El Celta empata en el descuento
No pasa el tiempo en el Bar?a. La llegada del oto?o y la vuelta al hogar no variaron el tono vital azulgrana. El grupo de Van Gaal no pas¨® del empate en un partido ya muy visto. Ocurri¨® lo de Manchester y lo de Madrid. Masoquista como es por naturaleza, tira el Bar?a media parte para despu¨¦s abrazarse a un segundo tiempo que invita a un espl¨¦ndido ma?ana. El Celta, sin embargo, frustr¨® el triunfo azulgrana en el ¨²ltimo acto. Un chascoNo hubo lugar, consecuentemente, para la reconciliaci¨®n con la hinchada, ni para el reencuentro con una goleada, ni para reengancharse al f¨²tbol. Result¨®, al fin y al cabo, un partido m¨¢s.
La puesta en escena desminti¨® la declaraci¨®n de intenciones proclamada en el vestuario. Hab¨ªa anunciado el Bar?a un partido de una hora y media, de cuerpo entero, de principio a fin, y al cuarto de hora, ya estaba tirado, jugando de culo, delanteros encarados con defensas, con la hinchada renegando en el asiento.
BARCELONA 2
CELTA 2Barcelona: Hesp; Luis Enrique, Abelardo, Pellegrino (Reiziger, m. 75), Sergi; Giovanni, Cocu; Rivaldo; Figo, Kluivert y Zenden (Okunowo, m.54). Celta: Dutruel; Michel Salgado, C¨¢ceres, Djorovic, Josema; Makelele, Mazinho; Karpin, Mostovoi, Tom¨¢s (Cadete, m. 73); y Penev (Juan S¨¢nchez, m.67). Goles: 1-0. M. 38: Kluivert, de cabeza. 1-1. M.43. Salgado, de tiro al ¨¢ngulo. 2-1. M.56. Kluivert, tras un rebote. 2-2. M. 90. Sergi falla y marca Mostovoi. ?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Rivaldo, Djorovic, Pellegrino y C¨¢ceres. Unos 65.000 espectadores en el Camp Nou.
Ten¨ªa el partido la misma mala pinta, las mismas man¨ªas, los mismos vicios, el mismo trote, que, por ejemplo, el del Extremadura. La historia de siempre: Van Gaal esparce mal al equipo sobre la cancha, la pelota no corre y el juego no fluye. Un solo dato simplifica el debate: poner a Luis Enrique de lateral es un pecado mortal.
Mal orientado desde el flanco derecho y privado de un conductor, al grupo azulgrana le cuesta encontrar un hilo al partido. El juego pivotea sobre Rivaldo y, agarrados a la zamarra del brasile?o, el f¨²tbol es ora celestial o a deshora infernal. Nunca normal.
El Celta fue mirando con gusto las maniobras de distracci¨®n azulgrana. No hab¨ªa riesgo ni en una ni en otra porter¨ªa. Iba el bal¨®n al ralent¨ª. Nada que retener. Makelele puso la tienda de campa?a en la divisoria y recogi¨® cuantos balones cayeron por la zona, y Figo se ofreci¨® por la banda para centrar al primer palo, al segundo y al punto de penalti, buscando a Kluivert.
No hab¨ªa otra l¨ªnea de gol que la que tiraba el extremo y recog¨ªa el ariete. Y, aunque a bal¨®n parado, el primer tanto lleg¨® con un libre indirecto del portugu¨¦s y cabeceado por el holand¨¦s. Replic¨® el Celta con un golazo de Michel Salgado a la salida de otra falta, y el partido qued¨® igual que al inicio. Media parte tirada a la basura por obstinaci¨®n de Van Gaal.
El descanso recompuso otro partido al equipo azulgrana. El entrenador cedi¨®, y con Luis Enrique de medio campo para arriba y Okunowo de lateral el equipo gan¨® consistencia y poder ofensivo. Respir¨® la hinchada, se solt¨® el grupo y cambi¨® el juego. La agresividad del asturiano revolucion¨® la contienda, y el Bar?a no tard¨® en obtener beneficios. Qued¨® el equipo azulgrana m¨¢s holgado en el campo, m¨¢s a gusto, y tuvo ventaja en la mayor¨ªa de duelos.
La oxigenaci¨®n regener¨® tambi¨¦n al delantero centro. Kluivert anda un poco lento, quiz¨¢ algo pesado, pero tiene pinta de gran ariete. Caz¨® el segundo gol y tuvo opci¨®n a un tercero, como tambi¨¦n Figo y tambi¨¦n Luis Enrique. Ofrecieron un buen segundo tiempo frente a un contrario que dej¨® jugar y siempre intimid¨®.
Hubo opciones para uno y otro equipo en consonancia con su potencial. Tuvo m¨¢s entereza el Barcelona y, por tanto, dispuso de m¨¢s opciones. Fue un equipo m¨¢s limpio, mejor puesto, que el de la arrancada. Divirti¨¦ndose Luis Enrique en lugar de sacrificarse, incluso Rivaldo encontr¨® acomodo como extremo izquierdo, en sustituci¨®n de Zenden, un zurdo que cuando llega al bander¨ªn de c¨®rner no atina con el centro.
Dej¨® el equipo de transpirar y mostr¨® una mejor inspiraci¨®n. Le falt¨® solo el gol para adornar una faena m¨¢s l¨²dica, m¨¢s alegre, m¨¢s festiva, que la del primer tiempo, gobernado por la libreta de Van Gaal. La falta de punter¨ªa le cost¨® dos puntos. El Celta jam¨¢s baj¨® los brazos y su esfuerzo por agradar, por plantear un debate cuerpo a cuerpo, fue premiado en el descuento con el empate.
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