Expertos penales denuncian la abusiva "judicializaci¨®n" de la violencia juvenil
Adela As¨²a, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la UPV, y Virginia Mayordomo, profesora de la misma facultad, denunciaron ayer en unas jornadas sobre violencia juvenil en la Academia de la Ertzaintza en Arkaute el excesivo recurso a los tribunales que existe en el tratamiento de este problema social. "Se han cometido muchos abusos a trav¨¦s de medidas educativas aplicadas que siempre pasan por el juez", aseguran. Ambas expertas defienden el uso de los actos de conciliaci¨®n entre menor y v¨ªctima.
La propuesta que realizan las dos expertas en Derecho Penal parte de la necesidad de que los menores infractores tomen parte en el proceso legal que sucede a la comisi¨®n de un hecho delictivo. "As¨ª pueden ofrecer explicaciones y defender su postura, con lo que se les obliga a reflexionar sobre las consecuencias que rodean a su actuaci¨®n", explic¨® Adela As¨²a. "Las infracciones juveniles tienen un componente social que hay que atender, no s¨®lo con la educaci¨®n del menor sino tambi¨¦n con medidas sociales", se?al¨® As¨²a. De esta manera, demanda que el menor sea enfrentado con su acci¨®n infractora "pero no a trav¨¦s de una responsabilidad penal, sino por medio de una reparaci¨®n a la v¨ªctima o trabajos para la comunidad", precis¨®. La "burocratizaci¨®n" a la que est¨¢ sometido un episodio que puede ser m¨¢s o menos grave, "y en algunos casos se limita a una rebeld¨ªa o sarampi¨®n juvenil", le impide al menor percibir el contexto de la situaci¨®n. "El sistema penal se limita a enfocar todo desde el prisma de la acusaci¨®n y se trata de romper ese mon¨®logo para colocarlo en unos t¨¦rminos m¨¢s normales", asegur¨® la penalista. La ley juvenil que prepara el Gobierno central contempla este modelo de conciliaci¨®n, "ya que en Catalu?a se viene experimentando desde hace a?os con ¨¦l y las declaraciones internacionales insisten en que, frente a las infracciones de menores, hay que reducir la intervenci¨®n judicial". As¨²a entiende que deben potenciarse alternativas de "horizontalidad y de encuentro con la realidad, que tienen un efecto educativo mucho m¨¢s grande", aunque es necesario estudiar los casos de manera individualizada. Familias enfermas Virginia Mayordomo resalt¨® asimismo la influencia negativa de una estructura familiar "enferma" protagonista de malos tratos. "Esto no es una cadena infinita y se puede remediar", dijo, a trav¨¦s de programas de intervenci¨®n con ni?os cuando se constata la existencia de trastornos derivados de la violencia en el aprendizaje y en el desarrollo. En este punto destac¨® la existencia de un programa pionero en Espa?a que se viene desarrollando en Guip¨²zcoa denominado Gizalan, que trabaja con familias en las que existen malos tratos o negligencia en la custodia de los ni?os. Tambi¨¦n subray¨® la importancia de los fiscales en este entramado: "A ellos les corresponde la iniciativa procesal, preservar la imparcialidad del juez, la defensa de la integridad f¨ªsica y moral del menor". El tercer ponente que particip¨® en el seminario de Arkaute fue el profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Deusto Javier Elzo, quien relativiz¨® la influencia del alcoholismo y las drogas en la violencia de los j¨®venes. "Los datos que tengo muestran que durante el pasado a?o, los delitos relacionados con las drogas no superan el 11% del total", asegur¨®. Sin embargo, considera que los delitos relacionados con el alcohol son m¨¢s que los que se vinculan a las drogas. Los actos violentos derivados del alcohol, en gran medida, son acciones contra las personas "y en muchos casos se cometen en el seno de la familia", se?al¨® Elzo. A?adi¨® que "el alcohol, legal para los mayores de edad, crea momentos de euforia que pueden derivar en actos de violencia puntuales".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.