Los Verdes prometen moderaci¨®n en la pol¨ªtica exterior

, ENVIADO ESPECIAL Los Verdes no quieren sacar a Alemania de la OTAN, porque alterar¨ªa el equilibrio europeo, y el partido ecopacifista se opone a que "Alemania siga un camino especial, lo que ser¨ªa contraproducente", declar¨® ayer uno de sus l¨ªderes, Joschka Fischer, de 50 a?os, de quien se asegura que ambiciona ocupar la cartera de Exteriores en un futuro Gobierno rojiverde. No obstante, Los Verdes preconizan en su programa la supresi¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica.

Fischer, curtido en sus a?os mozos en las luchas antiimperialistas de 1968, no quiso entrar ayer en el juego de si ser¨¢ el futuro ministro de Exteriores alem¨¢n, y tambi¨¦n remiti¨® el asunto a las negociaciones sobre la coalici¨®n, que empezar¨¢n este viernes. Se esforz¨® Fischer por evitar problemas con el futuro socio, el SPD, y asegur¨®: "Un Gobierno rojiverde adoptar¨¢ un acuerdo de coalici¨®n que defina tambi¨¦n la pol¨ªtica exterior".[Los tradicionalmente pacifistas dirigentes de Los Verdes garantizaron que habr¨¢ continuidad en la pol¨ªtica exterior alemana si llegan al poder. "Nuestra pol¨ªtica exterior consistir¨¢ en trabajar en estrecha cooperaci¨®n con nuestros socios de coalici¨®n, no contra ellos", afirm¨® Fischer, "Alemania no seguir¨¢ su camino en solitario," informa Reuters.]

En las propias filas de Los Verdes existen discrepancias sobre asuntos como la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito alem¨¢n en la antigua Yugoslavia. En su d¨ªa, la votaci¨®n en el Parlamento federal (Bundestag) sac¨® a relucir las divisiones de los diputados verdes ante el problema. Sobre una intervenci¨®n en Kosovo, Fischer declar¨® que s¨®lo ser¨ªa posible con un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. En este punto coincidi¨® de lleno con el futuro canciller Gerhard Schr?der (SPD), quien ayer respondi¨® en los mismos t¨¦rminos a esa misma pregunta.

El futuro de un posible Gobierno de coalici¨®n rojiverde en Alemania entre los socialdem¨®cratas (SPD) y Los Verdes depender¨¢ en gran medida de la capacidad del partido ecopacifista de conseguir la dosis necesaria de disciplina para que sus bases acepten las medidas impopulares que acarrea la tarea de gobernar. Los Verdes afrontan adem¨¢s una reforma pendiente: dotar al movimiento ecopacifista de estructuras de partido pol¨ªtico.

El futuro canciller socialdem¨®crata ha querido dejar ya marcado el campo de juego. En todas sus apariciones p¨²blicas desde el triunfo electoral, repite Schr?der, cual disco rayado, que Alemania necesita un Gobierno de s¨®lida mayor¨ªa estable, con continuidad en pol¨ªtica exterior, estabilidad econ¨®mica y seguridad interior.

Los Verdes alemanes nacieron a finales de los a?os setenta, como resultado de reunir un conglomerado de fuerzas sociales dispersas que no se sent¨ªan representadas por los partidos pol¨ªticos tradicionales.

Larga marcha hacia el poder

Los Verdes iniciaron una larga marcha a trav¨¦s de las instituciones que los llev¨® a los parlamentos regionales e incluso a entrar en varios Gobiernos de coalici¨®n con el SPD en algunos Estados federados alemanes. Los primeros experimentos acabaron como el rosario de la aurora.Desde un primer momento Los Verdes vivieron una divisi¨®n interna, entre los llamados fundis o fundamentalistas y realos o realistas, que nunca ha llegado a cerrarse del todo. Atr¨¢s han quedado los ingenuos principios de rotaci¨®n de los cargos p¨²blicos cada dos a?os, para evitar que los l¨ªderes se apegaran a los puestos y perdieran el contacto con las bases. Los Verdes aprendieron, con un alto coste pol¨ªtico y sangr¨ªa de dirigentes, que la experiencia resulta imprescindible en el oficio de la pol¨ªtica. Con el paso de los a?os, Los Verdes han llegado a convertirse en una fuerza pol¨ªtica estable en Alemania, la tercera, tras desbancar a los liberales (FDP).

No obstante, a pesar de haber perdido buena parte de la inocencia original, Los Verdes no han conseguido hasta hoy d¨ªa dotarse de estructuras s¨®lidas, que permitan contar con ellos como un socio s¨®lido y estable en una futura coalici¨®n. En los ¨²ltimos tiempos Los Verdes han dado muestras palpables de su inmadurez e ingenuidad pol¨ªtica. Poco antes de las elecciones acordaban que el precio de la gasolina deber¨ªa subir a cinco marcos (425 pesetas) y otros propon¨ªan reducir los viajes de vacaciones, para que los aviones no contaminen tanto.