Gran Victorino

Una excelent¨ªsima corrida llev¨® Victorino Mart¨ªn a la plaza de toros de Bayona. Las figuras, que no quieren torear esos toros, ellos se lo pierden. Victorino ha conseguido producir una clase de toro que, siendo de una embestida genuina marca de la casa, alcanza una boyant¨ªa de muchos quintales. Nada mejor que exponer lo que el cuaderno de notas iba dictando, al son de la mano que casi miraba el recorrido de los toros en la arena. Anotamos en el primer toro: se revuelve como una luz, pero al trapo, de manera noble. Embiste de pel¨ªcula, aunque hay que hacerle las cosas bien. Un buen toro. Segundo toro, gran arboladura, algo escurrido, iba al toque por los dos pitones. Acab¨® con la boca cerrada. Tercero: un poco chico, anovillado, ensillado. Algo blando. Embiste que se come el vuelo de la muleta. No tan bravo como los anteriores, pero un buen toro. Cuarto: con muchos pitones, algo blando. El mejor toro para el caballo. Otro buen toro. Acaba con la boca cerrada. Menos fuerza que el primero y el segundo. Iba muy bien por dos pitones. Hab¨ªa que aguantarle. A ese toro se le dio una sentid¨ªsima vuelta al ruedo, por un p¨²blico respetuoso y entregado a la labor que ese toro hab¨ªa ejercido momentos antes en la arena roja de Bayona. Quinto, un toraco enorme, de 563 kilos de peso. El picador le dio una gran vara. Pose¨ªa menos calidad que los cuatro restantes, pero tambi¨¦n fue un buen toro. El sexto y ¨²ltimo: ten¨ªa dos pu?ales como pitones. Algo blando. El pit¨®n derecho era buen¨ªsimo. Por el izquierdo hab¨ªa que consentirle mucho. Otro gran toro. Se le dio la vuelta al ruedo con la misma parsimonia y entrega y belleza como si en ese momento estuviera Marcel Proust y su s¨¦quito viendo al toro dar la vuelta por el aire de la tarde francesa.Con esos toros hab¨ªa que estar en torero. Los tres matadores lo intentaron. El franc¨¦s St¨¦phane Fern¨¢ndez tore¨® con bastante calidad a su segundo toro. Instrument¨® buenos derechazos, abierto al comp¨¢s y naturales de parecido corte, con el a?adido algunos otros citados de frente. Por hacer las cosas bien trat¨® de matar al toro en el centro del ruedo y adem¨¢s a recibir. Lo que pasa que esa suerte es muy dif¨ªcil y no consigui¨® culminarla.

El Tato tuvo el error de dejar que su picador se ensa?ara con su primero. El p¨²blico no le perdon¨® eso y cuando en el quinto toro quiso torear, lo consigui¨®, pero sin redondear el trabajo.

Pep¨ªn Liria estuvo hecho un Jabato, sobre todo en su ¨²ltimo toro porque lo mat¨® como hay que matar , con un gran volapi¨¦.