La econom¨ªa de Rusia ver¨¢ reducido su tama?o este a?o entre el 5% y el 6%, mientras la inflaci¨®n rozar¨¢ el 300%
El diagn¨®stico de la situaci¨®n en Rusia que traz¨® ayer el nuevo primer ministro, Yevgueni Primakov, pone los pelos de punta. Su receta para superar la crisis, en la que destaca el aumento del control estatal sobre aspectos fundamentales de la actividad econ¨®mica, es vista con escepticismo o con esperanza, seg¨²n el color del cristal pol¨ªtico con el que se mire. El jefe de un Gobierno que a¨²n es interino e incompleto pidi¨® el apoyo de la poblaci¨®n y del Parlamento. "Es obvio", se?al¨® antes de reunirse con sus ministros, "que nuestros esfuerzos no tendr¨¢n resultados si no se aplican en toda Rusia".El rublo prosigui¨® ayer su discreta y poco significativa recuperaci¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas (cambi¨® a 15,6 por d¨®lar, frente a 6,2 el 16 de agosto), la Bolsa no super¨® su encefalograma plano, aunque gan¨® un 1,3% (ha perdido en lo que va de a?o m¨¢s del 80% de su valor te¨®rico) y el Gobierno cancel¨® por falta de pretendientes la subasta de la petrolera estatal Rosneft, en otro tiempo un apetitoso bocado. El Banco Central complet¨® el panorama con tres pron¨®sticos desoladores: el producto interior bruto descender¨¢ este a?o entre el 5% y el 6%, los ingresos reales de la poblaci¨®n lo har¨¢n entre el 13% y el 24% y la inflaci¨®n se acercar¨¢ al 300%.
Primakov pudo dirigirse a sus ministros sin temor a que nadie le tachase de pesimista. Asegur¨® que el sistema financiero y productivo (consistente en exportar energ¨ªa y materias primas e importar alimentos y bienes de consumo) era ineficaz y entr¨® en crisis al bajar el precio del petr¨®leo. A?adi¨® que los altos tipos de inter¨¦s atrajeron capital especulativo, pero ahogaron la agricultura y la industria. Y sigui¨® diciendo que la crisis se ha cebado en los m¨¢s pobres y ha impedido la formaci¨®n de una clase media.
Primakov concluy¨® afirmando que la devaluaci¨®n del rublo, el 17 de agosto, aunque era inevitable, se hizo de forma chapucera y da?ina, provoc¨® la ca¨ªda estrepitosa de la moneda, dispar¨® la inflaci¨®n, colaps¨® el sistema bancario y financiero y quebr¨® la confianza internacional en Rusia. Aquella medida, asegur¨®, "se tom¨® sin consultar al presidente y sin su aprobaci¨®n".
Para sacar a Rusia del bache, Primakov, con un equipo de reformistas y comunistas, presenta f¨®rmulas que suponen un aumento del papel del Estado. No se trata tan s¨®lo del restablecimiento del monopolio sobre la producci¨®n y venta de licores, sino tambi¨¦n de impulsar los controles sobre la importaci¨®n y la exportaci¨®n, de luchar contra la fuga de capitales y de ayudar, con cargo al presupuesto, al debilitado aparato industrial.
Primakov intenta un equilibrio, tal vez imposible, entre la continuidad del proceso de reformas, al que est¨¢ ligada la ayuda exterior, y una correcci¨®n del curso que alivie la carga sobre los sectores m¨¢s desfavorecidos y evite una explosi¨®n social. Para eso hace falta dinero, y no s¨®lo el procedente de la m¨¢quina de hacer billetes. El primer ministro insisti¨® en que hay que normalizar el presupuesto, cambiar el c¨®digo fiscal para facilitar las inversiones productivas y perseguir a los defraudadores.
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