Un centenar de estudiantes impiden conmemorar los 40 a?os de la Facultad de Derecho
La conmemoraci¨®n del 40? aniversario de la inauguraci¨®n de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (UB) no se pudo celebrar. El rector de la UB, Antoni Caparr¨®s; el alcalde de Barcelona, Joan Clos; la delegada del Gobierno, Julia Garc¨ªa-Valdecasas; la consejera de Justicia, N¨²ria de Gispert; el presidente del TSJC, Guillem Vidal, y representantes del mundo jur¨ªdico y acad¨¦mico aguantaron impert¨¦rritos durante m¨¢s de noventa minutos los gritos, insultos y pitidos que les dedicaron algo m¨¢s de un centenar de estudiantes, hasta que optaron por abandonar el aula magna.
Lo que se trataba de conmemorar era un hecho a la vez simb¨®lico y real en la historia de la universidad catalana. El edificio que alberga la Facultad de Derecho, inaugurado en 1958, pese a ser el segundo que se construy¨® en el campus de Pedralbes -Farmacia fue el primero-, abri¨® la puerta al modelo de ciudad universitaria que ahora existe en esta parte de Barcelona y supuso, en el aspecto est¨¦tico y formal, toda una innovaci¨®n. La obra de los arquitectos Guillermo Gir¨¢ldez, Pedro L¨®pez y Xavier Sub¨ªas gan¨® el Premio FAD y se convirti¨® con el tiempo en un edificio de referencia arquitect¨®nica de la ciudad. Tal vez fue la anunciada presencia del ministro de Exteriores, Abel Matutes -que no asisti¨® al acto- lo que atrajo a los manifestantes. Pero el elenco que se sentaba en el estrado ya representaba sobradamente a todas las ramas de la Administraci¨®n. Las reclamaciones que esgrim¨ªan los alborotadores no eran de excesivo calado pr¨¢ctico, pero su actitud y el fondo de los estribillos remit¨ªan a un talante revolucionario que hac¨ªa mucho tiempo que no se mostraba con esta evidencia en los recintos acad¨¦micos catalanes. El elemento desestabilizador que se ha instalado este curso en la UB ha sido la cuesti¨®n del pago fraccionado de la matr¨ªcula. Habitualmente las universidades ofrec¨ªan la posibilidad de hacer efectivo el pago en dos cuotas, una al matricularse y la otra a mediados de curso. Este a?o se ha ofrecido la posibilidad de financiarlo a trav¨¦s de una entidad bancaria en 11 mensualidades, con un inter¨¦s m¨ªnimo. La UB, al contrario que las dem¨¢s universidades, ha suprimido la primera posibilidad, al tiempo que una entidad bancaria se ha hecho f¨ªsicamente presente en las facultades, con profusi¨®n de carteles e incluso casetas, para promocionar su oferta. Una de estas casetas fue introducida ayer a trompicones dentro del aula magna, provocando el momento de mayor violencia. La banca, s¨ªmbolo m¨¢ximo del poder econ¨®mico y de la servidumbre de la pol¨ªtica, fue el arma arrojadiza. El centenar largo de manifestantes no respond¨ªa a ning¨²n patr¨®n concreto. Fuentes policiales lo identificaron con el movimiento okupa, pero salvo contadas excepciones ninguno de ellos correspond¨ªa al modelo habitual de los miembros de este movimiento. Los grupos pol¨ªticos m¨¢s establecidos en el campus, como la Asociaci¨®n de Estudiantes Progresistas (AEP) y el Bloc d"Estudiants Independentistes (BEI), cuyos carteles colgaban de las paredes, no tardaron en desmarcarse del rumbo que tomaron los acontecimientos. Fue una hora y media muy larga, que puso a prueba los nervios de los presentes que no pudieron desarrollar sus parlamentos. Los invitados permanecieron todo el rato en silencio y tal s¨®lo se levantaron para entonar el Gaudeamus igitur, el himno del mundo acad¨¦mico. "En estos momentos el silencio es el mejor homenaje a la palabra universitaria. A quienes hemos padecido el fascismo nos preocupan cosas como ¨¦sta", sentenci¨® el rector Caparr¨®s. "Nos han negado el derecho a hablar", lament¨® Clos.
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