Kiko y Valer¨®n dan puerta a la Real
El Atl¨¦tico dio la primera satisfacci¨®n a su hinchada con una c¨®moda victoria
El Atl¨¦tico dio la primera satisfacci¨®n a su gente, que comenzaba a desesperar. No hizo nada extraordinario, pero s¨ª lo suficiente para llevarse el partido con facilidad. Por una vez se observ¨® una cierta armon¨ªa, o la capacidad para sumar esfuerzo, presi¨®n y el punto necesario de creatividad. El punto que pusieron Kiko y Valer¨®n.Mientras el Atl¨¦tico busca sus se?as de identidad, Kiko y Valeron resuelven sus problemas. Son dos jugadores estupendos que provocan sospechas entre los abanderados de la presi¨®n y todo eso. Sacchi lleg¨® con cierta prevenci¨®n hacia ellos, porque es cierto que ni Kiko ni Valer¨®n son dos gladiadores. Son futbolistas de clase, interesados principalmente en jugar la pelota y bastante desinteresados en perseguir a los rivales. Sus condiciones sirven como ejemplo de la dif¨ªcil coexistencia entre el militarismo y la libertad creativa. ?Son posibles ambas cosas? Los entrenadores de hoy tienden a pensar que no, que el f¨²tbol exige un compromiso solidario del que no puede salirse nadie, a menos que sea Maradona. Y ya ver¨ªamos.
ATL?TICO 4
REAL SOCIEDAD 1Atl¨¦tico de Madrid: Molina; Aguilera, Torrisi (Santi, m.30), Chamot, Serena; Roberto,Mena, Valer¨®n, Lard¨ªn; Kiko (Correa, m.64) y Jose Mari (Bejbl, m.80). Real Sociedad: Alberto; Fuentes, Loren, Pikabea, L¨®pez Rekarte; Sa Pinto, Mutiu (Cvitanovic, m.61), G¨®mez, De Pedro (Aldeondo, m.46), Aranzabal; y De Paula. Goles: 1-0. M. 3. Roberto aprovecha un servicio de Kiko.. 2-0. M. 36. Lard¨ªn da un pase profundo a Jose Mari, que cruza el bal¨®n para que Kiko empuje la pelota. 3-0. M. 42. Empuj¨®n de L¨®pez Rekarte a Kiko en el ¨¢rea. El penalti lo transforma Lard¨ªn. 4-0. M.78. Correa marca de cabeza. 4-1. M.89. Aranzabal, de penalti. ?rbitro: Fern¨¢ndez Mar¨ªn. Amonest¨® a Krauss, el t¨¦cnico de la Real Sociedad, a Serena y a G¨®mez. Unos 30.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
Sin embargo, Kiko y Valer¨®n son necesarios en el Atl¨¦tico, y quiz¨¢s m¨¢s en ¨¦ste que pretende Sacchi. Alguien tiene que traducir el esfuerzo en algo concreto, en la posibilidad de rentabilizar el tremendo despliegue del equipo. En alg¨²n momento es necesaria la calidad, la capacidad para desestabilizar por clase e ingenio. En el Atl¨¦tico, que no anda sobrado de talento en estos d¨ªas, esta cuesti¨®n corresponde a Kiko, por supuesto, y a Valer¨®n en la medida que tenga sitio en un sistema que en principio le rechaza. Es un jugador de aspecto fr¨¢gil, flaco, sin la aspereza que requieren ciertas tareas defensivas. Sacchi lo puso en cuarentena durante la pretemporada y en el arranque de la Liga, pero la realidad es terca: nada sustituye al talento.
Funcion¨® la conexi¨®n Valer¨®n-Kiko en los dos primeros tantos, bastante parecidos, por cierto. Dos jugadas por la izquierda que se cerraron con pases hacia el segundo palo, donde llegaron Roberto en el primer gol y Kiko en el segundo. Lo m¨¢s interesante es que todo eso naci¨® de un buen sentido de la elaboraci¨®n, de la paciencia para buscar y distraer. Esto contradice la tendencia estrictamente vertical que se hab¨ªa advertido hasta ahora en el Atl¨¦tico, seg¨²n la da?ina teor¨ªa de que cualquier bal¨®n en el ¨¢rea es preferible a la circulaci¨®n en otras zonas. El problema de la frontalidad es que vuelve previsible el f¨²tbol.
Por una vez, el Atl¨¦tico tuvo capacidad de sorpresa y no le falt¨® esp¨ªritu de trabajo. No hizo un partido memorable, pero actu¨® con consistencia. ?Y la Real? Sin noticias hasta el segundo tiempo, cuando el partido estaba ventilado. Eso habla mal de un equipo laborioso por tradici¨®n. Esta vez actu¨® sin firmeza en un partido c¨®modo para el Atl¨¦tico. Presion¨® con insistencia, lo hizo con m¨¢s orden de lo habitual y sac¨® provecho de las habilidades de Kiko y Valer¨®n. Eso se tradujo en goles y en tranquilidad. As¨ª de simple.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.