El amor imposible
Es proverbial el pesimismo casi visceral de Jos¨¦ Saramago. Sin embargo, durante las largas conversaciones que mantuvimos hace un a?o en su isla de Lanzarote, afirm¨® que son los pesimistas los que ponen mayor esfuerzo en la construcci¨®n de la sociedad. Saramago quiso, parad¨®jicamente, que aquellas conversaciones se titularan El amor posible porque, seg¨²n ¨¦l, en sus novelas el amor es siempre posible. Tampoco creyeron los cr¨ªticos aquel atisbo de optimismo del autor que, en un lapsus freudiano, en la mayor¨ªa de los casos, empezando por este mismo diario, escribieron El amor imposible, cosa que hizo sonre¨ªr al escritor.Su mujer, Pilar del Rio - de quien Saramago dice que su relaci¨®n de amor con ella es lo mejor que le ha ocurrido en la vida-, afirma que si el escritor fuera tan pesimista como dice ya habr¨ªa arrojado la toalla. Lo que s¨ª le ocurre al nuevo Nobel de Literatura es que es un escritor comprometido con su tiempo y con el grito de desesperaci¨®n de los marginados. De ah¨ª el que no comprenda a un escritor trabajando encerrado en su bola de cristal. De ah¨ª el que siga sinti¨¦ndose y proclam¨¢ndose comunista porque afirma que el socialismo es, antes que nada, un movimiento del esp¨ªritu. Est¨¢ convencido de que ni el capitalismo actual es capaz de resolver la miseria y la soledad del mundo, ni el socialismo ha agotado todas sus posibilidades de liberaci¨®n.
Saramago, que aparece a veces duro e inabordable, encerrado en s¨ª mismo, es un personaje m¨¢s bien tierno y vulnerable de quien su mujer afirma que "escribe para hacerse amar". Saramago ha confesado que no va a escribir su autobiograf¨ªa y, sin embargo, en nuestra conversaci¨®n en Lanzarote comenz¨® diciendo que "vivimos para decir lo que somos". ?l se considera ateo y ha confiado que si en la hora de su muerte tuviera la debilidad de convertirse como han hecho otros grandes escritores y artistas, no ser¨ªa ¨¦l sino otro. Pero afirma pol¨¦micamente que no entiende "c¨®mo se habla tan poco de Dios", ya que, a su parecer, ha sido la religi¨®n en buena parte lo que ha condicionado nuestras vidas y nuestras conciencias. Ateo convencido, ha escrito uno de los libros m¨¢s bellos sobre Jesucristo. Y te¨®logos de la Liberaci¨®n, como Leonardo Boff, adoran su afirmaci¨®n de que "Dios es el silencio del universo y el hombre el grito que da sentido a ese silencio".
Preguntado sobre si cree en la felicidad, responde: "Yo suelo decir que soy feliz. Pero hablo as¨ª para no tener que explicar que hay algo m¨¢s que decir, como que existe lo que se llama serenidad y armonia, que quiz¨¢ sea una especie de sabiduria". Y a?ade: "Cuando digo que no he tenido ambiciones, que no he deseado nunca nada y por eso ahora puedo decir que lo tengo todo, es que me siento en paz con todo lo que me rodea: personas, cosas, animales, ¨¢rboles, el cielo, el mar".
Saramago suele alertar de que no debemos olvidar que "no existen ni derrotas ni victorias definitivas", porque las victorias de hoy pueden acabar en derrotas ma?ana y, al rev¨¦s, los derrotados de hoy podr¨ªan ser los triunfadores de ma?ana.
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