El Gobierno acepta el apoyo del PSOE pero se niega a enfrentarse a sus socios nacionalistas

El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar expres¨® ayer su "acuerdo total", no exento de matices, con la oferta de apoyo que le hizo el s¨¢bado el candidato socialista a la Presidencia, Jos¨¦ Borrell, para que PP y PSOE asuman juntos los desaf¨ªos auton¨®micos formulados por los nacionalistas con las Declaraciones de Lizarra y Barcelona. El Ejecutivo coincide con los socialistas en la defensa de la Constituci¨®n y los Estatutos en esta etapa reivindicativa alentada por la tregua terrorista. Pero no quiere que esta alianza derive en una pol¨ªtica "frentista", y har¨¢ lo posible por conservar intacto el apoyo de CiU y PNV.

El Gobierno ha establecido una "l¨ªnea caliente" de comunicaci¨®n con el PSOE, tras la ¨²ltima reuni¨®n entre el jefe del Ejecutivo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el secretario general socialista, Joaqu¨ªn Almunia, el pasado jueves en La Moncloa, para afrontar en com¨²n la nueva etapa de reclamaciones que han abierto los partidos nacionalistas muy especialmente tras la tregua de ETA. La comunicaci¨®n entre el ministro del Interior, Jaime Mayor, y el responsable de comunicaci¨®n del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ser¨¢ permanente.Frente a las exigencias del derecho a la autodeterminaci¨®n, formuladas por CiU y PNV, y las continuas alusiones a una posible reforma de la Carta Magna, las bases de la colaboraci¨®n entre el Gobierno y el PSOE son la defensa del actual marco constitucional y estatutario. No obstante, el Ejecutivo quiere evitar que esta colaboraci¨®n se pueda interpretar como un "frente antinacionalista". El portavoz del Gobierno, Josep Piqu¨¦, se?al¨® ayer que "cualquier intento de construir el futuro sobre la base de la marginaci¨®n de partidos democr¨¢ticos nos aboca al error".

La clave est¨¢ en que el Gobierno pretende compatibilizar la colaboraci¨®n con el PSOE en una importante cuesti¨®n de Estado, como es la pol¨ªtica territorial, con sus relaciones parlamentarias con CiU, PNV y Coalici¨®n Canaria (CC), que garantizan la estabilidad del Ejecutivo. M¨¢s aun cuando Aznar pretende agotar la legislatura y necesita los votos de los nacionalistas en el Congreso durante otro a?o m¨¢s.

Previsiblemente, ni la tregua de ETA ni la crisis econ¨®mica van a hacer cambiar de planes a Aznar. La pretensi¨®n de algunos ministros, como el propio Josep Piqu¨¦, titular de Industria, de adelantar las elecciones generales para hacerlas coincidir con las auton¨®micas de junio de 1999 choca frontalmente, hoy por hoy, con lo que piensa el presidente.

Entendimiento con el PSOE s¨ª, pero manteniendo el apoyo de PNV y CiU y un hilo de comunicaci¨®n con ambas fuerzas para seguir intercambiando informaci¨®n sobre la tregua de ETA, como acord¨® Aznar con sus principales l¨ªderes, Xabier Arzalluz y Jordi Pujol, en las reuniones de la pasada semana. Esta doble actitud ha levantado suspicacias en el PSOE. Los socialistas reiteraban ayer su respaldo al Gobierno en la defensa de la pol¨ªtica territorial, pero expresaban reticencias hacia su comportamiento. Jos¨¦ Borrell, autor de la oferta de apoyo al Gobierno, aclaraba que "no se trata de hacer un frente contra nadie", pero tambi¨¦n precisaba que "si alguien ha hecho un frente en este pa¨ªs han sido los partidos nacionalistas, o al menos han puesto en com¨²n una estrategia para alcanzar ciertos objetivos". Borrell anticip¨® la estrategia de su partido en el Congreso: "No vamos a utilizar una situaci¨®n en la cual un partido que no tiene mayor¨ªa suficiente [el PP] se ve obligado, para mantenerse en el Gobierno, a aceptar lo que le imponen sus socios nacionalistas minoritarios".

El secretario de Pol¨ªtica Auton¨®mica socialista, Ram¨®n J¨¢uregui, aprovech¨® para recordar como causas del alejamiento entre el PP y el PSOE las concesiones que Aznar hizo a los nacionalistas en financiaci¨®n auton¨®mica y sanitaria. "Esta pol¨ªtica de cesiones ha contribuido a envalentonar a los nacionalistas, que ahora han tomado la iniciativa".

En esta misma direcci¨®n, el portavoz socialista en el Senado, Juan Jos¨¦ Laborda, expresaba su temor a que "en este proceso los neoliberales del "Estado m¨ªnimo" se pongan de acuerdo con los nacionalistas para debilitar un Estado vertebrador y solidario, consagrado por la Constituci¨®n". Laborda reclam¨® que el debate sobre el modelo de Estado se celebre en el Senado, y no en los foros de Barcelona y Lizarra (Estella). M¨¢s agresiva, la dirigente socialista vasca Rosa D¨ªez denunci¨® la "falta de coraje de Aznar" y la "d¨¦bil respuesta" de Piqu¨¦ a la "deslealtad de Arzalluz". El l¨ªder vasco hab¨ªa declarado el domingo que "Aznar se hubiera ahorrado muchos muertos" si hubiera hecho caso al PNV.

Confirmando estos temores, Almunia advert¨ªa en Viena contra una posible "exacerbaci¨®n de posiciones nacionalistas". Por esta raz¨®n, y "para no permitir, con nuestra inhibici¨®n, que el proyecto global del Estado de las autonom¨ªas sufra a causa de la debilidad del Gobierno", reiter¨® que el PSOE est¨¢ dispuesto a apoyar con sus votos al PP. Pero teme que Aznar se ha situado "entre la espada y la pared".