El alma del carrusel
La asociaci¨®n de feriantes de la regi¨®n integra a 400 profesionales que llevan la alegr¨ªa a las fiestas de toda Espa?a
"Nosotros siempre estamos mirando al cielo porque cuando llueve no viene nadie, pero ponemos en marcha el carrusel como si no pasara nada", exclama Pilar L¨®pez Mah¨ªllo en su cabina de mandos. Pertenece a una familia de feriantes formada por su marido Florencio Flores, su cu?ado ?ngel, su sobrino Israel, algunos hermanos, primitas, sobrinos, t¨ªas y los fundadores, los abuelos. Todos saben de viajes, electricidad, carpinter¨ªa o programas de ordenador como el mejor profesional. Los m¨¢s peque?os, en vacaciones escolares, juegan a la feria tras pasar el invierno en el colegio."Muchas personas del gremio de feriantes no tuvieron la oportunidad de estudiar, pero dar¨ªan lecciones a los ingenieros. Montan los aparatos varias veces al mes y conocen cada pieza como la palma de su mano. Ahora, la mayor¨ªa de los carruseles funcionan con ordenador, y ellos est¨¢n constantemente creando nuevos programas", explica Galo Gorrachategui, presidente de la Asociaci¨®n Unificada de Industriales Feriantes de la Comunidad de Madrid.
Pilar L¨®pez Mah¨ªllo recuerda de su infancia unos divertidos viajes encima de todos los aparatos. "Alquilaban una camioneta entre varios feriantes, cargaban todo lo que pod¨ªan y a los ni?os nos pon¨ªan encima, cada viaje era una aventura, aunque fuera corto. Para los ni?os era un juego. Luego trabaj¨¢bamos de lo lindo, pero de estudiar, nada".
Los padres de Pilar ten¨ªan una barcaza columpio. "La mec¨ªan a mano mi padre y mi madre. Cuando lo pienso, lloro. Los viajes interminables, descargar, montar, columpiar, era dur¨ªsimo. Ahora tenemos otros problemas, pero al menos nuestras hijas pueden ir al colegio".
El presidente de la asociaci¨®n pertenece a una familia de feriantes churreros. El n¨²mero de afiliados de la asociaci¨®n en Madrid es de 400, aunque en realidad los capitalinos viajan por todo el pa¨ªs. "Los feriantes casi siempre se han casado con personas del entorno y suelen ser familias numerosas que contin¨²an el trabajo de los padres. A pesar del aumento de personas en este sector, el paro no existe, sino que damos trabajo", a?ade Galo Gorrachategui. Los parques tem¨¢ticos y centros comerciales, y las diferentes ofertas de ocio existentes en la actualidad han originado una peque?a crisis en el sector. Los feriantes no pueden acceder al trabajo en estos grandes parques de atracciones porque suelen ser multinacionales ya organizadas. Este a?o, las lluvias les aguaron las fiestas de San Isidro del mes de mayo, aunque el verano respet¨® su negocio. Una de sus reclamaciones es que los ayuntamientos habiliten recintos feriales en condiciones. Tambi¨¦n denuncian la falta de sensibilidad que demuestra hacia ellos la Administraci¨®n, que les trata como marginados; la descoordinaci¨®n entre distritos; los altos precios de las adjudicaciones y, como consecuencia, la falta de rentabilidad.
El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, pretende que los recintos feriales los gestionen las asociaciones de vecinos, empresas privadas y las asociaciones de industriales feriantes. La Asociaci¨®n Unificada califica de grave error el que se deje en manos de asociaciones de vecinos, sin experiencia en el sector, y que las empresas privadas s¨®lo ser¨ªan intermediarias que encarecer¨ªan los precios.
La adjudicaci¨®n de las parcelas desde 1988 se hace por antig¨¹edad. Durante a?os se utiliz¨® el sistema de sorteo, pero los feriantes siempre han luchado por el modelo de antig¨¹edad como la forma m¨¢s justa. Anteriormente se hac¨ªa por subasta, hasta que los precios adquirieron unas cotas insoportables, provocando situaciones injustas y la ruina a cientos de familias.
Flores no pertenec¨ªa a una familia de feriantes, pero cuando se cas¨® con Pilar L¨®pez atrajo tambi¨¦n a su propia familia. Ahora es un experto con todo lo que llega a sus manos, desde el engrase al ordenador. Ya hace a?os que construy¨® su primer tiovivo, que se ha convertido en un cl¨¢sico. "Es de los pocos tiovivos antiguos que quedan. A los padres les encanta su sencillez y les recuerda su infancia", dice ?ngel, orgulloso, hermano de Flores. ?ngel hace cada viaje con los ni?os dici¨¦ndoles cosas al o¨ªdo para que sue?en y vigilando a los m¨¢s traviesos.
En Alemania se construyen los aparatos m¨¢s modernos y all¨ª acuden tanto para comprarlos como para copiarlos. "Los feriantes, como si fueran japoneses con sus c¨¢maras, se van al pa¨ªs y fotograf¨ªan al mil¨ªmetro las atracciones que les interesan. Despu¨¦s, para que salgan a la v¨ªa p¨²blica, tienen que pasar los ex¨¢menes de seguridad", explica Gorrachategui.
El negocio se ha ido ampliando. Hasta hace poco la verbena eran unos caballitos; ahora en cualquier pueblo se montan unos parques de atracciones cada vez mayores y m¨¢s modernos. "El concejal de Latina, Antonio Moreno, defin¨ªa los actuales aparatos como batidoras. Antes, por el ca?¨®n sal¨ªa el hombre bala, ahora tenemos la lanzadera, al p¨²blico le encanta tirarse al vac¨ªo, la velocidad y el v¨¦rtigo, cada vez un poco m¨¢s de adrenalina", comenta. El santoral y las ferias van de la mano y ¨²nicamente se han perdido en la ciudad las fiestas t¨ªpicas del campo, como la vendimia o la recolecci¨®n, que en Madrid desaparecieron junto con la agricultura.
El presidente de la asociaci¨®n destaca la diferencia que hay entre ambulante y feriante. "Todos los feriantes pertenecen a la asociaci¨®n, pagan impuestos como industriales y los certificados oficiales de seguridad, expedidos por ingenieros que despu¨¦s de cada traslado vienen al recinto a comprobar el estado de los aparatos. Todo esto supone unos gastos tremendos, pero ¨¦ste es un gremio muy cuidadoso, son negocios familiares y eso se nota. Con frecuencia, mueven s¨®lo en material de cien a doscientos millones de pesetas y eso requiere responsabilidad". Este gremio, menospreciado por muchos, es tambi¨¦n esperado anualmente en plazas y pueblos como portadores de la alegr¨ªa.
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