa la carrera en la cabeza desde hace tiempo. Sab¨ªa que los 5.000 metros se reducir¨ªan esencialmente a un trote lento y una batalla en los ¨²ltimos 600 metros, la mejor noticia para una atleta que viene de los 1.500 con una marca de 3.30 minutos. En esas condiciones s¨®lo pod¨ªa temer a un rival de caracter¨ªsticas similares y en el mismo estado de forma. Ese rival no existe en Europa. Viciosa aprovech¨® su calidad natural como mediofondista para ganar el oro y atemperar su disgusto por su ausencia en los 1.500. Manuel Pancorbo, otro veterano de la media distancia, alcanz¨® el segundo puesto, m¨¢s o menos como se consideraba en los pron¨®sticos. El ¨²nico que fall¨® fue el alem¨¢n Baumann, el m¨¢s respetado por los espa?oles. A Baumann le peso como un yunque su participaci¨®n en los 10.000 metros. Con 35 a?os, no est¨¢ para grandes trotes. Fuera de los espa?oles apenas hay espacio para los dem¨¢s atletas europeos en los 5.000 metros, una carrera que los africanos han convertido en una planeta particular. Su poder de disuasi¨®n es tan alto que viejas potencias como el Reino Unido, Alemania e Italia han abandonado la prueba de facto. Los espa?oles han encontrado un territorio propicio, favorecido por la floraci¨®n de mediofondistas que se han trasvasado con ¨¦xito a la distancia superior. Viciosa es uno de ellos, quiz¨¢ el m¨¢s inexperto, pero el de mayores condiones naturales.
Su lugar estaba en los 1.500. O eso pod¨ªa deducirse de sus marcas: 3.30 minutos en dicha distancia y 7.29m en 3.000, r¨¦cord de Europa por otra parte. S¨®lo Est¨¦vez y Cacho pertenecen a la misma cuadrilla, pero el tercer puesto de Viciosa en los Campeonatos de Espa?a le retir¨® del equipo de 1.500. Pero sus condiciones eran perfectas para la t¨ªpica carrera de 5.000 metros en los Campeonatos de Europa, donde no hay et¨ªopes ni kenianos, donde predomina la cautela, donde el n¨²mero de enemigos es limitad¨ªsimo.
Viciosa apenas conoce los secretos de la prueba de 5.000 metros. No le hac¨ªa falta. Estaba convencido de que ser¨ªa una carrera lenta, que no es lo mismo que una carrera t¨¢ctica. Esto de la t¨¢ctica tiene que ver con la conveniencia de tal o cual, con un juego de naipes, donde nadie sabe las cartas del rival. Ahora mismo esa relaci¨®n de tahures con la carrera es imposible. No hay gente con la suficiente categor¨ªa como dictar las reglas de la carrera. La mayor¨ªa son atletas de poco cr¨¦dito que pasan grandes dificultades para asomarse a los 13.15 minutos. En esas condiciones, no se puede pensar en nadie con capacidad para mover la carrera a su antojo. Este tipo de pruebas van lentos porque casi todos son lentos.
Que los espa?oles est¨¢n un pelda?o por encima de los dem¨¢s, es cosa sabida. Viciosa es el ejemplo m¨¢s evidente. Sin apenas bagaje en el 5.000 gan¨® ayer el Campeonato de Europa. Simplemente hizo valer el peso de la l¨®gica. ?Cu¨¢ntos atletas est¨¢n en condiciones de hacer 53 segundos en la ¨²ltima vuelta? S¨®lo Viciosa. Realiz¨® 54 segundos, pero fue suficiente.
Hab¨ªa temor a Baumann, el respeto que se merece cualquier atleta que tiene un palmar¨¦s de primera categor¨ªa. Gan¨® la medalla de oro en los Juegos de Barcelona frente a todos los africanos y aquel episodio figura entre las grandes sensanciones de los Juegos del 92. Se le tem¨ªa tambi¨¦n por replicar las caracter¨ªsticas de Viciosa: procede del medio fondo y dispone de una velocidad considerable en los ¨²ltimos metros, donde habitualmente se reparten las medallas en Europa. Pero Baumann lleg¨® a la final de 5.000 con un doble castigo: su intervenci¨®n en los 10.000 y una edad que comienza a lastrarle. Excepto por un amago al paso por los 2.000 metros, Baumann fue un factor lateral en la carrera.
La lentitud presidi¨® la prueba. Nadie impuso sus condiciones. Unos porque no pod¨ªan. Otros porque no quer¨ªan. Sobre todo Viciosa y Pancorbo. Los parciales abundaron en la idea previa de Isaac Viciosa. El primer kil¨®metros en 2.48 minutos; el segundo, en 2.44m, justo en el momento en el que irrumpi¨® Baumann. Lo hizo tan a destiempo, con una convicci¨®n tan escaso, tan contrario a su estilo natural, que aquello son¨® favorablemente a los espa?oles. Si a Baumann no le gustaba un ritmo tan lento es que se encontraba en un estado p¨¦simo.
Como no hab¨ªa manera de modificar las condiciones, cualquier maniobra se pospuso hasta los ¨²ltimos 500 metros. Pancorbo, que tiene algunas batallas encima, no hab¨ªa abandonado nunca los primeros puestos y estaba con la mosca. Viciosa ten¨ªa el plan de la carrera con mucha anterioridad. "Todo en el ¨²ltimo 400". As¨ª que progres¨® desde el vag¨®n de atr¨¢s y se coloc¨® junto a Pancorbo, el irland¨¦s Carroll y el franc¨¦s Essaid. Siempre por la segunda calle, para evitar distracciones y alg¨²n codazo, Viciosa supo en aquellos momentos que la victoria era suya. S¨®lo estaba obligado a convertir su capacidad en el 1.500 en una garant¨ªa en el 5.000.
A Viciosa le result¨® sencillo. El cansino tran tran no le hab¨ªa supuesto ning¨²n desgaste. Se sent¨ªa fresco para hacer pesar su velocidad. Su ataque se produjo a falta de 250 metros, en el mismo momento en el que Carroll y Pancorbo se desembarazaban del franc¨¦s Essaid. El resto fue de manual: el m¨¢s r¨¢pido no encontr¨® oposici¨®n alguna. Era Isaac Viciosa. Pancorbo se encontr¨® con m¨¢s problemas. No dispone de la punta de rapidez de su compa?ero y adem¨¢s se encontr¨® con la oposici¨®n de un irland¨¦s, con lo que eso significa de tenacidad. Carroll pareci¨® superado en la curva, pero Pancorbo iba con el dep¨®sito en rojo. Comenz¨® a cabecear de un lado a otro. "Estaba angustiado porque pensaba que ven¨ªan todos detr¨¢s de m¨ª". S¨®lo le amenazaba Carroll, tan gripado como el espa?ol. Fue un duelo angustioso entre dos atletas que buscaban el segundo puesto de una manera ag¨®nica. Por delante, Viciosa entr¨® a todo gas, sin problemas, conforme dictaba la l¨®gica. Por detr¨¢s, Pancorbo resisti¨® a duras penas, pero resisti¨® y conquist¨® el segundo puesto. Oro m¨¢s plata. Estaba en el gui¨®n y al atletismo espa?ol le sabe a gloria.
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