Una pareja peculiar
Una pareja peculiar se ha sentado durante dos d¨ªas en el banquillo de la Audiencia Provincial de Navarra acusados de estafar m¨¢s de 30 millones de pesetas a vecinos de Navarra, Zaragoza, y Tarragona bajo el enga?o de invertir en Bolsa y con la promesa de unos beneficios astron¨®micos en un breve plazo de tiempo. Una pareja singular y un tanto esperp¨¦ntica; tanto como la historia que tejieron para obtener el dinero de sus v¨ªctimas. Son t¨ªo y sobrina, de 82 y 27 a?os, respectivamente. Ella, Ana Mar¨ªa Bea Jim¨¦nez, vecina de Cintru¨¦nigo, est¨¢ postrada en una silla de ruedas y tiene dificultades para hablar y mover las manos a causa de una meningitis que sufri¨® en su infancia. ?l, ?ngel Pina Chivite, dijo sufrir sordera ante el tribunal, se ayuda de una muleta para andar y en una bolsa de pl¨¢stico porta los medicamentos que necesita, quiz¨¢ simplemente por su avanzada edad. Durante el juicio, ?ngel permaneci¨® ajeno a la historia, como si no fuera con ¨¦l. Ella, por el contrario, se mantuvo atenta y, sobre todo, participativa: hablando cuando no deb¨ªa, enfureci¨¦ndose cuando escuchaba algunos testimonios y riendo cuando recordaban los testigos algunas de sus mentiras. Vistos as¨ª, parecen no tener malicia alguna, pero no es eso lo que manifestaron ayer en la sala los primeros testigos, v¨ªctimas del enga?o. De una forma u otra, fueron muchas las personas que participaron en su teatro, que tuvo su escenario en varias localidades de la Ribera de Navarra y a ella como protagonista. Ana Mar¨ªa Bea jugaba el papel de persona adinerada, con influencias en el mercado burs¨¢til y negocios en otras comunidades. Cuando la cosa se apuraba, adquirir¨ªa la condici¨®n de hija ileg¨ªtima del Rey. Su t¨ªo era un militar retirado del Ej¨¦rcito espa?ol, que incluso presentaba heridas de guerra. Como gancho para captar incautos inversores, Ana Mar¨ªa Bea explicaba que su t¨ªo, por su condici¨®n de militar, disfrutaba de un privilegio para adquirir acciones de diversas empresas cotizantes en Bolsa con unos altos beneficios en un breve plazo de tiempo. Aqu¨ª nunca se perd¨ªa, sino que se llegaban a quintuplicar las cifras en menos de un mes. Unos dicen que aportaron el dinero por el sentimiento de l¨¢stima que despertaba su discapacidad f¨ªsica, que, al parecer, le exculpaba de malas intenciones; otros, porque ten¨ªan plena confianza en ella o en los amigos y familiares que les introdujeron en la cadena; y otros, aunque no lo digan, por simple ¨¢nimo de lucro. El caso es que algunos llegaron a darle los ahorros de toda una vida. Que todo era teatro, ya lo sabe el tribunal antes de dictar sentencia, porque ella misma lo reconoci¨® en su declaraci¨®n. Sin embargo, dijo que ni lo tiene ni ha disfrutado de ese dinero; s¨®lo lo necesario para aparentar un buen nivel de vida y mantener as¨ª enga?adas a las v¨ªctimas. El art¨ªfice de todo, declar¨®, fue un tal Francisco o Proncho, con quien mantuvo una relaci¨®n sentimental y que, despu¨¦s de estafarle a ella, le anim¨® a repetir la jugada con nuevos inversores.
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