Mejoras para un concurso

Hay diversos hitos en la historia del concurso de quesos de Ordizia, enmarcados dentro de sus Euskal Jaiak. Esta feria naci¨® al calor de la fundaci¨®n de la villa en 1268, y se reconoci¨® como privilegio a mediados del siglo XVI, generando desde tiempo inmemorial concursos en torno al campo y la caba?a. Pero s¨®lo desde 1962 hay constancia documental de la celebraci¨®n del concurso de quesos. El premio consisti¨® entonces en 250 pesetas. En 1973, comienza la nueva etapa y se establece para el a?o siguiente la denominaci¨®n vigente: concurso de quesos de leche de oveja latxa elaborado artesanalmente por pastores. El movimiento renovador de la cocina de los 70 da un impulso definitivo al concurso. Y en 1980 comienza a celebrarse tambi¨¦n la subasta ben¨¦fica cuyo primer adjudicatario del medio queso txapeldun fue Juan Mari Arzak (desde 1992, presidente del jurado) por la que hoy suena como irrisoria cantidad de 12.000 pesetas y que en aquel momento fue un bombazo. Otros momentos b¨¢sicos de su historia han sido la asunci¨®n de la responsabilidad de organizaci¨®n por la Cofradia del Queso y la informatizaci¨®n del concurso desde 1995. Las novedades de esta edici¨®n han sido la transmisi¨®n en directo del certamen a trav¨¦s de Internet y la superaci¨®n una vez m¨¢s de la cifra r¨¦cord en la subasta: 580.000 pesetas que pag¨® un supermercado de la zona por la pieza ahumada elaborada por la familia P¨¦rez de Albeniz de Eguino. Propuestas de mejora Est¨¢n lloviendo propuestas para lograr un mayor perfeccionismo del concurso dentro del alto nivel que ya ha alcanzado. Muchas de ellas pasan por la creaci¨®n de la Casa del Pastor (Artzai etxea) o Museo del Queso o como se le quiera llamar. Reconocidos gastr¨®nomos optan por promover al calor de la prueba un certamen internacional de quesos de alto nivel. Otras propuesta, lanzada por ese enamorado del queso que es el c¨¢ntabro Zacar¨ªas Puente, pasa por dar m¨¢s importancia al segundo y al tercer premio. Alg¨²n queso que debi¨® de estar en la recta final de la prueba no pudo hacerlo (solo se eligen dos por mesa) y sin embargo otro con sospechosas grietas cavernosas no debiera haber pasado a esta fase. En el jurado hay mucha gente t¨¦cnica y algunos nombres famosos (que dan mayor relumbre a la fiesta) que necesariamente no son unos expertos. Por eso, como en las corridas de toros, tal vez sea conveniente que el que juzga, el presidente en aquel caso, tenga las ayuditas pertinentes como las que ofrecen en el curso de la lidia el asesor taurino y el veterinario. Alg¨²n pa?uelo verde siempre es necesario sacar a tiempo.