Conflictivo desde su aterrizaje
El 15 de julio de 1997, los aficionados rojiblancos que hab¨ªan acudido al aeropuerto madrile?o de Barajas para recibir a la nueva estrella del Atl¨¦tico de Madrid pudieron ver de cerca el gesto malhumorado de Christian Vieri a su llegada de Italia. El ex delantero de la Juventus trat¨® de zafarse de periodistas y curiosos y s¨®lo en la calle se le arrancaron unas palabras: "El Atl¨¦tico es un buen equipo. El presidente se ha gastado mucho dinero. Espero que todo vaya bien. Non capisco, non capisco", dijo antes de subirse al autom¨®vil que lo esperaba. Era el primer gesto desabrido de este bolo?¨¦s de 25 a?os, que hab¨ªa costado 2.600 millones de pesetas, y cuyos conflictos en el seno del club del Manzanares se har¨ªan conocidos.En Italia, Vieri se quej¨® de los m¨¦todos de preparaci¨®n del entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, Radomir Antic, que juzgaba blandos. Luego, se enfad¨® con la prensa, a la que culp¨® de malinterpretar sus palabras. Ya en enero de este a?o, el jugador colchonero, nunca muy dado a hablar con la prensa, no descartaba su marcha del club, pese a existir una cl¨¢usula de rescisi¨®n de 8.000 millones de pesetas hasta el 30 de junio del 2001.
?spero con sus compa?eros, fr¨ªo con la grada, nunca muy dado a hablar con la prensa, los rumores sobre su descontento en Espa?a crecieron cuando el 31 de enero se autoexclu¨ªa de la expedici¨®n rojiblanca a Vigo, pese a haber sido convocado por Antic, alegando molestias musculares. Pero fue con el entrenador Antic, a quien calificar¨ªa de poco inteligente y mala persona, con quien el car¨¢cter fuerte de este jugador alcanz¨® los roces m¨¢s virulentos. Cuando el pasado 3 de mayo el Mallorca ganaba por 2-1 al Atl¨¦tico en el minuto 65 de partido, Antic decidi¨® sustituir a Vieri por Pantic. El italiano no pudo tolerarlo e increp¨® al entrenador: "No ves lo que pasa en el campo; est¨¢s loco, hijo de puta".
Al d¨ªa siguiente, el presidente Jes¨²s Gil anunciaba la sustituci¨®n de Radomir Antic por Arrigo Sacchi; parec¨ªa que Vieri, al que tan s¨®lo se le impon¨ªa una sanci¨®n econ¨®mica, era intocable. Luego, Antic denunciar¨ªa los privilegios del jugador, como divo consentido que se permit¨ªa sustraerse a la disciplina del equipo y a las normas del vestuario.
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