La visita de los "vampiros"
Dormimos pl¨¢cidamente y golpean la puerta de la habitaci¨®n. F¨¦lix y yo pensamos que era la hora del desayuno. Me extra?aba. Apenas se ve¨ªa luz a trav¨¦s de la ventana. Miro el reloj y observo que es demasiado pronto. La salida es a las once horas largas de la ma?ana. Abrimos la puerta y !sorpresa?. Es la visita de los vampiros . Pasamos cada corredor, despacio, y uno a uno, por las habitaciones de los comisarios de la UCI. Pinchazo, nos chupan la sangre y a esperar el resultado del control. Mucha casualidad esta visita al Festina, adem¨¢s, en Andorra. Insisto, mucha casualidad.Desayunamos tranquilos y al cabo de una hora nos dan los resultados de la anal¨ªtica, y como ya sab¨ªamos, pasamos la prueba. Ning¨²n corredor ha sido declarado no apto.
En la segunda jornada de la alta monta?a, nuestra mente estaba en poder entrar en una escapada. Pero nos hemos encontrado con el obst¨¢culo del puerto del Cant¨®, con sus primeras rampas un poco duras. Aunque el Festina tiene miedo por los ataques, respondemos bien. El Banesto no consiente nada.
Otro d¨ªa m¨¢s y el Chabacano repite victoria. Olano es un buen l¨ªder, la opci¨®n del Banesto para la Vuelta. Pero Abraham tiene puntos de flaqueza. El Kelme, Escart¨ªn, lo saben y no parar¨¢n en su empe?o de ponerles las cosas dif¨ªciles.
Un dato: hoy he atacado en el pen¨²ltimo puerto. Soy mayor pero a¨²n tengo ese motor diesel capaz de sorprender a cualquiera. Mi intento no era una chaladura. Pensaba que pod¨ªa coger tiempo antes de llegar a la subida de Cerler. No ha sido posible. El problema era Rubiera, que andaba por delante.
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