Gaud¨ª, la entrega a la arquitectura como camino de santidad
Los admiradores m¨¢s devotos de Antoni Gaud¨ª consideran su obra como un catecismo de piedra. Aunque sus geniales proyectos son su principal baza, ahora con motivo de su beatificaci¨®n los estudiosos analizan con lupa su vida para descubrir si es digna de elevarla a los altares. El rector de la Sagrada Familia, Llu¨ªs Bonet Armengol, relator de la causa de beatificaci¨®n, est¨¢ convencido de que los contempor¨¢neos de Gaud¨ª no dudaban de "su santidad" y para demostrarlo apunta los art¨ªculos publicados en la prensa en 1926 dando cuenta del accidente mortal que seg¨® la vida a Gaud¨ª y que conmovi¨® a la Barcelona de su tiempo. El entusiasmo del p¨¢rroco por el arquitecto le viene de lejos: su padre era uno de los pocos disc¨ªpulos de Antoni Gaud¨ª que trabajaron con ¨¦l en la bas¨ªlica. De su investigaci¨®n en el archivo diocesano, Llu¨ªs Bonet selecciona los art¨ªculos de eclesi¨¢sticos y arquitectos de reconocido prestigio en la ¨¦poca. La voz popular sobre la santidad de Gaud¨ª "es un¨¢nime", seg¨²n afirma el p¨¢rroco de la Sagrada Familia en la comunicaci¨®n que estos d¨ªas present¨® a los participantes al Congreso de Archiveros de la Iglesia celebrado recientemente en Barcelona. Bonet relata que cuando plante¨® a las altas instancias catedralicias la posible beatificaci¨®n, le recriminaron que hubieran esperado tanto tiempo, ya que los 70 a?os transcurridos desde su muerte les pareci¨® demasiada espera para desempolvar la idea de canonizarle. El convencimiento de que Gaud¨ª re¨²ne m¨¦ritos sobrados para santificarlo es total para quienes como Bonet opinan que sus contempor¨¢neos "sab¨ªan que era el arquitecto de Dios". Reproduce un p¨¢rrafo de la noticia que La Publicitat public¨® el 13 de junio de 1926 describiendo el entierro para ilustrar sobre el aprecio que le dispensaban las clases populares: "Las casas de los alrededores, habitadas por obreros y gente humilde, estaban casi todas de luto. Todos los balcones aparec¨ªan revestidos de negro y repletos de devotos que conoc¨ªan y quer¨ªan a don Antonio porque lo hab¨ªan visto trajinar de cerca. Es como el duelo familiar hecho duelo p¨²blico". La veneraci¨®n dispensada por los vecinos conmovi¨® al cortejo f¨²nebre y por extensi¨®n a Barcelona entera. La muerte de Gaud¨ª entre los pobres de solemnidad de la ¨¦poca es destacada por el autor de la comunicaci¨®n como "el elemento que le faltaba para ir derecho al cielo, como un pobrecito de Cristo, en una humilde cama del hospital de Sant Pau". En estos t¨¦rminos se hizo eco el Diario de Barcelona en aquellos d¨ªas. Su forma de vida entregada por entero a la arquitectura y su aspecto desali?ado ten¨ªan distintas lecturas entre los barceloneses de la ¨¦poca: unos le tomaban por loco y le hac¨ªan burla a su paso. Otros, despu¨¦s del fat¨ªdico atropello por un tranv¨ªa, le confundieron con un mendigo y le llevaron al mismo sitio donde iban a curarse las personas sin techo donde guarecerse. Entre quienes atribu¨ªan la imaginaci¨®n de Gaud¨ª a la inspiraci¨®n divina, Llu¨ªs Bonet cita al consiliario del C¨ªrculo Art¨ªstico de Sant Lluc, Manuel Trens, quien escrib¨ªa: "Nuestro gran arquitecto, monje de un ¨²nico monasterio, ha ido escuchando la voz de Dios, ha ido recibiendo sus ¨®rdenes como si de un propietario meticuloso y exigente se tratara. El gran arquitecto no hac¨ªa nada sin Dios". Los archivos diocesanos ponen de manifiesto hasta qu¨¦ punto la Sagrada Familia constituye su mejor obra, a la que no en vano dedic¨® toda su vida. La bas¨ªlica constituye para sus admiradores la mejor prueba de su fe. El tremendo inter¨¦s que la causa de la beatificaci¨®n desata por conocer todos los detalles de la personalidad y de la vida del padre de La Pedrera viene a sumarse a la expectaci¨®n que despierta su obra. El marcado estilo de sus edificios resiste desde hace tiempo todos los vaivenes que imponen las modas sobre los gustos est¨¦ticos. El proceso reci¨¦n iniciado culminar¨¢ con la canonizaci¨®n si finalmente el pont¨ªfice considera que est¨¢ justificado que Antoni Gaud¨ª sea beato.
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