La apertura del sector financiero andorrano despierta escaso inter¨¦s entre la banca espa?ola

La apertura bancaria andorrana parece que pasar¨¢ por los planes de expansi¨®n de los bancos europeos sin pena ni gloria. Tan s¨®lo una entidad bancaria ha expresado su inter¨¦s de manera efectiva, y es catalana: el Banco de Sabadell. A pesar de todo, a¨²n no ha hecho efectiva su demanda de entrada en el nuevo mercado bancario. Tiene tiempo para hacerlo, puesto que el plazo de adjudicaci¨®n de las licencias para operar no acaba hasta el pr¨®ximo mes de diciembre. Se calcula que el 70% de la clientela de los bancos andorranos es de nacionalidad espa?ola.

La banca andorrana mantiene la expectativa de unos inversores potenciales con la necesidad de colocar antes de la entrada en vigor de la moneda ¨²nica, en el a?o 2002, hasta cuatro billones de pesetas que podr¨ªan proceder de varios pa¨ªses comunitarios, seg¨²n cifras que baraja el sector crediticio de Andorra. Cr¨¦dit Agricole, Cr¨¦dit Lyonnais, Deutsche Bank, Banque d"Indosuez y alg¨²n otro candidato que hab¨ªa mostrado un cierto inter¨¦s inicial, han asumido como propia la opini¨®n del conjunto de la banca internacional, que cree que a las entidades de mayor peso no les resulta rentable entrar en el mercado andorrano si no pueden poseer el 100% del capital. Hay otros elementos disuasorios: la ley exige a los nuevos bancos un capital social suscrito y desembolsado de 5.000 millones de pesetas y un dep¨®sito no remunerado de 500 millones en el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas. Algo que se interpreta como un impuesto a fondo perdido sin contrapartidas, cuando flota en el ambiente una decidida inseguridad jur¨ªdica por falta de marco fiscal y de convenios de doble imposici¨®n con los pa¨ªses vecinos. Adem¨¢s, el Gobierno que preside Marc Forn¨¦ ha anunciado la creaci¨®n de un nuevo impuesto sobre la banca en los pr¨®ximos meses, dentro de una ley marco de r¨¦gimen fiscal. Insuficiencias La banca internacional objeta que la actividad bancaria en Andorra debe mejorar sus sistemas de comunicaci¨®n, que debe realizarse una selecci¨®n (muy medida pero basada en las leyes de libre competencia) de las nuevas entidades y, algo muy importante, que es necesario que se promulguen leyes de fondos de inversi¨®n y se mejore la imagen internacional de Andorra, ¨²ltimamente en horas bajas debido a la crisis originada por el contrabando de tabaco. Buena parte de estas cuestiones no se resolver¨¢n f¨¢cilmente. Por ello, la ministra de Finanzas, Susanna Arasanz, se muestra pesimista sobre la respuesta de las entidades bancarias. Arasanz considera que les costar¨¢ mucho tomar la decisi¨®n de expandirse hacia el mercado andorrano. Su falta de entusiasmo se podr¨ªa mantener en los a?os inmediatos. Entre otras razones, porque despu¨¦s de intensos debates, la ley finalmente aprobada es restrictiva y establece controles muy minuciosos sobre los bancos procedentes del extranjero. S¨®lo podr¨¢n acceder al mercado de Andorra las entidades que ofrezcan una gran precisi¨®n sobre sus datos de origen y accionariado, y que mantengan un filtro exhaustivo contra el dinero procedente de blanqueo por operaciones ilegales. Deber¨¢n atender al p¨²blico en un local abierto, con personal suficiente, y no en una discreta oficina. Por su parte, el Gobierno decidir¨¢ a trav¨¦s del sistema de concurso p¨²blico (inconstitucional, seg¨²n el especialista Enoch Alberti, porque no se ajusta a un sistema basado en una libre econom¨ªa de mercado) a qu¨¦ dos entidades da permiso para operar antes de finales de 1999 y a cu¨¢l el a?o siguiente, en una apertura del mercado gradual. Tendr¨¢ en cuenta cuestiones como la atomizaci¨®n del accionariado y la presencia de andorranos o residentes con derechos econ¨®micos en sus estructuras directivas. V¨ªa libre a los espa?oles Andorra es, a pesar de todo, una plaza financiera muy apetitosa para las entidades espa?olas, que ahora parecen tener v¨ªa libre. El Ministerio de Hacienda espa?ol no ha dejado de calificarla como el para¨ªso fiscal m¨¢s pr¨®ximo a sus fronteras. Se pueden a?adir, por lo dem¨¢s, algunos datos: en el Principado conviven siete bancos, que han duplicado la cantidad de activos que gestionan en siete a?os al pasar de 840.000 millones de pesetas en 1990 a 1,665 billones el a?o pasado. Por otra parte, en cualquier entidad del pa¨ªs es posible abrir una cuenta numerada (aunque no an¨®nima como en Suiza). Esto agudiza, de manera evidente, la capacidad de los bancos andorranos para captar recursos, es decir, para atraer clientes y dep¨®sitos. Mientras sigue sin resolverse el gran debate de c¨®mo adaptar el Principado para abrir las puertas del pa¨ªs a empresas con el 100% de capital extranjero, ya han aparecido serias dudas sobre la constitucionalidad del sistema de sociedades con cuotas reservadas a ciudadanos andorranos.