El Valencia despacha al Steaua

Por fin la toc¨® el Valencia. La pelota. No mucho, la verdad, pero lo suficiente para despachar a un Steaua crepuscular, fr¨ªo como un t¨¦mpano y muy convencido de su propia inferioridad. Al grupo de Ranieri se le vieron al menos ganas de elaborar, de tocar, de enterrar en suma la m¨¢xima de su entrenador: el pelotazo. Claro que para ello salieron dos int¨¦rpretes nuevos en la alineaci¨®n titular: un centrocampista con ciertos grados de calidad, Popescu, y un delantero que prosigue el estado de gracia que comenz¨® en la Intertoto, Claudio L¨®pez, cuyo regate, como en la ida, caus¨® estragos en la defensa rumana.El Valencia confirm¨® tras el descanso los indicios apuntados en el primer acto. O las ¨®rdenes de Ranieri hab¨ªan cambiado radicalmente respecto a encuentros anteriores o los jugadores decidieron por su cuenta que hora era de tocarla. Lo agradeci¨® el p¨²blico, llegaron los goles de jugadas elaboradas y la posesi¨®n de bal¨®n dej¨® de ser sospechosa para el cuadro de Ranieri. Eso s¨ª, Lucarelli sigui¨® atropellando defensas sin que se supiese qu¨¦ sentido ten¨ªa todo aquello. Y el p¨²blico, incluso, le pidi¨® cuentas al italiano. Al final, sin embargo, se redimi¨® con un gol inesperado.