Una comedia gazmo?a

?Se trata de ocultar con hipocres¨ªa, disimular el terror que nos produce cuando se hace p¨²blico el dram¨¢tico balance provocado por la inseguridad vial en nuestras carreteras? Las cifras nos estremecen por igual a todos los pa¨ªses desarrollados, suponen dolor personal y familiar, arrastran no s¨®lo p¨¦rdidas de vidas, sino miles de heridos, muchos de ellos de car¨¢cter irreversible, tanto desde el punto de vista f¨ªsico como ps¨ªquico, con sus costes sociales y econ¨®micos, estos ¨²ltimos alrededor del 2% del producto interior bruto (PIB). Son el lamentable resultado de una comedia gazmo?a en Circulaci¨®n y Tr¨¢fico. Es para no estar satisfechos con anuncios de descensos en los accidentes de circulaci¨®n en t¨¦rminos absolutos; debemos tener en cuenta las 4.034 v¨ªctimas mortales que supuso un incremento del 0,9% en el a?o 1997. Este a?o, las cifras no ofrecen expectativas de alivio, y por ello debemos reflexionar y buscar medidas eficaces para reducir la inseguridad vial y las cifras de muertos en nuestras carreteras, dejando a un lado el obsesivo efecto sancionador por considerar que no act¨²a eficazmente en la reducci¨®n de los accidentes.

Considero positivo mantener la inversi¨®n en mejorar las carreteras, se?alizaciones m¨¢s claras, eliminaci¨®n de tramos peligrosos, mejora de los firmes, iluminaci¨®n durante la noche, etc¨¦tera. El Estado, que tiene la competencia exclusiva en esta materia, ha olvidado por completo tomar conciencia clara del causante de los m¨¢s graves siniestros en nuestras carreteras. Me refiero al producto "potencia + velocidad".

Recuerdo un art¨ªculo del director general de Tr¨¢fico cuando ensalzaba logros y anunciaba lo por hacer en lo referente a construcci¨®n de veh¨ªculos y a la incorporaci¨®n a los mismos de elementos de seguridad. Continuaba culpando a conductores y peatones de no tener una actitud adecuada, e imputaba -con sobrada raz¨®n- al factor humano la causa inmediata de la mayor¨ªa de los accidentes que se producen.

A todo esto, me pregunto: si el Estado reconoce que el factor humano en un autom¨®vil es imprudente, ?c¨®mo pasa por alto y consiente poner una m¨¢quina de 1998 cent¨ªmetros c¨²bicos, que desarrolla una velocidad de m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora, en manos de imprudentes?-