El CSKA resisti¨® lo que quiso Jaro
El Atl¨¦tico, que sentenci¨® la eliminatoria, s¨®lo se vio en apuros por los fallos de su portero
El Atl¨¦tico se meti¨® en la siguiente fase -no queda duda de su clasificaci¨®n- con un partido serio y c¨®modo que s¨®lo se le complic¨® por los errores de Jaro. Sin excesos, en una tarde corrientita en la construcci¨®n pero impecable en cuanto a orden y seguridad defensiva, los rojiblancos hicieron valer su indiscutible superioridad sobre el CSKA. Tard¨® el Atl¨¦tico en acomodarse a un partido que se adivin¨® suyo desde el arranque. El CSKA anunci¨® que est¨¢ corto de f¨²tbol; agresivo y directo, pero inofensivo. Sobre todo ante un adversario como el Atl¨¦tioco, impecable en cuanto a seriedad y orden, muy centrado en los asuntos defensivos del encuentro. La l¨ªnea de atr¨¢s rojiblanca se comport¨® de manera formidable, siempre bien colocada y haciendo la lectura adecuada de cada jugada. En las recuperaciones, adem¨¢s, los centrocampistas tambi¨¦n cumplieron, decididos en la presi¨®n y generosos en el repliegue. Los b¨²lgaros, en suma, percibieron enseguida un porvenir dif¨ªcil.
CSKA SOF?A 2
ATL?TICO 4CSKA: Ivanov; Kremenliev, Radev, Luchev, Naydenov; S. Petkov (Dimov, m.75), Yordanov, Petrov, Stanchev, Guentchev y M. Petkov (Hristov, m. 33). Atl¨¦tico: Jaro; Chamot, Torrisi, Santi, Serena; Roberto, Jugovic (Toni, 76), Valer¨®n (Bejbl, m. 71), Lard¨ªn, Junhino y Kiko. Goles: 0-1. M. 41. Torrisi para el bal¨®n con el pecho y suelta un remate con la derecha a la media vuelta que entra en la porter¨ªa. 0-2. M. 42. Kiko, a centro de Juninho. 1-2. M. 53. Jaro se entretiene, despeja mal y el bal¨®n, tras tropezar en Guentchev, cae a los pies de Stantchev, que centra de nuevo para que Guentchev marque. 1-3. M. 74. Roberto, de cabeza. 2-3. M. 84. Naydenov sorprende a Jaro con un remate que se cuela por la escuadra. 2-4. M. 87. Kiko recibe de espaldas dentro del ¨¢rea, se revuelve y marca. ?rbitro. Gardenne (Alemania). Expuls¨® a Santi (m. 77) por doble amonestaci¨®n. Unos 22.000 espectadores en el estadio del Ej¨¦rcito B¨²lgaro de Sof¨ªa.
El Atl¨¦tico deber¨ªa haberse guardado el partido antes en el bolsillo. Se demor¨® demasiado, fundamentalmente porque le cost¨® relacionarse con el bal¨®n. Y eso que el encuentro estaba dulce para disfrutar con la pelota. Hasta la alineaci¨®n que present¨® Sacchi invitaba a frotarse las manos: juntos a la vez Jugovic, Valer¨®n Juninho y Kiko, una reuni¨®n que, pese a su aspecto de indispensable, no se hab¨ªa prodigado mucho, pero sorprendentemente enfrentados con la pelota, no conectaron.
Lo m¨¢s extra?o fue lo de Valer¨®n. Estaba la noche para ¨¦l, construida a su medida, pero le dio la espalda. Con muchos metros vac¨ªos en la zona donde su f¨²tbol hace da?o, entre la medular y la delantera, ten¨ªa el canario licencia para tocar, pensar y derramar su f¨²tbol, para quedarse o irrump¨¬r por sorpresa. Sin embargo, Valer¨®n respondi¨® con un d¨ªa espeso, sin precisi¨®n, sin luces, sin excesivas pretensiones. Mal asunto cuando se trataba de demostrarle a Sacchi que los mejores pueden convivir en la misma alineaci¨®n. Fue, con todo, una acci¨®n de Valer¨®n la que avis¨® de que el momento del Atl¨¦tico hab¨ªa llegado, all¨¢ por el minuto 40, cuando el CSKA empezaba a ponerle mala cara al duelo. Se asoci¨® con Juninho, le ofreci¨® una pared con el tac¨®n y el brasile?o puso a prueba al guardameta b¨²lgaro, que se deshizo como pudo del remate. Del c¨®rner posterior naci¨® el 1-0, muy raro por cierto, y muy est¨¦tico: Torrisi recogi¨® un bal¨®n envenenado y lo transform¨® en un remate a la media vuelta que, tras dar en el larguero, se aloj¨® en la red.
No se hab¨ªa recuperado del golpe el CSKA cuando, en la jugada siguiente, el Atl¨¦tico sentenci¨®. O eso parec¨ªa entonces. Kiko profundiz¨® para Junhino, que corri¨® hasta el ¨¢rea y devolvi¨® para que el jerezano se limitara a empujar el bal¨®n. Todo miuy f¨¢cil, muy simple, muy evidente; a poco que apretara el Atl¨¦tico su superioridad ten¨ªa que producir beneficios.
Con 0-2 al descanso, al partido no le quedaba historia. No le deber¨ªa haber quedado, mejor dicho. Pero Jaro le dio de nuevo sentido con un error may¨²sculo. Un regalo que despert¨® al CSKA, a su p¨²blico, y que complic¨® una cita que el Atl¨¦tico ya ten¨ªa envuelta en celof¨¢n. No s¨®lo fue que el guardameta acusara su inactividad, lo peor fue que demostr¨® que una de sus carencias, el juego de pie, es incompatible con el juego moderno: aguant¨® la pelota demasiado, dud¨® qu¨¦ hacer con ella, dej¨® que los puntas b¨²lgaros le acosaran y acab¨® cedi¨¦ndoles el bal¨®n.
El CSKA se vino arriba, se crey¨® de veras que no todo estaba perdido y se vaci¨® para fabricar ocasiones. Para intentarlo, porque el Atl¨¦tico se repleg¨® pero sigui¨® sin sufrir en exceso. Las acometidas b¨²lgaras estaban sujetas s¨®lo desde el entusiasmo, demasiado poco para retorcer a una defensa como la que ense?aron ayer los rojiblancos, s¨®lida, organizada y segura. Y a partir de esa garant¨ªa atr¨¢s, el Atl¨¦tico volvi¨® a blindar el partido: un cabezazo de Roberto que premi¨® su excelente actuaci¨®n. No par¨® de correr en las dos direcciones, se ofreci¨® siempre para la ayuda ofensiva y para la defensiva.
Todo estaba resuelto, pero Jaro volvi¨® a resucitar a los b¨²lgaros aceptando como gol un globo que ten¨ªa que haber despejado. Tampoco le dio demasiado tiempo al CSKA a so?ar con la remontada: Kiko, a su ya tradicional manera -recibir de espaldas, revolverse y ajustar a una esquina- pint¨® el definitivo 2-4, el pase a la siguiente eliminatoria.
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