Un martirio inacabable
? Un martirio inacabable. Es un martirio inacabable. Las vendedoras ambulantes se ponen a vocear en la esquina de Marqu¨¦s de Luca de Tena y Bami, en Sevilla, junto a la entrada de urgencias del hospital Virgen del Roc¨ªo. Los gritos no dejan ni pensar. Tengo un hijo que estaba preparando oposiciones y tuvo que irse a estudiar a un cuarto, sobre unas oficinas, que alguien le dej¨® en el centro. O sea, que lo echaron de su casa. Ni domingos ni festivos nos libramos. Es un espect¨¢culo con la mercanc¨ªa en el suelo, al lado de los contenedores de basura, y hay personal de batas blancas y uniformes verdes, de quir¨®fano creo, que se acercan a comprar. Y as¨ª desde hace unos 10 a?os. A pesar del tiempo transcurrido, todo sigue igual. Si alguna vez viene la polic¨ªa, se esconden y vuelven de inmediato. ?No hay nadie que solucione esto? Y siempre en la misma esquina, que parece que le han tomado afecto.: : ? El derecho a la promoci¨®n interna de los funcionarios andaluces. ?Qu¨¦ hemos hecho los funcionarios de la Junta de Andaluc¨ªa para que la consejera de Gobernaci¨®n y Justicia y la secretaria general para la Funci¨®n P¨²blica nos nieguen el derecho a la promoci¨®n interna impidi¨¦ndonos competir en igualdad de condiciones con otro colectivo de trabajadores de la Junta al que se reservan 3.500 plazas? Se?ora, ?d¨®nde est¨¢n los principios de igualdad, m¨¦rito y capacidad para acceder a la funci¨®n p¨²blica? (Concepci¨®n Osuna, Ja¨¦n). ? El medio profesor, el cuarto y mitad y el profesor entero. La Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa, para ahorrarse dinero, crea la figura del medio profesor, el tercio de profesor o el cuarto y mitad, es decir, que un profesor de ense?anza secundaria tiene que dar clase en dos o m¨¢s institutos. En el instituto de La Zubia, en Granada, el curso pasado la profesora de m¨²sica, con plaza en propiedad, tuvo que dar clases en dos centros distantes varios kil¨®metros. Este a?o, el departamento de Lengua hizo las previsiones en junio para cuatro profesores y solicit¨® uno que faltaba. En la semana anterior a comenzar el curso, nos dicen que no van a mandar a nadie. Al d¨ªa siguiente dicen que a medio profesor, y el 6 de octubre nos comunican que vendr¨¢ un profesor entero. En lugar de un profesor de Qu¨ªmica, necesario, mandan una profesora de Ciencias Naturales que no se hab¨ªa solicitado. Y lo que supera la ficci¨®n es el caso de un sustituto para una profesora dada de baja desde junio por fractura de pelvis que no ha llegado a¨²n. Cuando la propia se?ora llama a la Inspecci¨®n para urgir que env¨ªen al sustituto puesto que hasta noviembre no le dar¨¢n el alta, le contestan que por qu¨¦ no se incorpora ella y da las clases sentada. Su materia es matem¨¢ticas. Es gracias a los buenos profesionales por los que se va salvando la ense?anza p¨²blica, pero no desde luego por la actuaci¨®n de las autoridades educativas andaluzas (Victoria Prieto, catedr¨¢tica del Instituto Prevenque de la Zubia). ? Europeos en la atenci¨®n a la infancia. Se?or Pezzi, seamos tambi¨¦n europeos en la atenci¨®n a la infancia. Algunos ejemplos: en Alemania el grupo de educaci¨®n infantil es de 20 alumnos atendidos por dos adultos. En Austria, el alumnado, de 25, tambi¨¦n es atendido por dos adultos. En Portugal, 21 alumnos a cargo de dos personas adultas. En Espa?a, los grupos son de 25 con un solo adulto a su cargo. Esta situaci¨®n es especialmente delicada en grupos de alumnos de tres a?os en los que se requiere una atenci¨®n muy individualizada. Se?or Pezzi, en educaci¨®n infantil, dos personas adultas por aula (Mar¨ªa Abril, Granada). ? Linares hiede. Linares apesta. Hay una empresa que quema residuos de alpech¨ªn y mantiene a esta localidad con un hedor insoportable de d¨ªa y de noche. ? Ciudadanos, un¨ªos contra las motos. En el corto espacio de tres kil¨®metros he estado a punto de chocar con dos motoristas, ambos se han saltado sus respectivos sem¨¢foros. La impunidad de esta gente ineducada e incivil es total. Circulan por aceras, por calles peatonales, por direcciones prohibidas, aparcan donde les viene bien sin que la polic¨ªa ose decirles que todo eso, y el insufrible ruido que meten, est¨¢ prohibido. Ahora estoy muy excitado, pero cuando me calme me voy a plantear un texto de convocatoria a la inmensa mayor¨ªa de ciudadanos que estamos hartos de las motos para agruparnos contra estos salvajes, ya que la autoridad incompetente no ejerce su autoridad. Llamo desde Sevilla pero lo mismo pasa en otras ciudades. ? Los "gorrillas" y la alcaldesa. Releo un recorte de prensa de un mes antes de las elecciones municipales anteriores. En ¨¦l, Soledad Becerril asegura categ¨®ricamente que acabar¨ªa con el problema de los gorrillas en una semana. Acabo de presenciar c¨®mo un gorrilla en el centro de Sevilla, plagado de ellos, amenaza impunemente a unos turistas extranjeros que acababan de aparcar su coche. Est¨¢ claro, do?a Soledad, que usted no pensaba cumplir su promesa cuando la hizo. ? Apagones en el Aljarafe. La otra noche tuvimos casi dos horas de apag¨®n en la localidad sevillana de Mairena del Aljarafe. Sucede con frecuencia, pero Sevillana de Electricidad no nos informa de nada. Creo que las autoridades deber¨ªan tomar inter¨¦s para que no vuelva a ocurrir porque puede quedarse alguien encerrado en un ascensor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.