Larry Collins mezcla hero¨ªna afgana y plutonio iran¨ª en su ¨²ltima novela
Larry Collins relat¨® ayer el origen de su ¨²ltima novela El futuro es nuestro, que present¨® en Valencia. Todo empez¨® cuando un amigo de la CIA le coment¨® que la hero¨ªna afgana ha desplazado a la coca¨ªna. Luego descubri¨® que con los ping¨¹es beneficios que la droga deja en su recorrido a Occidente, los iran¨ªes han podido comprar tres cabezas nucleares de la extinta URSS. M¨¢s tarde a?adi¨® la historia de "un hombre y una mujer y todo lo bueno que pasa entre ellos" y obtuvo los mimbres de su libro destinado a ser otro best seller.
El escritor estadounidense no esper¨® ni a que los periodistas le formularan alguna pregunta. Impecablemente vestido, el coautor junto a su amigo Dominique Lapierre de ?Arde Par¨ªs? se intern¨® en la g¨¦nesis de su novela a partir de la sorpresa que le caus¨® saber que la hero¨ªna es la droga de moda en Occidente -aunque la tendencia a¨²n no ha llegado a Espa?a-, gracias fundamentalmente a que su mayor pureza actual (entre el 50% y el 60%) permite el consumo por inhalaci¨®n e incluso a trav¨¦s de un cigarro, enterrando as¨ª el estigma social de la jeringuilla. El primer productor mundial, Afganist¨¢n, ha duplicado el cultivo de la adormidera de la que se obtiene la hero¨ªna, seg¨²n coment¨® Collins, quien no ces¨® de proporcionar datos recabados de m¨²ltiples fuentes -la CIA, el servicio secreto alem¨¢n, un experto nuclear, un amigo iran¨ª londinense...- que luego utiliz¨® en la redacci¨®n de su libro. El antiguo corresponsal en Beirut de la revista Newsweek y en otros focos de conflicto se pregunt¨®: ?Y por qu¨¦ no novelar la compra de cabezas nucleares por parte de iran¨ªes a partir de los beneficios del comercio de la hero¨ªna? Al fin y al cabo, la hip¨®tesis no se la pudo rebatir un amigo de la CIA. Al tiempo que se publicaba en Francia El futuro es nuestro, un art¨ªculo de un peri¨®dico de Jerusal¨¦n relataba un hecho pr¨¢cticamente id¨¦ntico al del argumento de la obra de Collins editada por Planeta, seg¨²n coment¨® el escritor y confirm¨® la reproducci¨®n del art¨ªculo en el dossier entregado. Los informadores asistieron durante una hora a una clase magistral de c¨®mo construir una novela-documento, que se inscribe en lo que Collins y Lapierre denominan "historia popular". Asomaron algunas sonrisas de incredulidad ante ciertos comentarios del escritor de origen irland¨¦s, quien se mostr¨® imperturbable, a pesar de que parec¨ªa ser consciente de ello. A veces, la realidad que narraba, siempre con clarividencia, vehemencia y profusi¨®n de datos y fuentes, sonaba demasiado a ficci¨®n, a best seller, a superproducci¨®n hollywoodiense. Pero no importaba. Collins se mov¨ªa con total soltura entre los detalles de c¨®mo se transforma la adormidera en hero¨ªna en los laboratorios de Estambul, de la capacidad cient¨ªfica de los iran¨ªes para construir bombas nucleares de potencia similar a la de Nagasaki, del aeropuerto en territorio alem¨¢n pero de propiedad iran¨ª... Su narraci¨®n incluso tuvo un golpe de efecto teatral, cuando mostr¨® lo que dijo ser un "crit¨®n", un peque?o artilugio muy dif¨ªcil de conseguir pero imprescindible para hacer estallar una bomba nuclear. Acabada su exposici¨®n, Collins fue muy sol¨ªcito y contest¨® a todo tipo de preguntas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.