Las inc¨®gnitas del nuevo Parlamento
La pr¨®xima C¨¢mara deber¨¢ gestionar una situaci¨®n esperanzadora, aunque todav¨ªa precaria y azarosa
Suele decirse que en Euskadi sucede un hecho hist¨®rico cada pocas semanas. Pero, sin caer en la hip¨¦rbole, s¨ª puede situarse la importancia de la consulta del 25 de octubre a la misma altura de los primeros comicios auton¨®micos del Pa¨ªs Vasco. Y los supera en incertidumbres.Hace 18 a?os, la mayor de ellas consist¨ªa en saber qu¨¦ fuerza pol¨ªtica iba a gestionar la naciente autonom¨ªa surgida del Estatuto de Gernika. Ahora no hay ninguna duda de que, de nuevo, el Gobierno que salga de las urnas se articular¨¢ alrededor del PNV, aunque no se sepa a ciencia cierta en qu¨¦ plazo podr¨¢ constituirse y con qu¨¦ otros socios. Por eso, y sobre todo por los elementos extra-electorales que se han puesto sobre la mesa, puede afirmarse que la composici¨®n del nuevo Gobierno tiene una importancia secundaria en la consulta.
Con la tregua indefinida de ETA y los movimientos pol¨ªticos que la han arropado por parte del nacionalismo moderado, las elecciones de dentro de dos semanas han adquirido un car¨¢cter casi constituyente. No puede afirmarse que el mantenimiento del cese de los atentados por parte de la organizaci¨®n terrorista dependa de los resultados electorales. Pero es indudable que al Parlamento vasco que resulte del 25-O le tocar¨¢ gestionar una situaci¨®n esperanzadora, aunque precaria y azarosa.
Por un lado, se toca como en ninguna otra ocasi¨®n la posibilidad de alcanzar el fin de la violencia; por otro, desde un amplio sector de la sociedad vasca se mira con aprensi¨®n el vac¨ªo que abre el cuestionamiento del marco estatutario por parte del partido-referencia, el PNV, en su intento de forzar la maduraci¨®n pol¨ªtica del mundo de HB.
Este sentimiento contradictorio explica, seg¨²n los analistas pol¨ªticos, que las encuestas no bonifiquen al partido de Arzalluz por haber sido el partero de la tregua de ETA y le anticipen el mismo n¨²mero de esca?os que obtuvo en 1994 (22 de los 75 del Parlamento vasco). "Los votos de m¨¢s que pueda recibir por esto se contrarrestan con los que quiz¨¢ pierda por el miedo de algunos de sus votantes habituales al uso que pueda hacer de su mayor¨ªa", comenta un soci¨®logo de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
Y es que en pocas semanas han cambiado las referencias en las que se ha movido la pol¨ªtica vasca en los ¨²ltimos a?os. Con la tregua, y sobre todo con la expectativa de que se haga definitiva, la Mesa de Ajuria Enea, pivote fundamental para los partidos democr¨¢ticos hasta anteayer, se difumina. S¨®lo en el caso de que ETA volviera a la violencia, arruinando la incipiente reconversi¨®n pol¨ªtica de HB, ese ¨®rgano podr¨ªa recobrar protagonismo. Por m¨¢s que se reivindique la validez del diagn¨®stico y las v¨ªas de soluci¨®n contenido en el Pacto de Ajuria Enea, el hecho de que su ¨®rgano de gesti¨®n se haya configurado en la pr¨¢ctica como un foro antiterrorista, hace que la Mesa sea poco adecuada para afrontar la nueva situaci¨®n. Ciertamente, si ETA da pasos irreversibles hacia la paz, la Mesa de Ajuria Enea podr¨ªa abrirse a HB (o a Euskal Herritarrok, su expresi¨®n electoral), como ya han propuesto algunos portavoces nacionalistas. Sin embargo, no parece factible que HB acepte este foro despu¨¦s de los denodados esfuerzos que ha realizado desde 1988 por arrumbarlo.
El siguiente movimiento
Antes habr¨¢ que despejar esa otra gran inc¨®gnita que se esconde detr¨¢s de la fecha del 25-O: ?qu¨¦ har¨¢ ETA a continuaci¨®n? Aunque la organizaci¨®n terrorista no concurre a las elecciones, es una variable de los comicios, y no de segundo rango. Si hay que hacer caso de su comunicado del 16 de septiembre, la prolongaci¨®n de la tregua viene a depender de que los partidos nacionalistas e IU mantengan su fidelidad al gui¨®n perge?ado en la Declaraci¨®n de Lizarra. Y aqu¨ª se plantea otra duda: ?c¨®mo va a conciliar el PNV la tarea pragm¨¢tica de formar Gobierno de coalici¨®n con el desarrollo de los principios -soberan¨ªa (autodeterminaci¨®n), territorialidad y sujeto de decisi¨®n- enunciados en dicho acuerdo?Hay en la actual situaci¨®n vasca m¨¢s preguntas que contestaciones. Y m¨¢s ilusi¨®n que confianza. De hecho, en estos comicios se va a votar menos que nunca programas o propuestas concretas. Es in¨²til buscar respuestas a las grandes inc¨®gnitas que se han volcado sobre el escenario de las elecciones en los programas elaborados por las formaciones en liza. Mucho menos en los inflamados discursos de sus dirigentes.
Es la gran paradoja de estos comicios. Son, como recuerdan enf¨¢ticamente los candidatos, unas elecciones trascendentales, en las que la sociedad se juega mucho. Y la gente lo siente as¨ª. Pero nadie puede o quiere decirle qu¨¦ es exactamente lo que se juega y qu¨¦ efectos concretos tendr¨¢ el que su voto vaya a parar a una u otra formaci¨®n.
En cualquier caso, y a expensas del ¨ªndice de participaci¨®n en las urnas, no se esperan alteraciones significativas en la actual relaci¨®n de fuerzas, m¨¢s all¨¢ de la pugna suscitada entre el PP, el PSE y Euskal Herritarrok por ocupar la segunda plaza, actualmente en manos de los socialistas. Con esa certidumbre, lo que vaya a suceder a partir del d¨ªa 26 va a depender sobre todo del acierto y la voluntad de los pol¨ªticos vascos para afrontar un momento hist¨®rico m¨¢s complejo de lo que es habitual en el Pa¨ªs Vasco. Es decir, mucho.
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