Alkiza soluciona un partido sin gancho
La temprana expulsi¨®n de Sergi obliga a Espa?a a un juego laborioso en el comienzo de la `era Camacho?
Un excelente remate de Alkiza dio la victoria a Espa?a en el primer partido de la era Camacho. Del encuentro apenas se pueden sacar conclusiones. Si el seleccionador pretend¨ªa ofrecer alguna novedad, apenas pudo percibirse. La expulsi¨®n de Sergi en el minuto 26 condicion¨® el juego de manera absoluta. El gol de Alkiza acentu¨® todav¨ªa m¨¢s el perfil defensivo frente a un equipo que actu¨® con una desidia manifiesta.Lo m¨¢s notable de cualquier equipo ruso es su resistencia a aceptar que los partidos son una cosa mutable. Ocurren sucesos que cambian el signo de un encuentro de manera irremediable. Una expulsi¨®n en el primer tiempo, por ejemplo. Es el tipo de situaci¨®n que cambia el estado de un encuentro y lo configura de una nueva forma. Pero los equipos rusos no son sensibles a esta evidencia. Mantienen sus mecanismos con una indiferencia sorprendente, sin atender a cuestiones decisivas y muchas veces favorables a sus intereses. Tras la expulsi¨®n de Sergi, Rusia dej¨® pasar el tren, de la misma manera que tantas veces lo ha hecho a lo largo de su historia. Es el viejo hermetismo de una selecci¨®n que no se sit¨²a a la altura del prestigio de sus jugadores. O quiz¨¢ sus jugadores no deber¨ªan tener tanto prestigio. Si no se dan cuenta de lo obvio -la ventaja sustancial que hab¨ªa logrado antes y despu¨¦s de la expulsi¨®n de Sergi-, no merecen demasiado cr¨¦dito.
ESPA?A 1
RUSIA 0Espa?a: Ca?izares; Aguilera (Etxeberria, m. 76), Alkorta, Hierro, Sergi; Luis Enrique (Lard¨ªn, m. 85), Engonga, Alkiza, De Pedro (Paco m. 30); Kiko (Morientes, m. 66) y Ra¨²l (Ito, m. 87). Rusia: Ovchinikov; Minko (Shmapko, m. 46), Varlamov (Enin, m. 56), Oponko, Khlestov; Yesipov, Semak (Radimov, m. 79), Kiryakov (Cherishev, m. 76); Mostovoi y Bestchastnykh (Terjkhih, m. 59). Goles: 1-0. M. 40. Alkiza de remate colocado desde fuera del ¨¢rea al aprovechar un rechace de la defensa rusa a un centro de Aguilera casi desde el punto de c¨®rner de la banda derecha. ?rbitro: Said Belquola. Amonest¨® a Kiryakov,Yesipov, Mostovoi, Alkiza, Semak, Luis Enrique, Khlestov y Shmapko. Expuls¨® con tarjeta roja a Sergi (m. 26). 16.000 espectadores en el estadio de Los C¨¢rmenes. Presenci¨® el encuentro desde el palco de honor, el secretario de Estado para el Deportes Santiago Fisas. Primer partido como seleccionador de Jos¨¦ Antonio Camacho.
Espa?a comenz¨® la era Camacho en una situaci¨®n complicada en todos los aspectos. En lo estructural, porque la mayor¨ªa de sus jugadores ven¨ªan vinculados a Clemente. Y de una forma muy expl¨ªcita en la mayor¨ªa de ellos. Aunque tambi¨¦n es cierto que los compromisos de los futbolistas de hoy son bastante endebles. El partido a?adi¨® una dificultad considerable. La expulsi¨®n de Sergi oblig¨® al equipo a un juego de car¨¢cter defensivo, desenganchado del bal¨®n, un encuentro de car¨¢cter resistente frente a un rival incapaz de salirse del carril. Rusia tuvo la pelota, como es su costumbre, pero le falt¨® pegada adelante y seguridad detr¨¢s.
Antes de que el asunto Sergi tuviera una consecuencia decisiva en el plan del equipo, Espa?a jug¨® razonablemente bien durante el primer cuarto de hora. En la alineaci¨®n se observaba el mensaje del nuevo seleccionador: todos los jugadores se situaron en su posici¨®n natural. Hierro entr¨® como defensa, que es donde funciona, y Ra¨²l pas¨® a la delantera, de donde no debe salir. Luis Enrique comenz¨® en la banda derecha y despu¨¦s se traslad¨® a la izquierda. El caso de Luis Enrique es peculiar. Resulta dif¨ªcil definirle un lugar, aunque lo m¨¢s probable es que su sitio est¨¦ en la media punta, donde puede aprovechar su llegada y su instinto para sacar provecho de la confusi¨®n.
Lo m¨¢s novedoso fue el medio campo, sujeto a un largo debate en los ¨²ltimos tiempos. Clemente colocaba de centrocampistas a jugadores que no lo eran. Camacho ha decidido rescatar a mediocampistas puros, aunque es cierto que su n¨²mero no abunda en el f¨²tbol espa?ol. Engonga, con 32 a?os, hizo su deb¨². Su partido fue intrascendente, aunque las circunstancias le obligaron a adoptar un papel preferentemente defensivo. Alkiza actu¨® a su lado, preocupado de enganchar con Kiko y Ra¨²l. Queda pendiente de nota, sometido al cambio de estructura que se produjo tras la expulsi¨®n de Sergi. En cambio, su gol no admite dudas: golazo. Aguilera meti¨® un centro desde la derecha, Minkho se equivoc¨® severamente en el despeje y la pelota sali¨® rechazada hacia Alkiza, que remat¨® con elegancia y precisi¨®n. La pelota entr¨® por la escuadra derecha.
El gol acentu¨® m¨¢s el rasgo del encuentro. Ca?izares hab¨ªa detenido el penalti a Mostovoi y esa circunstancia evit¨® a la selecci¨®n espa?ola la obligaci¨®n de salir al ataque. El gol de Alkiza reafirm¨® la posici¨®n de Espa?a: tocaba defenderse. Lo hizo con orden y sin demasiados problemas. Rusia ayud¨® lo suyo. A su f¨²tbol le falt¨® tensi¨®n, profundidad y deseo. En ning¨²n momento encontr¨® la forma de desarmar el sistema defensivo espa?ol. Ca?izares pas¨® por mayores dificultades cuando los dos equipos jugaban con once. En el segundo tiempo, el portero qued¨® in¨¦dito, algo que habla bien de la defensa espa?ola y muy mal del centro del campo y la delantera rusa.
Las condiciones de uno y otro equipo ayudaron a edificar un partido pobret¨®n. Espa?a se daba por contenta con el tanto de Alkiza y Rusia se daba por satisfecha con la derrota. O eso parec¨ªa. Su falta de esp¨ªritu fue terrible: el t¨ªpico equipo invadido por la vieja tristeza eslava. A la selecci¨®n espa?ola le result¨® muy sencillo llevarse el partido, en unas circunstancias que hubieran sido dif¨ªciles frente a cualquier otro rival. Frente a los rusos, poco importa jugar con diez o con once. Ellos no se enteran. Nunca se salen del carril.
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