El Bar?a se refugia en los penaltis
En la intimidad, en silencio, sin molestar, como si de un furtivo se tratara, el Bar?a levant¨® el Gamper. Ni el marco ni tampoco el f¨²tbol invitaban a la jarana, a levantar los brazos y reivindicar el nombre, muy discutido durante la pretemporada. No est¨¢ hoy el equipo para grandes actos. El colectivo de Van Gaal actu¨®, al fin y al cabo, acorde con el trofeo, devaluado aunque patrocinado, y con la noche, bochornosa. Es presa el Barcelona de la tristeza, de la melancol¨ªa, del recuerdo.Fue una jornada tan clandestina que los penaltis resultaron como una bendici¨®n. El di¨¢logo de los porteros tuvo m¨¢s valor que el transitar de los delanteros durante una hora y media. Mal asunto. Estuvo el partido muy encallado y si no hubo bronca fue porque no hab¨ªa hinchada, sino turistas, que en verano acuden al Camp Nou como quien se deja caer una tarde por los toros, e igual les da aplaudir a Hesp que a Luis Enrique, pues visten la zamarra de Lo Pelat o de Ronaldo. Gente que anda generalmente muy lejos del estadio, vac¨ªo ahora de f¨²tbol, reducido a pieza de museo, de visita.
Los partidos pasan con la misma resignaci¨®n que se desgrana el rosario. No hay manera de levantar el ¨¢nimo. Ni el reencuentro con el gol le sirvi¨® ayer al equipo azulgrana para gobernar un partido sin tensi¨®n, pues la zaga le dej¨® otro d¨ªa vendido, a merced del contrario.
El tanto que meti¨® Rivaldo fue, al fin y al cabo, uno de los pocos pasajes dignos de retener. Entr¨® Cocu desde el carril del volante izquierdo por el pico del ¨¢rea, toc¨® hacia atr¨¢s para la llegada r¨¢pida de Luis Enrique y el centro del asturiano lo cabece¨® el brasile?o al segundo palo.
El cuerpo del encuentro, por lo dem¨¢s, fue melanc¨®lico cuando no esperp¨¦ntico. Zetti se trag¨® un gol y Hesp qued¨® retratado en un libre directo, en el que el portero holand¨¦s estaba tan descolocado como la barrera mal puesta, de la misma manera que Adiel atrap¨® el empate en un robo de un bal¨®n corrido sin sentido en la l¨ªnea de medios azulgrana.
Y ya no hubo m¨¢s que faltas, c¨®rneres, fueras de banda y, como de costumbre, un ejercicio de voluntarismo de Figo, un despliegue f¨ªsico de Sergi y determinadas apariciones de Rivaldo. Puesto que el grupo no tiene din¨¢mica de equipo, hay que pararse en las individualidades, mirar a Zenden lo bien que se estira, evaluar a Cocu, pulsar a Rivaldo, pensar que, puestos en su sitio, motivados y alegres, a buen seguro que pueden darle vida a un Barcelona presa del des¨¢nimo, acomplejado y que languidece a cada partido. Jugar al paso result¨® una bendici¨®n para el Santos, que nunca se vio obligado a un gran esfuerzo defensivo y pudo dar salida a su juego ofensivo. El l¨ªder del campeonato brasile?o jug¨® muy a gusto ante la falta de desborde, la excesiva lentitud del Bar?a, sin variedad de recursos en ataque est¨¢tico. A los brasile?os les zarandearon un rato en el ¨²ltimo tramo del primer tiempo y en el primero del segundo. No pasaron mucho agobio.
Nada nuevo por el Camp Nou. El Bar?a acude de mala gana al encuentro de la Liga, aunque en su favor est¨¢ que a partir del domingo no cuenta el juego, sino los puntos, y el grupo de Van Gaal fue el curso pasado el mejor recaudador.
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