El cad¨¢ver exquisito
La intenci¨®n es lo que cuenta, y el que hace lo que puede no est¨¢ obligado a m¨¢s. ?stos son los lemas por los que se rige la vida del productor de Diana y Dodi, un romance real, impresionante reconstrucci¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas de la princesa del pueblo con que nos obsequi¨® Tele 5 la noche del viernes. Impresionante, porque no se hab¨ªa visto algo tan malo desde que Paul Verhoeven rod¨® Showgirls. Tan malo y, al mismo tiempo, tan fascinante, pues el horror que desprend¨ªan las im¨¢genes imped¨ªa al espectador cambiar de canal. Si lo hac¨ªas, sab¨ªas que pod¨ªas perderte una cutrez superior a la anterior, y las posibilidades de pasarlo bien ante el televisor no son tantas como para desperdiciarlas.Dicen los anglosajones que hay pel¨ªculas tan malas que son buenas. Es el caso de Showgirls y de Diana y Dodi, un romance real. La ¨²nica diferencia entre ambas es meramente econ¨®mica. Mientras la primera cost¨® un ojo de la cara, la segunda exhibe uno de los presupuestos m¨¢s rid¨ªculos de la historia del cine: las localizaciones son m¨ªnimas y ni uno solo de los lugares de ensue?o que aparecen en la magna obra es el que figura en el r¨®tulo explicativo.
Diana y Dodi, un romance real comienza con una persecuci¨®n de la princesa a cargo de los terribles paparazzi por las calles de Palma de Mallorca. Qu¨¦ lujo, piensa uno, el desplazarse a las Baleares para una secuencia de dos minutos de duraci¨®n. Pero enseguida descubrimos que casi todo est¨¢ rodado en Mallorca, aunque los r¨®tulos pongan cosas como Malib¨² (jurar¨ªa que es Dei¨¤), Pakist¨¢n (?la estaci¨®n de S¨®ller?), Bosnia (Diana llega en un avi¨®n en cuya puerta se lee la palabra "cerrar" y se sube a un jeep con matr¨ªcula de Madrid), Cerde?a (?por qu¨¦ todos los barcos del puerto llevan bandera espa?ola?) o Par¨ªs ( cabinas verdes con el logotipo de Telef¨®nica).
La supercher¨ªa es tan evidente que la diversi¨®n llega de forma espont¨¢nea. Si a esto se suman unos actores que no se creen lo que dicen , una direcci¨®n fascinantemente burda y la aparici¨®n de una enana que se supone que es la madre Teresa de Calcuta, tendremos una de las experiencias audiovisuales m¨¢s divertidas de los ¨²ltimos a?os.
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