El ingl¨¦s McKellen, el franc¨¦s Gu¨¦diguian y el espa?ol Fernando Le¨®n, favoritos esta noche
Cierran la secci¨®n oficial el estadounidense Brian de Palma y el argentino Alejandro Agresti
El actor ingl¨¦s Ian McKellen y la pel¨ªcula norteamericana que protagoniza, Dioses y monstruos; el franc¨¦s Robert Gu¨¦diguian, director de De todo coraz¨®n, y el espa?ol Fernando Le¨®n, realizador de Barrio, son los tres nombres que m¨¢s alto y de forma m¨¢s persistente suenan en los pron¨®sticos sobre qui¨¦nes ser¨¢n los triunfadores esta noche. Tambi¨¦n los cr¨ªticos de cine acreditados coinciden en dar las m¨¢s altas puntuaciones a sus obras. El filme del argentino Alejandro Agresti El viento se llev¨® lo que cerr¨® anoche el concurso, y fuera de ¨¦l se exhibi¨® Snake eyes, de Brian de Palma.
En el panel donde el peri¨®dico El Diario Vasco recoge diariamente las puntuaciones, de 1 a 10, con que los cr¨ªticos de cine acreditados en el festival donostiarra comprimen sus apreciaciones de todos los filmes en concurso, las m¨¢ximas calificaciones se las llevan las tres pel¨ªculas citadas. Con una media de 8,2, Dioses y monstruos, dirigida por Bill Condon, y Barrio se sit¨²an a la cabeza, seguidos muy de cerca, con una media de 7,9, por De todo coraz¨®n. P¨²blico y cr¨ªtica parecen estar de acuerdo pues esas mismas pel¨ªculas fueron las recibidas con m¨¢s calor.Los filmes que les siguen lo hacen con un salto num¨¦rico hacia atr¨¢s bastante pronunciado: 6,4 la estadounidense Amigos y vecinos, y 6 puntos la iran¨ª Don y la francesa Finales de agosto, primeros de septiembre, que se merecen un premio. Las restantes superan en pocas d¨¦cimas el rasero de los cinco puntos, y s¨®lo una, la espa?ola Frontera Sur, est¨¢ por debajo de esa cifra, en 4,1 de media.
Queda fuera de este c¨®mputo, por lo general bastante fiable, la pel¨ªcula argentina El viento se llev¨® lo que, que concurs¨® ayer y la puntuaci¨®n media que ha alcanzado queda fuera del alcance de esta cr¨®nica. Fue bien recibida por el p¨²blico y es una comedia aleg¨®rica graciosa y con encanto, en la que ?ngela Molina y el gran actor franc¨¦s Jean Rochefort hacen un precioso d¨²o interpretativo, al frente de un reparto muy vivo y suelto de estupendos actores argentinos.
Esta agradable pel¨ªcula puede tambi¨¦n obtener alg¨²n premio, pero le perjudica su excesiva levedad argumental, que da materia para un mediometraje de una hora escasa. Pero su alargamiento a hora y media por su guionista y director da?a, superficializa e hincha algunos de sus muchos circunloquios, a los que les falta hierro dentro o les sobra aire. Que es lo que le ocurre tambi¨¦n a la -premiable, pero no mucho- japonesa ?ltima vida, otra pel¨ªcula aleg¨®rica que padece el mismo mal de hinchamiento, cosa que se est¨¢ convirtiendo en un vicio recurrente de gran parte del cine actual. Y, atenci¨®n, que si esta pel¨ªcula, como la argentina, huele a premio, el alm¨ªbar brit¨¢nico endulzador del horror de la pedofilia A kind of hush apesta a premio, a sucio, a cobarde premio.
Igual desajuste entre materia narrativa y duraci¨®n da?a gravemente a la pel¨ªcula mexicana Un embrujo, a la que un severo peinado a punta de tijera (art¨ªstico, no censorial) beneficiar¨ªa mucho. Y esta pel¨ªcula lleva dentro una magn¨ªfica interpretaci¨®n de Blanca Guerra, que, junto a las actrices francesas Victoire Ledoyen, en Finales de agosto, primeros de septiembre, y Ariane Ascaride, en De todo coraz¨®n, es una seria aspirante al premio de interpretaci¨®n femenina. En lo que respecta al equivalente masculino, no hay m¨¢s opci¨®n que ¨¦sta: Ian McKellen o IanMcKellen, y de no ser as¨ª el jurado entrar¨ªa en los dominios del puro disparate, porque lo que hace en Dioses y monstruos el actor ingl¨¦s es eminente. Su construcci¨®n del que fue su colega y compatriota James Wahle, creador del mito moderno de Frankenstein, quedar¨¢ como una de las m¨¢s sutiles y hondas interpretaciones del cine de los ¨²ltimos a?os.
Esperanza perdida
Cerr¨® la secci¨®n oficial, fuera de concurso, la ¨²ltima pel¨ªcula realizada por el c¨¦lebre cineasta estadounidense Brian de Palma, que ¨²ltimamente no nos tiene acostumbrados a verle dar muchos tiros certeros en la diana.El arranque de Snake eyes es tan brillante que por un momento resulta prometedor y parece que estamos a punto de recuperar el gran talento que anta?o todos vimos en el celuloide de este irregular hombre de cine. La pel¨ªcula contiene un plano de tipo secuencial, realizado en una sola y complej¨ªsima toma de 17 minutos, que es toda una prueba de fuerza, un desaf¨ªo a lo grande, que recuerda a los que tanto gustaban a Orson Welles, y que este virtuoso de la c¨¢mara resuelve con una soltura maravillosa si se tiene en cuenta la extremada dificultad que entra?a.
Y sentimos en la piel de los ojos que estamos recuperando de pronto el, durante tanto tiempo extraviado, talento de Brian de Palma. Esperanza perdida, porque cuando la pel¨ªcula, despu¨¦s de esta media hora inicial realmente cautivadora, gira en seco buscando otro punto de vista que le permita progresar y seguir manteni¨¦ndonos en vilo, entonces da la vuelta y se viene abajo estrepitosamente, haciendo avanzar la intriga a trompicones, entre insalvables arritmias, de mal en peor, hasta llevarnos a otra nueva, y en¨¦sima, frustraci¨®n.
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