Los comunistas se ofrecen a salvar Rusia con un Gobierno aceptable por la Duma
Bor¨ªs Yeltsin sigue devan¨¢ndose los sesos en busca de un relevo a V¨ªktor Chernomirdin, rechazado ya dos veces por la Duma como candidato a primer ministro ruso. Entrada ya la noche, el presidente segu¨ªa sopesando nombres y f¨®rmulas, una de ellas la de presentar una troika en la tercera y definitiva prueba para que la C¨¢mara elija. Entretanto, Guennadi Ziug¨¢nov aseguraba que los comunistas est¨¢n dispuestos a dirigir la compleja maniobra para sacar a Rusia de la crisis. Su f¨®rmula es un Gobierno de "confianza popular" responsable ante el Parlamento.
El programa ofrecido por Ziug¨¢nov en un mensaje "al pueblo de Rusia" de reminiscencias sovi¨¦ticas propone la nacionalizaci¨®n de "sectores estrat¨¦gicos vitales", aunque "apoyando a cualquier clase de propiedad y de gesti¨®n econ¨®mica encaminada al aumento de la producci¨®n". El Estado se reservar¨ªa, adem¨¢s, el monopolio sobre la exportaci¨®n de las materias primas y la energ¨ªa y sobre la importaci¨®n de tabaco y alcohol.El l¨ªder comunista promete recuperar conquistas de la URSS perdidas en el penoso tr¨¢nsito hacia el capitalismo, como trabajo para todos, sanidad y educaci¨®n gratuitas y vivienda barata. Ese mundo feliz, cuya factura no dice Ziug¨¢nov c¨®mo se podr¨ªa pagar, incluir¨ªa, por supuesto, el pago de los atrasos salariales y exigir¨ªa "restaurar el orden" y librar una "feroz batalla contra el crimen organizado y la corrupci¨®n en el aparato del Estado". Hasta la propia URSS podr¨ªa renacer como "uni¨®n de pueblos basada en la amistad y la buena voluntad".
La mejor prueba de que el l¨ªder comunista no conf¨ªa en que un Gabinete de ese tipo pueda ser resultado de las actuales negociaciones es que ha convocado a las masas para sumarse a una protesta nacional, el pr¨®ximo 7 de octubre, bajo consignas como "Paso a un Gobierno de confianza popular" y "Que dimita Yeltsin". La renuncia del presidente, que no da muestras de que est¨¦ pensando en dejar el Kremlin, es tambi¨¦n el prerrequisito del general Alexandr L¨¦bed, gobernador de la regi¨®n siberiana de Krasnoyarsk, para asumir la "pesada carga" de sacar a Rusia del caos. Una empresa para la que no parecen faltar voluntarios.
Ayer fue un d¨ªa repleto de rumores y propicio a la confusi¨®n. Yeltsin se reuni¨® en su residencia campestre de Gorki-9 con Chernomirdin y el ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov, lo que dispar¨® las especulaciones de que este ¨²ltimo tal vez no fue del todo sincero el martes cuando asegur¨® con rotundidad que nunca aceptar¨ªa ser primer ministro.
Luego, Yuri Luzhkov se reuni¨® con Chernomirdin y el jefe de la administraci¨®n presidencial, Valent¨ªn Yum¨¢shev. Tras varios desmentidos, fue el propio alcalde de Mosc¨² quien confirm¨® la cita, pero a?adi¨® un poco de pimienta a la salsa del desconcierto cuando dijo que el candidato a dirigir el Gobierno volver¨ªa a ser Chernomirdin, al que ya descartaba la mayor¨ªa de los analistas. El ex ministro comunista Yuri Masliukov y el secretario del Consejo de Seguridad, Andr¨¦i Kokoshin, fueron tambi¨¦n protagonistas de encuentros reales o fantasmas, sin que Y¨¦gor Str¨®yev, presidente del Consejo de la Federaci¨®n, quedara descartado del todo. Hasta el propio L¨¦bed, al que estos d¨ªas se ha llegado a comparar con Franco, segu¨ªa cotiz¨¢ndose en las apuestas. Pero la clave s¨®lo la tiene Yeltsin, que en abril se empecin¨® en mantener al desconocido Sergu¨¦i Kiriyenko hasta que la Duma se pleg¨® a sus deseos por temor a ser disuelta.
Los diputados siguen guardando una carta bajo la manga para intentar mantener sus sillones: el juicio pol¨ªtico al presidente por "cr¨ªmenes" como el desencadenamiento de la guerra de Chechenia, la destrucci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica o el bombardeo del Parlamento en octubre de 1993. De acuerdo con la Constituci¨®n, la C¨¢mara no puede ser disuelta en el plazo de dos meses si el proceso de destituci¨®n est¨¢ abierto, y para lograrlo hacen falta los votos de 300 de los 450 diputados.
Subida del rublo
Entretanto, el rublo experimentaba ayer una espectacular recuperaci¨®n respecto al d¨®lar, tan ins¨®lita como antes hab¨ªa sido su ca¨ªda libre. Pero no se apreci¨® una inmediata reducci¨®n de los precios, disparados hasta el extremo de amenazar de hambre f¨ªsica a quienes tienen que sobrevivir con devaluadas pensiones o sueldos que a veces cobran con muchos meses de retraso.La situaci¨®n es especialmente cr¨ªtica lejos de Mosc¨², en las regiones donde es m¨¢s palpable el peligro de escasez ante un invierno terrible. Algunos gobernadores est¨¢n ya tomando medidas de emergencia, sin consultar con Mosc¨², para garantizar los abastecimientos y controlar los precios. Las medicinas escasean en los hospitales, en muchos de los cuales no se puede garantizar una alimentaci¨®n digna a los pacientes.
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