"Las multinacionales no dejar¨¢n una f¨¢brica sin ir a por ella"
Manuel Clavero Ar¨¦valo tiene 72 a?os y fue ministro de Regiones y Cultura en dos Gobiernos de Adolfo Su¨¢rez. Fund¨® un partido, Unidad Andaluza, que no lleg¨® a las urnas. Tambi¨¦n fue rector de la Universidad de Sevilla.Manuel Clavero Ex ministro de UCD y catedr¨¢tico de Derecho Administrativo Manuel Clavero Ar¨¦valo es recordado por su dimisi¨®n como ministro de Su¨¢rez, al oponerse a que Andaluc¨ªa accediera a la autonom¨ªa por la v¨ªa lenta. Piensa que la comunidad lleva un retraso en infraestructuras de dos siglos y parte de una situaci¨®n dif¨ªcil para competir en Europa.
Manuel Clavero tiene un curr¨ªculo pol¨ªtico y profesional de m¨¢s de tres folios. Catedr¨¢tico de Derecho Administrativo, tambi¨¦n est¨¢ en la memoria reciente de Andaluc¨ªa por ser el ejecutor, v¨ªa judicial, del ¨²nico intento de reforma agraria de la Junta. Ahora es el presidente de uno de los grupos del Foro Andaluc¨ªa, Siglo XXI, en cuya constituci¨®n intervino como portavoz de todos sus miembros. Pregunta. ?Qu¨¦ opina de las cr¨ªticas al foro de IU y PP porque se crea tras 15 a?os de autonom¨ªa? Respuesta. El foro surge mirando al futuro. No se trata de hacer un balance, sino de aportar ideas a medio y largo plazo. Las personas que en ¨¦l figuraban del PP son muy valiosas, precisamente en el grupo que yo dirijo: Andaluc¨ªa en el mundo. P. Usted fue un miembro activo de los comienzos de la autonom¨ªa andaluza, ?ha dado los frutos que esperaba? R. Ya podr¨ªamos hablar casi de 20 a?os de proceso auton¨®mico entre la preautonom¨ªa, el Estatuto y las elecciones. Dir¨ªa que s¨ª. Si se le preguntara a los andaluces si renuncian a la autonom¨ªa, y que sigan los vascos y catalanes con la suya, yo creo que se negar¨ªan. P. En los ¨²ltimos a?os ha surgido un cierto desorden auton¨®mico. Los socialistas catalanes, por ejemplo, piden un pacto de Estado para avanzar en el federalismo. R. A mi manera de ver, pasar de un Estado de las autonom¨ªas a uno federal exige una reforma de la Constituci¨®n. Las ideas federales -que para llevarlas por una l¨ªnea pactista, tendr¨ªan que contar con la voluntad expresa de todas las comunidades- son palabras mayores. Las t¨¦cnicas federalizantes, sin embargo, son perfectamente compatibles con la autonom¨ªa y eso s¨ª que no necesita ninguna reforma. P. ?Y un pacto de Estado para acabar con los agravios? R. Es viable, pero veo que los intereses son muy distintos. Los catalanes dicen que pagan m¨¢s al Estado de lo que reciben y que a los andaluces les ocurre lo contrario. ?sta es la consecuencia de que Andaluc¨ªa tenga unos niveles muy inferiores a los de Catalu?a. Y por cierto, quiero decir, ahora que hablamos del nuevo siglo, que en el XVIII no era as¨ª, y me alineo con el pensamiento de Blas Infante de que el subdesarrollo andaluz no es una idea esencial de Andaluc¨ªa, sino coyuntural. Por tanto habr¨ªa que analizar por qu¨¦ ha dejado de tener la participaci¨®n en la riqueza nacional que tuvo en el siglo XVIII. Los andaluces tenemos que ser conscientes del retraso. Aunque Andaluc¨ªa ha mejorado mucho su nivel, no lo ha hecho en el r¨¢nking y sigue siendo de las ¨²ltimas. Es muy dif¨ªcil romperlo, porque la industria est¨¢ muy asentada en Francia o Alemania, y se mueven por multinacionales. P. En Andaluc¨ªa no hay. R. Me preocupa much¨ªsimo el entrar en Europea con un sistema de libre cambio y sin aranceles. Porque yo pregunto: ?Est¨¢n los empresarios andaluces preparados para luchar all¨ª y resistir la competencia de ellos aqu¨ª? Las cifras que veo son determinantes para pensar que nos van a conquistar. En estos d¨ªas se est¨¢ hablando de la venta de una importante empresa andaluza a una holandesa, tambi¨¦n se produjo la venta de Cruzcampo. Tenemos que reflexionar mucho sobre lo que supone la entrada en el euro con el siglo XXI. P. ?Tienen los empresarios que tomar un papel protagonista? R. A veces se les ve como un enemigo, pero el mundo pasa en este momento por un sistema de libre mercado, donde el empleo y el desarrollo dependen de la empresa. Los empresarios tambi¨¦n tienen que tomar conciencia, lo que ocurre es que hay unos retrasos muy dif¨ªciles de cortar: por ejemplo, que nuestro aceite se transforme o se comercialice fuera. La idea que yo tengo es que la actividad transformadora en Andaluc¨ªa tenga tanta importancia cuantitativa como le corresponde en Espa?a, que es el 17%. P. Parece que cuando una empresa andaluza es puntera, vende. R. Saben que est¨¢n sometidas a una gran competencia. Necesitamos un capital o una tecnolog¨ªa que con empresas familiares es muy dif¨ªcil conseguir. O hacen un plan de alianza, pero sin perder el poder en la empresa (que no pase a otras manos), o nos conquistan. Y hasta ahora ha sido as¨ª. Pero mi mensaje es que Andaluc¨ªa en otras ¨¦pocas ha estado en porcentajes de la producci¨®n de riqueza muy superiores a los que ahora puedan tener el Pa¨ªs Vasco o Catalu?a. Aunque pensando en el futuro, me gustar¨ªa hacer un estudio de las inversiones p¨²blicas en Andaluc¨ªa en los siglos XIX y XX, es decir, qu¨¦ porcentaje de inversi¨®n ha hecho el Estado en hospitales, carreteras o ense?anza en comparaci¨®n con la que ha hecho en Catalu?a. No para buscar el agravio, sino para preguntarnos por qu¨¦ este cambio que se ha producido en Andaluc¨ªa desde el siglo XVIII, ?hasta qu¨¦ punto no ha sido tambi¨¦n fruto de una pol¨ªtica de inversiones? Porque el desarrollo depende de inversiones. Por ejemplo, hasta la segunda mitad del XX no se han creado en Andaluc¨ªa escuelas superiores de ingenieros y arquitectos, o facultades de econ¨®micas. Y para el desarrollo tambi¨¦n es fundamental la formaci¨®n. P. ?Por qu¨¦ cree que en estos dos siglos Andaluc¨ªa fue castigada con menos inversiones? R. Probablemente porque careci¨® de peso pol¨ªtico. Por ejemplo, el desastre de Cuba coincide con el nacionalismo catal¨¢n y vasco, y esto tuvo un gran peso en la pol¨ªtica nacional. No podemos olvidar el papel que jug¨® el proteccionismo en la ca¨ªda de la siderurgia en Marbella y en El Pedroso. En Espa?a ha habido cuatro grandes proteccionismos: el trigo de Castilla, el carb¨®n de Asturias, la siderurgia del Pa¨ªs Vasco y la textil de Catalu?a. Ese proteccionismo no fue bueno para Andaluc¨ªa. P. En Andaluc¨ªa se est¨¢ hablando mucho del turismo, mientras cae la industria. R. Me parece muy bien el turismo y el deporte, pero nuestro gran desaf¨ªo est¨¢ en el sector secundario, donde hay un estrangulamiento y una gran explosi¨®n en el terciario (banca, turismo, comercio, etc¨¦tera). Eso es una econom¨ªa que dif¨ªcilmente puede desarrollarse. Producir con tecnolog¨ªa requiere una gran inversi¨®n, y los que est¨¢n establecidos en Alemania, Francia, etc¨¦tera, no dejan que se ponga aqu¨ª una f¨¢brica sin que vayan a por ella. Es decir, llevamos un retraso del que es dif¨ªcil salir. P. Dentro de Andaluc¨ªa, la competencia entre las provincias est¨¢ creciendo cada vez m¨¢s. R. Desgraciadamente, estas rivalidades son un gran enemigo del andalucismo, aunque comprendo lo que tira la tierra chica. Hay que hacer una acci¨®n pol¨ªtica, psicol¨®gica y propagandista de acercamiento, desde el deporte a lo econ¨®mico. Tambi¨¦n hay que invertir en Andaluc¨ªa con un criterio equivalente, que en estos ¨²ltimos a?os se ha echado en falta. Incluso, una pol¨ªtica de dispersi¨®n de centros, en el sentido de que cada provincia andaluza sea la sede de una instituci¨®n importante de Andaluc¨ªa. P. ?La conversi¨®n al andalucismo de los partidos en los ¨²ltimos a?os ha desvirtuado su esencia? R. La gran diferencia entre el proceso de autonom¨ªa de la II Rep¨²blica y el de la Constituci¨®n de 1978 es que en 1933 los partidos de derechas, y tambi¨¦n el socialista, jugaron en contra de la autonom¨ªa cuando se quiso hacer el Estatuto. En la Constituci¨®n de 1978, la idea de democracia estuvo muy ligada a la autonom¨ªa. Por otro lado, el andaluz se siente andaluz y espa?ol, es decir, no es excluyente. Traducir este sentimiento en las urnas es muy dif¨ªcil. P. Me refiero, por ejemplo, a que t¨¦rminos como "hecho diferencial" no se hab¨ªan usado en Andaluc¨ªa hasta el a?o pasado. R. Sin haber idea de nacionalismo excluyente, los partidos consideran premiadas en las urnas su defensa de Andaluc¨ªa. No s¨®lo es un hecho diferencial la lengua, el subdesarrollo es una gran diferencia. La idea de deuda hist¨®rica de d¨®nde nace si no es de que los niveles de infraestructura y desarrollo est¨¢n por debajo de la media nacional, por eso metimos en el Estatuto la disposici¨®n adicional segunda. P. Se le recuerda especialmente por dimitir de un gobierno de UCD al negarse a que Andaluc¨ªa caminara por la v¨ªa lenta hacia la autonom¨ªa, ?c¨®mo ve esos hechos con la perspectiva de los a?os? R. Me ratifico en la dimisi¨®n. Aunque era una aventura que pudo ser mala para m¨ª, me sali¨® bien, porque aunque mor¨ª pol¨ªticamente, ayud¨¦ a que naciera Andaluc¨ªa. Lo tengo como una gran satisfacci¨®n, porque cuando dej¨¦ el ministerio las encuestas dec¨ªan que el refer¨¦ndum del 28-F se perd¨ªa en todas las provincias menos en Sevilla, y aquellos latigazos que dimos con la dimisi¨®n o la huelga de hambre lo cambi¨®.
"Me ratifico en la dimisi¨®n: aunque mor¨ª como pol¨ªtico, ayude a que naciera Andaluc¨ªa"
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