McGwire bate el r¨¦cord de "home runs"

Desequilibrados por la incertidumbre provocada por los apuros de su presidente, la monta?a rusa de Wall Street, y una ola fresca de amenazas terroristas, los norteamericanos han buscado refugio esta semana en la nostalgia de uno de los s¨ªmbolos m¨¢s queridos de su identidad nacional. En la noche del martes, Estados Unidos se paraliz¨® para ver un partido de b¨¦isbol entre los Cardinals de Saint Louis y los Cubs de Chicago. El inter¨¦s se centraba en el jugador n¨²mero 25 de los Cardinals, Mark McGwire, que intentaba batir el r¨¦cord de home runs en una sola temporada establecido por Roger Maris, el jugador de los Yankees de Nueva York que hizo 61 en 1961.Con la familia de Maris en el p¨²blico, McGwire registr¨® su home run n¨²mero 62 en su segunda oportunidad de la noche, pas¨® a ocupar su puesto en la historia deportiva del pa¨ªs y di¨® a sus compatriotas un nuevo ¨ªdolo que les puede conectar con los grandes heroes del pasado, como Babe Ruth, Joe Dimaggio, y Lou Gehrig. McGwire, un corpulento y humilde pelirojo que parece sacado directamente de las monta?as del Estado de Montana, tiene un aspecto que se acopla casi perfectamente con el concepto del h¨¦roe norteamericano.

El home run hist¨®rico de McGwire, de 34 a?os, no fue el m¨¢s bonito de su carrera, pero si fue el m¨¢s dulce, para ¨¦l y para el p¨²blico en el Estadio Busch de Saint Louis: el clamor de aplausos dur¨® m¨¢s de once minutos mientras McGwire lo celebraba tanto con su compa?eros de equipo como con sus adversarios. Entre las im¨¢genes inolvidables de la noche figuran el beso de McGwire a su hijo Mathew, y el abrazo potente entre McGwire y Sosa, que no dej¨® de aplaudir a su adversario durante toda la celebraci¨®n.