Un secuestro para llamar la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica
La odisea que vivi¨® en aguas de Mozambique Jos¨¦ Luis Pedrosa, un pescador gallego de 45 a?os, tuvo m¨¢s que ver con el hecho de estar en el ojo del hurac¨¢n que por las artes de pesca que practicaba en diciembre de 1988 su barco, el Cauder¨¢n. Su presencia en este pa¨ªs motiv¨® que la tripulaci¨®n se convirtiera en objetivo de la Renamo (Resistencia Nacional Mozambique?a). As¨ª, los marineros fueron secuestrados durante cuatro meses para llamar la atenci¨®n de la opini¨®n internacional.La mala suerte quiso que, estando de faena, el Cauder¨¢n embarrancase junto a la costa mozambique?a. Y sus tripulantes tuvieron que pasar 45 d¨ªas trabajando a destajo para conseguir sacarlo. Justo la noche que acabaron, y mientras esperaban la marea propicia para zarpar, comenz¨® todo. "Nos despertaron r¨¢fagas de ametralladoras contra el casco", cuenta Pedrosa.
Cinco marineros espa?oles, m¨¢s el capit¨¢n, fueron capturados. S¨®lo qued¨® a bordo el cocinero. Junto a 20 guerrilleros de la Renamo fueron obligados a recorrer a pie la distancia entre la costa mozambique?a y Malaui. Unos 1.500 kil¨®metros de selva, que cruzaron en 25 d¨ªas. "Con el reloj de uno de los compa?eros calculamos una media de ocho kil¨®metros por hora", explica Pedrosa.
Un trayecto que no fue de rosas precisamente. "Andabas todo el tiempo en tensi¨®n", dice. "A lo mejor pasabas por un charco y hab¨ªa cocodrilos o te dec¨ªan "vete por el bordillo porque si pisas el centro a lo mejor hay minas". Y resume su experiencia as¨ª: "Viv¨ªamos como primitivos". La mayor parte del secuestro la pasaron Pedrosa y el resto de marineros en Malaui, esperando la intervenci¨®n de la diplomacia espa?ola.
Aun as¨ª, Pedrosa sufre cierto s¨ªndrome de Estocolmo. No puede evitar hablar bien de sus secuestradores: "Se preocupaban por darnos de comer, aunque no hubiera para ellos. Pi?as, papayas, lo que hubiera. Incluso monos".
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