Ruido contra el mundo

La Guardia Urbana de Barcelona impuso, de enero a julio de este a?o, 3.214 multas a motocicletas por ruidos excesivos. Un tercio (1.087) en el ¨²ltimo mes citado. Y es que con el buen tiempo salen a la calle los expertos en ruidos contra el mundo, gente cuyo ¨²nico objetivo es armar bulla y que se note que llevan un bicho entre las piernas y "nada en otras partes", para decirlo en expresi¨®n de un lector airado porque, afirma, lleva dos meses durmiendo en perpetuo sobresalto. Hay siete infracciones posibles relacionadas con el ruido. Los motoristas (algunos) las infringieron todas. Los guardias pararon a 2.565 motos porque el veh¨ªculo hac¨ªa "ruido excesivo". Media docena de amigos del brooom brooom fueron sancionados por dedicarse a dar vueltas a la manzana "molestando al vecindario". Esta actividad, dar vueltas sin ton pero con todo el son, se convierte en cr¨®nica en las peque?as poblaciones veraniegas. En Cubelles, mozalbetes de edad claramente inferior a la que marca la ley circulan rompiendo t¨ªmpanos de residentes incautos con las llamadas motomierdas, motos que han servido para que un lector elabore la teor¨ªa seg¨²n la cual cuanto m¨¢s mierda es la moto, m¨¢s ruido hace. Hasta hace cuatro d¨ªas, estos mismos muchachuelos y otros de edad suficiente aparcaban con el motor en marcha en una plazoleta. Los vecinos tuvieron que recoger firmas para que el Ayuntamiento se enterara. Hasta 15 quejas quedaron recogidas durante el mes de agosto en el contestador de esta columna por ruidos in¨²tiles e innecesarios hechos por motos en zonas habitadas. Una lectora, de Barcelona, cree que el Ayuntamiento es permisivo con estos "seres inc¨ªvicos" porque es el primer generador de ruidos y cita entre otros los que hacen los autobuses y los camiones de la basura. Desde el Ayuntamiento se niega la afirmaci¨®n y se muestran las estad¨ªsticas, que sirven de escaso consuelo a quienes uno d¨ªa y otro soportan el sonido del aceler¨®n de la marcha forzada sin necesidad (194 multas por este motivo), de quienes circulan con el escape de gases libres (63 multas) y de quienes anulan la acci¨®n del silenciador (apenas nueve sanciones). Un lector remata: Barcelona es una ciudad donde no hace falta aire acondicionado, basta con abrir la ventana. Los motoristas b¨¢rbaros, que no son todos los que van en moto, son un atentado ecol¨®gico.Los lectores se quejan del ruido de algunas motos.

TEJEDERAS