Ortega Cano, por la puerta grande
Despu¨¦s del mal trago del viernes en Madrid, Ortega Cano pudo ayer respirar tranquilo, pues sal¨ªa en hombros despu¨¦s de haber cortado las dos orejas a un buen toro de Los Bayones. Y lo hac¨ªa en una plaza de primera, que ha sido santo y se?a en su carrera, para lo bueno (la alternativa o muchos triunfos sonados) y para lo malo (una de sus m¨¢s graves cogidas).En su primero, soso, flojo y descastado, no consigui¨® acoplarse, mostrando bastante desconfianza. Pero en cuarto lugar sali¨® el toro que ¨¦l necesitaba en sus actuales circunstancias: noble, repetidor, que se tuviesee en pie y que no le desbordase.
La faena de este cuarto toro la brind¨® Ortega Cano al doctor Val-Carreres, el cirujano que le cur¨® la grav¨ªsima cornada, y la comenz¨® muy toreramente por bajo. Las primeras series con la diestra, con la muleta muy plana, fueron un prodigio de suavidad, temple y armon¨ªa. Ya confiado, hasta le dio el tres en uno, pero cuando quiso cambiar al astado de terreno, el corn¨²peta se vino abajo y el diestro tuvo que abreviar.
Bayones / Ortega, Ponce, Cordob¨¦s
Toros de Los Bayones, inv¨¢lidos y descastados, excepto 4?,, bueno. Ortega Cano: silencio y dos orejas; sali¨® a hombros por la puerta grande. Enrique Ponce: divisi¨®n de opiniones; aviso y ovaci¨®n. El Cordob¨¦s: oreja; aviso y aplausos.Plaza de Zaragoza, 11 de octubre. 8? corrida de feria. Lleno.
Pero esa media faena hab¨ªa sido realmente hermosa y es que, claro, nadie duda que Ortega Cano sabe torear. La estocada cay¨® algo desprendida, pero lo emotivo de la despedida y la decisi¨®n que Ortega hab¨ªa puesto en el empe?o, hicieron que el generoso p¨²blico zaragozano pidiese y consiguiese para un emocionado Ortega Cano el premio de las dos orejas.
Al final, el paseo a hombros por el ruedo, antes de la salida por la puerta grande, fue lent¨ªsimo, como si el diestro no quisiese abandonar el coso en que ha tenido una de las ¨²ltimas satisfacciones de su temporada de despedida de los ruedos.
Como el tenis
Y si esto de los toros fuese como el tenis, Enrique Ponce habr¨ªa perdido el n¨²mero uno del escalaf¨®n en esta Feria del Pilar. Cuatro toros despachados y ni una sola vuelta al ruedo. Un balance muy pobre, aunque sea de consignar que le han correspondido dos lotes muy deslucidos. Ayer, su primero midi¨® la arena en m¨¢s de una ocasi¨®n y acab¨® hecho un marmolillo. Ponce le dio muchos pases, sin emoci¨®n alguna, si no fuese por el susto que recibi¨® de un ejemplar a la defensiva por su falta de fuerzas. El valenciano se arrim¨®, pero lo hizo a un casi difunto, acabando de estocada desprendida y dividi¨¦ndose las opiniones cuando sali¨® al tercio a saludar. El quinto sali¨® con buen tranco, pero se vino pronto abajo. Ponce se luci¨® con el capote y Mariano de la Vi?a lo hizo en banderillas. La faena fue de mimo constante, intentando infructuosamente que el toro no doblase las manos. El colof¨®n fue lamentable: un metisaca en los bajos y una estocada un poco m¨¢s arriba, pero baja.El Cordob¨¦s, por su parte, ha vuelto a tocar pelo en esta feria, mostrando su evoluci¨®n como torero. Asentado y templado en su primero, en cuya faena s¨®lo hubo emoci¨®n en los inicios de rodillas, porque el astado era un inv¨¢lido de embestida aborregada. El sexto acudi¨® con alegr¨ªa a los montados, pero se apag¨® pronto. El Cordob¨¦s lo trat¨® con suavidad, pero algo despegado y en alguna ocasi¨®n hasta fuera de cacho. Cuando el toro se fue apagando, la faena tambi¨¦n lo hizo.
Ahora la feria cambia un tanto de signo con los dos carteles m¨¢s toristas del ciclo. Hoy los victorinos, que despachar¨¢n Rafael de la Vi?a, Manuel Caballero y El Tato. Y el martes, ¨²ltimo festejo de la feria, la corrida de Miura, ganader¨ªa que no lidia en Zaragoza desde hace 38 a?os y que matar¨¢n ?scar Higares, El Molinero y Juan Carlos Garc¨ªa.
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