Manifiesto para una nueva ¨¦poca
Extracto del Manifiesto electoral del candidato socialista, Jos¨¦ Borrell, aprobado ayer por el Comit¨¦ Federal del PSOE:"?ste es un momento crucial para construir una pol¨ªtica abierta que nos permita aprovechar las oportunidades de un mundo globalizado y para que sepamos amortiguar los riesgos a los que nos enfrentamos. Nuestro compromiso es trazar un nuevo camino para una nueva ¨¦poca. Este proyecto de progreso puede articularse en torno a cinco grandes objetivos.
1. Hacer compatibles y complementarias la cohesi¨®n social, la competitividad de la econom¨ªa y la sostenibilidad del desarrollo, aprovechando las ventajas y superando los riesgos de un mundo globalizado.
La mundializaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas son una nueva y din¨¢mica realidad. Queremos que sirvan para beneficio de todos y no para el enriquecimiento de unos pocos. Una nueva pol¨ªtica para una nueva ¨¦poca debe ser capaz de relacionar de modo positivo la revoluci¨®n tecnol¨®gica, la eficacia productiva, la apertura de fronteras, el pleno empleo, la defensa del medio ambiente y la solidaridad como garant¨ªa de los derechos que construyen la igualdad y dan sentido a la libertad.
La mundializaci¨®n ha supuesto la globalizaci¨®n de los mercados y la reestructuraci¨®n de las actividades productivas. Este gran cambio est¨¢ rompiendo la cohesi¨®n social de los pa¨ªses desarrrollados que no saben adaptarse, est¨¢ dividiendo al Tercer Mundo entre pa¨ªses emergentes enfrentados a una brutal crisis financiera y los que se hunden sin esperanza. Sin embargo, la mundializaci¨®n puede y debe ser una oportunidad de crecimiento para todos. Los pa¨ªses que incrementar¨¢n su competitividad son los que den a sus ciudadanos seguridad y cohesi¨®n social para afrontar los cambios. El Estado de bienestar es coherente con la orientaci¨®n econ¨®mica que proponemos para Espa?a. No podemos entrar en el siglo XXI marcha atr¨¢s, hacia los salarios bajos y la eliminaci¨®n de los gastos sociales. Nuestra apuesta es la producci¨®n competitiva de calidad.
Para la nueva ¨¦poca, necesitamos en Espa?a pol¨ªticas que, manteniendo el adecuado control del d¨¦ficit p¨²blico, mejoren la eficacia del sistema de protecci¨®n social en la salud, la educaci¨®n y los servicios sociales. La separaci¨®n del sector p¨²blico y privado, tanto en sanidad como en educaci¨®n, no favorece ni a las clases populares ni a las clases medias. Necesitamos una s¨ªntesis de los mejores elementos de ambos sistemas. Adem¨¢s, el Estado del bienestar tiene que desarrollar su atenci¨®n a la infancia y a la tercera edad, liberando as¨ª de carga de trabajo a la mujer espa?ola, que es quien asume su cuidado privado.
Esa sociedad que queremos no puede mirar al futuro con honestidad sin cuestionar, en muchos de sus contenidos, nuestro modelo de vida y de bienestar, de producci¨®n y consumo. Un bienestar erigido sobre un uso descuidado o abusivo de las materias primas, del agua o de la energ¨ªa, significa, a escala nacional, europea y planetaria, pagar un alto coste en t¨¦rminos de contaminaci¨®n, de creciente desaparici¨®n de especies y de los ecosistemas.
Es necesario generar una din¨¢mica social que se plasme en una voluntad pol¨ªtica efectiva para integrar criterios de conservaci¨®n del medio ambiente en todas las ¨¢reas de la acci¨®n p¨²blica.
El gran reto de Espa?a es avanzar hacia el pleno empleo sin convertir el trabajo en una simple mercanc¨ªa y sin permitir salarios de pobreza y precariedad que impiden la formaci¨®n laboral. Rechazamos el camino de las pol¨ªticas neoliberales que pretenden resolver el problema del desempleo a costa de dualizar la sociedad, pero tampoco podemos aceptar la existencia de un paro estructural que, en nuestro pa¨ªs, dura ya veinte a?os. Hemos de combatir tanto las situaciones de necesidad como las de inutilidad del ser humano.
Desde la transici¨®n a la democracia, hemos visto c¨®mo el empleo crece en las ¨¦pocas de expansi¨®n econ¨®mica y se contrae en las ¨¦pocas de recesi¨®n. Pero siempre, incluso en los mejores momentos, los desempleados se han contado por millones, sometidos al tormento de que no valen para nadie.
Las sociedades que hoy crecen lo hacen considerando m¨¢s importante su capital humano, la cualificaci¨®n de sus trabajadores y de sus emprendedores, que su capital financiero. Por ello, queremos colocar en primer plano el esfuerzo colectivo por aumentar el nivel de preparaci¨®n de los espa?oles y el nivel tecnol¨®gico y competitivo de nuestras empresas, mediante una apuesta por la educaci¨®n y el progreso cient¨ªfico y t¨¦cnico. A nadie se le oculta la complejidad del desempleo en Espa?a y no queremos avanzar f¨¢ciles soluciones. Pero s¨ª comprometernos a que, en el futuro gobierno socialista, la lucha contra el paro ser¨¢ nuestra m¨¢s ardiente ambici¨®n.
2.Recuperar el prestigio social de la pol¨ªtica, como base de una democracia de calidad, en la que el ciudadano no se vea reducido al papel de consumidor y espectador.
Los ciudadanos tienen hoy un nivel mucho mayor de formaci¨®n e informaci¨®n. Y, parad¨®jicamente, se sienten impotentes para condicionar los procesos de decisi¨®n pol¨ªtica. Eso explica su desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica y los partidos. Los ciudadanos exigen, cada vez m¨¢s, hablar por s¨ª mismos y aspiran a una mayor transparencia y control sobre los asuntos p¨²blicos. Esperan de la pol¨ªtica m¨¢s participaci¨®n directa, reformas en el funcionamiento de las instituciones y de los partidos, reformas de la legislaci¨®n electoral, del funcionamiento de los parlamentos, y mejores contrapesos del Poder Judicial y de los poderes medi¨¢ticos.
Los j¨®venes se sienten indiferentes ante el discurso pol¨ªtico, cuando no agredidos, debido a las contradicciones que perciben entre las palabras y los hechos. Seguir ofreciendo un discurso monol¨ªtico con ideas est¨¢ticas que no responden a la realidad cambiante que perciben hace que se sientan desconcertados e incluso irritados, si adem¨¢s los hechos y los comportamientos no recogen los valores de solidaridad, igualdad y justicia social generalmente compartidos por los j¨®venes. La nueva pol¨ªtica socialista tiene que acoger ese reto y romper el muro generacional para construir el nuevo proyecto pol¨ªtico de la izquierda espa?ola. Nuestra obligaci¨®n es encontrar los medios eficaces para devolver la pol¨ªtica a los j¨®venes, y los j¨®venes a la pol¨ªtica.
3.Construir una Europa pol¨ªtica, m¨¢s solidaria, m¨¢s democr¨¢tica en las relaciones con los ciudadanos, m¨¢s eficaz en su sistema de decisi¨®n, capaz de jugar en un mundo fragmentado el papel que ning¨²n pa¨ªs puede ya jugar en solitario.
Ahora, cuando 11 de los 15 pa¨ªses de la Uni¨®n tienen gobiernos socialdem¨®cratas, debemos poner en primer plano nuestra pol¨ªtica europea por dos grandes razones:
Primero, porque s¨®lo en una Europa integrada podr¨¢ Espa?a desarrollar una pol¨ªtica social avanzada. Segundo, porque los objetivos de nuestra pol¨ªtica exterior pueden alcanzarse mejor integr¨¢ndolos en una pol¨ªtica europea m¨¢s ambiciosa que la actual.
Por eso los socialistas defendemos una pol¨ªtica presupuestaria coordinada para el conjunto de la Uni¨®n. Pero, adem¨¢s, defenderemos un instrumento presupuestario com¨²n, financiado de forma m¨¢s progresiva, que permita hacer frente a los problemas que puedan afectar a uno de sus miembros.
Espa?a debe influir activamente en el quehacer europeo para ganar influencia en el mundo y aportar soluciones a los desequilibrios econ¨®micos, financieros y medioambientales internacionales. El impulso a una pol¨ªtica mediterr¨¢nea que permita a Espa?a situarse en el centro de un ¨¢rea de progreso y no en una frontera hostil, as¨ª como un pleno desarrollo de la pol¨ªtica latinoamericana de Espa?a, pueden alcanzarse mucho mejor en una pol¨ªtica exterior com¨²n europea m¨¢s ambiciosa que la actual.
Espa?a tiene una importante contribuci¨®n que hacer para avanzar en la soluci¨®n de los problemas actuales de un mundo inestable y fragmentado. Aspiramos a una Uni¨®n Europea que contin¨²e extendiendo la defensa de los derechos humanos, la ayuda humanitaria y la cooperaci¨®n econ¨®mica en las zonas desfavorecidas del planeta, y que se convierta en un aut¨¦ntico trampol¨ªn para plantear a escala mundial soluciones efectivas a los problemas de falta de regulaci¨®n de los mercados financieros, los poderes privados globales y la degradaci¨®n de los ecosistemas.
4.Preservar a Espa?a como identidad pol¨ªtica, como Estado y como naci¨®n
Nos preocupa extraordinariamente el desorden auton¨®mico que se est¨¢ produciendo en nuestro pa¨ªs. Tensiones entre territorios, agravios comparativos, desarmonizaci¨®n fiscal, han preferido a un progresivo deterioro de los fundamentos auton¨®micos y constitucionales de la estructura del Estado. Hoy, a los dos a?os del Gobierno de la derecha con los nacionalistas, las reivindicaciones extremas y la falta de consenso caracterizan este delicado tema de nuestra pol¨ªtica.
La pol¨ªtica del Gobierno en esta materia es un fracaso absoluto. No tiene un proyecto para Espa?a, sino un simple af¨¢n por permanecer en el poder a costa de lo que sea.
Los socialistas tenemos un proyecto de pa¨ªs, una idea de Espa?a y de la estructura del Estado. Creemos en la Constituci¨®n y en los Estatutos y en la convivencia de las comunidades y pueblos de Espa?a desde su autogobierno en un estado que asegure la cohesi¨®n entre nuestros territorios y entre los espa?oles, garantizando la igualdad de derechos b¨¢sicos de todos los ciudadanos.
Queremos recuperar los valores impl¨ªcitos en nuestro pacto constituyente y reiterar que nuestro marco constitucional ha permitido un grado de autogobierno como nunca tuvimos en nuestra historia, asemej¨¢ndonos a los Estados federales m¨¢s descentralizados del mundo. Las pretensiones de reformar la Constituci¨®n alterando nuestro modelo territorial fracturan el pacto constituyente, fragmentan el pa¨ªs y nos abocan a una organizaci¨®n territorial imposible en el marco de la Uni¨®n Europea. Perfeccionar la Constituci¨®n es posible, incluso deseable, si lo hacemos por consenso y respetando las reglas para ello.
El PSOE propone a las fuerzas pol¨ªticas un di¨¢logo sereno y riguroso sobre esta cuesti¨®n capital de nuestra historia pol¨ªtica y de nuestro presente. Creemos que hay que desarrollar la Constituci¨®n y los Estatutos desde una perspectiva federal. Un federalismo de la diversidad que, reconociendo los hechos diferenciales, impulse el desarrollo auton¨®mico y mantenga la cohesi¨®n pol¨ªtica de Espa?a.
5.Humanizar nuestra convivencia y reforzar nuestra cultura c¨ªvica
Debemos ser capaces de construir una sociedad m¨¢s humanizada para esta nueva ¨¦poca, como base del impulso a la plena realizaci¨®n personal de cada individuo. No puede haber contraposici¨®n entre socialismo e individualidad. Debemos progresar en una sociedad que mantenga la responsabilidad colectiva a trav¨¦s de los servicios p¨²blicos de bienestar, pero que impulse igualmente la responsabilidad individual de cada ciudadano.
Queremos construir una Espa?a para todos en la que la familia y las nuevas formas de convivencia sean un n¨²cleo de solidaridad, tolerancia y responsabilidades compartidas; en la que los minusv¨¢lidos o discapacitados puedan desarrollarse como los dem¨¢s ciudadanos; en la que los mayores puedan realizarse; en la que minor¨ªas, como la gitana, tengan m¨¢s oportunidades y m¨¢s justicia; en la que los inmigrantes y los refugiados puedan comenzar una vida decente.
Queremos humanizar la vida ciudadana en una sociedad que fomente las tareas de voluntariado de los j¨®venes y no los deje al albur exclusivo de la industria del ocio; una sociedad en la que las horas de trabajo permitan dedicarse a la educaci¨®n de los hijos y a las tareas en comunidad; una sociedad en la que desaparezcan las cifras escandalosas de accidentes laborales, la barbarie de los malos tratos y de los cr¨ªmenes dom¨¦sticos contra las mujeres.
En el umbral del siglo XXI la cultura en Espa?a debe dar un salto cuantitativo y cualitativo, por su valor estrat¨¦gico en el fomento de los valores ciudadanos, por su creciente importancia como sector de creaci¨®n de riqueza y empleo, y porque es un complemento inestimable de la aportaci¨®n que Espa?a puede hacer al mundo. La cultura es ant¨ªdoto contra la barbarie.
Pero no ser¨¢ posible progresar en la humanizaci¨®n de nuestra sociedad y en su nivel de cultura c¨ªvica sin apelar a los valores, los ideales y las ideas. La nueva pol¨ªtica debe estar presidida por una nueva ¨¦tica c¨ªvica, cimentada en los valores del compromiso personal con la legalidad democr¨¢tica; el respeto de cada uno por el patrimonio colectivo; la observancia de los derechos humanos de la persona y de la infancia; la autonom¨ªa individual unida a la solidaridad y la cooperaci¨®n entre las personas; la completa equivalencia de los sexos en la pol¨ªtica, el trabajo y las obligaciones privadas; la solidaridad y el compromiso colectivo ante la enfermedad, la ignorancia, la vejez, la pobreza y el desempleo; el respeto a las opiniones ajenas y el di¨¢logo como m¨¦todo de consenso; la educaci¨®n en la libertad complementada con la responsabilidad. Esta ¨¦tica y esta cultura c¨ªvica no surgir¨¢n por generaci¨®n espont¨¢nea. Nuestra obligaci¨®n es infundirla a trav¨¦s de la educaci¨®n, los medios de comunicaci¨®n, el compromiso de los intelectuales y la pedagog¨ªa y ejemplaridad c¨ªvica de los pol¨ªticos.
Vivimos en Europa y en Espa?a un momento hist¨®rico. Tenemos ante nosotros dos caminos.
Uno de ellos es el del PP y su Gobierno. La derecha no est¨¢ atacando a¨²n de un modo frontal al Estado de bienestar espa?ol, puesto que no ha tenido los apoyos electorales necesarios, pero est¨¢n minando sus bases. La derecha no dice que no le importe el empleo, pero simplemente lo abandona a los efectos inducidos por el actual ciclo de crecimiento econ¨®mico. Su pol¨ªtica est¨¢ hueca, salvo de propaganda. La derecha no dice que no le importe Europa. Pero si entre 1978 y 1996 Espa?a pas¨® del aislamiento a la influencia, vemos ahora con honda preocupaci¨®n c¨®mo est¨¢ desliz¨¢ndose hacia la irrelevancia en Europa y en el mundo.
Nosotros proponemos una opci¨®n de seguridad y est¨ªmulo ante el cambio. La nueva pol¨ªtica que proponemos es una garant¨ªa para el futuro: la cohesi¨®n social contra la plaga del desempleo; la cohesi¨®n social como aliada de la competitividad espa?ola; la cohesi¨®n territorial como garant¨ªa de la convivencia pac¨ªfica y plural de las regiones y nacionalidades de Espa?a; la calidad de la democracia como garant¨ªa de la cohesi¨®n pol¨ªtica en un proyecto de pa¨ªs que va m¨¢s all¨¢ de un programa electoral.
Queremos construir un futuro abierto y seguro para todos, una sociedad que se adentre en el siglo XXI basada en los derechos, las oportunidades y la responsabilidad individual y colectiva. A esa tarea os convocamos llamando a la participaci¨®n en la definici¨®n de nuestro programa electoral".
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