La muerte lenta de Mar¨ªa Bel¨¦n
Se llamaba Mar¨ªa Bel¨¦n R.C., ten¨ªa 25 a?os y viv¨ªa en M¨®stoles. En su historial cab¨ªan pocas alegr¨ªas. Estaba en paro, ped¨ªa en la iglesia del barrio y recib¨ªa constantes palizas de su marido. Su ¨²nica luz eran una ni?a de dos a?os y un beb¨¦ de siete meses: demasiado peque?os para ayudarla. El pasado d¨ªa 10, Mar¨ªa Bel¨¦n perdi¨® la vida a manos de su marido. Se convirti¨® as¨ª en la sexta y hasta ahora ¨²ltima v¨ªctima mortal de la violencia dom¨¦stica en la regi¨®n. Como en tantos otros casos, de poco hab¨ªa servido que antes de morir le hubiese denunciado 24 veces. "Fue como pedir auxilio al viento", se lamenta ahora Amparo, madre de la fallecida.De todas sus denuncias, s¨®lo siete llegaron al juzgado. "?l la obligaba a retirarlas bajo amenaza de palizas", explica Amparo. La ¨²ltima queja se recogi¨® el 26 de agosto. En el documento, la v¨ªctima acusaba a su c¨®nyuge, Bernardo M., de 33 a?os, de haberles pegado a ella y a su hija. "Citamos al marido en la comisar¨ªa; acudi¨®, pero dijo que todo era mentira", recuerda un agente.
La ¨²nica ocasi¨®n en que el presunto homicida pas¨® a disposici¨®n judicial fue en diciembre de 1997, cuando trat¨® de asaltar la casa de acogida donde se refugiaba Mar¨ªa Bel¨¦n. El juicio sobre aquel suceso sigue pendiente. "No se puede poner protecci¨®n a una persona sin mandamiento judicial", insiste la Jefatura Superior de Polic¨ªa.
A falta de un agente que velase por su seguridad, Mar¨ªa Bel¨¦n intentaba refugiarse en el domicilio de sus padres. "Pero, tarde o temprano, aparec¨ªa Bernardo y la amenazaba con que si no volv¨ªa matar¨ªa a su hija", relata Amparo. Entonces, la mujer, obligada por la amenaza, regresaba al infierno de su hogar, donde era recibida a golpes. Y cuando las agresiones se volv¨ªan insostenibles, Mar¨ªa Bel¨¦n presentaba denuncia en comisar¨ªa e ingresaba en la casa de acogida de M¨®stoles; pasado un tiempo, volv¨ªa a casa de sus padres y se reiniciaba el ciclo de terror.
El ¨²ltimo recurso
Para acabar con esta situaci¨®n, Mar¨ªa Bel¨¦n dio nuevos pasos. "Acudi¨® al juzgado para separarse; estaba buscando trabajo y logr¨® que la Comunidad tutelase temporalmente a los peque?os para mantenerlos apartados de la agresividad del padre", aclara la concejal de la Mujer de M¨®stoles, Beatriz Garc¨ªa. El 7 de septiembre viaj¨® a Madrid para visitar a sus hijos en el centro de tutela. Horas m¨¢s tarde, el presunto agresor, "como loco", trat¨® de localizarla en la casa paterna, y por el portero autom¨¢tico lanz¨® la amenaza: "Voy a matar a Mar¨ªa Bel¨¦n, despu¨¦s ir¨¦ a por tu marido y terminar¨¦ con toda la familia, incluidos mis hijos".Nadie volvi¨® a ver viva a Mar¨ªa Bel¨¦n. El hombre la hab¨ªa encontrado, apaleado y acuchillado hasta la muerte en un descampado de M¨®stoles. Nadie la proteg¨ªa.
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