Memoria de medio siglo en el aire
Tres vuelos semanales de Aviaco inauguraron el aeropuerto de Sondika el 19 de septiembre de 1948
Un d¨ªa como hoy, hace ya 50 a?os, los vecinos de Bilbao y del valle de Asua se acercaron hasta Sondika para no perderse el menor detalle de la inauguraci¨®n del aeropuerto. All¨ª se alineaban relucientes los aviones Bristol, modelo 170, con los que comenzaron al d¨ªa siguiente los vuelos comerciales. El 20 de septiembre de 1948, a las tres y media de la tarde y repleto de pasajeros, es decir, con 33 personas a bordo, despeg¨® de Sondika la primera avioneta con destino a Madrid. El Bristol, comandado por los pilotos Calvo y Herce y atendido por la azafata Jesusa Terradillos, regres¨® ese mismo d¨ªa a Sondika para despegar, de nuevo al completo, rumbo a Barcelona. El aeropuerto contaba entonces con una pista de barro y su terminal era una caseta con tejado de uralita y una rudimentaria torre de control en el primer piso. La primera piedra del aer¨®dromo la coloc¨® el entonces alcalde de Bilbao, Jos¨¦ F¨¦lix Lequerica, el 9 de marzo de 1939. Las autoridades vizca¨ªnas y la C¨¢mara de Comercio, con el apoyo, por supuesto, del r¨¦gimen de Franco, impulsaron la construcci¨®n del aeropuerto de Sondika, en el que comenz¨® a operar la compa?¨ªa Aviaco, que entonces se llamaba Aviaci¨®n y Comercio. El aer¨®dromo recibi¨® el nombre de Carlos Haya en homenaje al famoso piloto militar bilba¨ªno fallecido en la Guerra Civil y que aterriz¨® en una campa de Sondika en 1928 para demostrar que el proyecto del aeropuerto era posible. "Fue el mejor aviador de la historia vizca¨ªna", asegura Canario Azaola, aficionado empedernido a la aviaci¨®n y memoria viva de la historia del aeropuerto. La puesta en marcha en 1948 de las l¨ªneas comerciales a Madrid y Barcelona dio el pistoletazo de salida al aeropuerto. Aviaci¨®n y Comercio, fundada en 1947 por Julio Alegr¨ªa, los hermanos Ugartetxea y Gaminde, comenz¨® a operar con sus aviones ingleses con un programa de tres vuelos semananales a las capitales espa?ola y catalana. Las caracter¨ªsticas de estas aeronaves parecen ahora de chiste: su velocidad m¨¢xima era de 250 kil¨®metros por hora, ten¨ªan una capacidad para 33 pasajeros o cinco toneladas de carga y, como no contaban con cabinas presurizadas, s¨®lo pod¨ªan alcanzar los 1.700 metros de altitud. Los viajeros se daban cita en el bar Bristol, junto a la bilba¨ªna calle de Buenos Aires. Aviaci¨®n y Comercio reun¨ªa all¨ª a los pasajeros y les trasladaba en autob¨²s hasta el aeropuerto, eso s¨ª, pagando 15 pesetas por el viaje, que se a?ad¨ªan a las 313,60 pesetas que costaba volar a Madrid o a las 447,10 pesetas que val¨ªa un billete hasta Barcelona. La empresa no tuvo mucha suerte en sus inicios. El lluvioso clima del norte propiciaba a menudo que la pista de tierra se embarrara. Los operarios ten¨ªan que colocar entonces vigas de madera delante de las ruedas de los aviones para poder sacarlos del barrizal. Esto motiv¨® que las autoridades militares, de las que dependieron las instalaciones hasta 1984, cerraran el lugar desde el 30 de noviembre de 1948 hasta la primavera de 1949, a?o en que se asfalt¨® la pista de 1.420 metros de longitud. Contar con un nuevo firme supuso la posibilidad de abrir nuevas l¨ªneas a Zaragoza y a las principales capitales de la cornisa cant¨¢brica. Pese al aumento de la oferta, un accidente motiv¨® una ca¨ªda de los ingresos de Aviaci¨®n y Comercio. El 4 de diciembre de 1953, un avi¨®n que se dirig¨ªa a Madrid se estrell¨® en Somosierra, cuando volaba a 1.300 metros de altura. Murieron 23 personas, entre ellas el exjugador del Athletic de Bilbao Rafael Escobedo y su esposa. Otros 10 pasajeros resultaron heridos. La tragedia aterroriz¨® a la poblaci¨®n vizca¨ªna y, cuenta Azaola, que Julio Alegr¨ªa, uno de los directivos de Aviaco, viendo el descenso en la venta de billetes, decidi¨® comenzar a embarcar a sus dos hijos peque?os en los aviones. "Quer¨ªa que la gente viera a los ni?os viajando tranquilamente y se quitaran el miedo", comenta Azaola, quien a?ade que los peque?os "viajaron como unos descosidos a Madrid". An¨¦cdotas aparte, en pleno desarrollo de la aviaci¨®n comercial espa?ola, la tecnificaci¨®n de las aeronaves marca los hitos de los 50 a?os de Sondika. En 1955, el aeropuerto, que ya contaba con una terminal y vuelos a Inglaterra, comenz¨® a ver en sus pistas a los Heron, unos miniaviones con 14 plazas que pod¨ªan volar a 285 kil¨®metros por hora. Las compa?¨ªas British Airways e Iberia comenzaron entonces nzaron entonces a operar en el aeropuerto. A?os despu¨¦s, con la apertura econ¨®mica espa?ola y la ayuda norteamericana llegaron a Sondika los Douglas DC-3. Los Convair, que ya pod¨ªan volar a 450 kil¨®metros por hora y 6.000 metros de altitud no llegar¨ªan hasta el a?o 1959. La d¨¦cada de los 60 se caracteriz¨® por la instalaci¨®n del BOR, un sistema de radioayuda que facilitaba el aterrizaje de los aviones; la celebraci¨®n del campeonato mundial de vuelo acrob¨¢tico, en el que gan¨® el espa?ol Tom¨¢s Casta?o, y la llegada en 1967 de los primeros reactores. Traslado de vuelos Pese a la progresiva mejora de la oferta, los problemas que planteaba el aterrizaje, por un lado, y, por otro, el proyecto de trasladar a otra ubicaci¨®n las instalaciones casi propician la desaparici¨®n de Sondika. El aer¨®dromo imped¨ªa la expansi¨®n de Bilbao hacia el valle de Asua, como planeaban las autoridades vizca¨ªnas. El apoyo de la C¨¢mara de Comercio fue vital y finalmente el entonces Ministerio del Aire opt¨® por ampliar el aer¨®dromo e instalar el ILS, un sistema de ayuda al aterrizaje que funciona todav¨ªa actualmente. En abril de 1980, la inauguraci¨®n del aeropuerto de Foronda trajo otra vez quebraderos de cabeza a los defensores del aer¨®dromo vizca¨ªno. En 1981, decenas de vuelos de Sondika se trasladaron a Vitoria. "Fue una decisi¨®n pol¨ªtica", comenta el portavoz del aeropuerto bilba¨ªno. La reticencia de los pasajeros a trasladarse hasta la capital alavesa termin¨® imponi¨¦ndose y motiv¨® un regreso paulatino de vuelos a Sondika, consolidado desde entonces como primer aeropuerto vasco. Sin embargo, el aer¨®dromo vizca¨ªno pasar¨¢ tambi¨¦n a la historia asociado a la mayor cat¨¢strofe del Pa¨ªs Vasco: el accidente a¨¦reo del monte Oiz en 1985. Las 148 personas que viajaban en un Boeing 727 de Iberia con destino a Bilbao murieron tras chocar el avi¨®n contra una antena de ETB. Trece a?os despu¨¦s del siniestro, sigue siendo un misterio por qu¨¦ el avi¨®n desvi¨® su ruta y volaba 408 metros por debajo de la altitud debida. Con todo, Sondika no ha dejado de incrementar el n¨²mero de pasajeros desde 1983, a un ritmo de crecimiento anual de entre el 10% y el 20%.
Las obras interminables
El 17 de septiembre de 1959, Mar¨ªa Callas viaj¨® a Bilbao en un lujoso avi¨®n privado para cantar en la temporada de ¨®pera de la ABAO. La diva, que cobr¨® cuatro millones de pesetas, quiso despegar a las 3 de la ma?ana rumbo a Atenas, pero el peque?o aeropuerto de Sondika no operaba de noche, as¨ª que Callas tuvo que dormir en una cama de su espectacular DC-4, que finalmente despeg¨® a las siete de la ma?ana. Como la prima donna, pero con menos comodidades, muchos pasajeros han tenido que esperar pacientemente el despegue de los aviones en Sondika, que no ha sabido dotarse a tiempo de las instalaciones necesarias para su progresivo crecimiento de viajeros. En 1993, comenzaron los primeros arreglos del aeropuerto, embarcado en un ambicioso plan de remodelaci¨®n con un presupuesto total de 30.000 millones. Las obras deber¨ªan haber terminado en 1997 y la torre de control, ya acabada, ten¨ªa prevista su inauguraci¨®n hace un a?o. La ¨²ltima fecha de AENA para finalizar las obras es diciembre de 1999, pero, ante tanto retraso, el escepticismo es evidente hasta en el propio aer¨®dromo, que registr¨® el a?o pasado 2.026.000 pasajeros.
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