Centramina, optalid¨®n... y un caf¨¦
Tres ex jugadores, Quino, Pardeza y V¨ªctor Mu?oz, hablan de "doping incosciente" en el f¨²tbol espa?ol
La pr¨¢ctica del dopaje ha tocado tambi¨¦n al mundo del f¨²tbol, que durante muchos decenios se consider¨® exento de ese problema. El f¨²tbol hab¨ªa vivido al margen de la pol¨¦mica en una confortable posici¨®n: la doctrina oficial vend¨ªa un deporte limpio y hab¨ªa logrado catalogar a quienes incurr¨ªan en falta en simples casos de desviaci¨®n. Fue lo que sucedi¨® con Maradona, al que se tach¨® m¨¢s como un drogadicto que como un futbolista tramposo. Las investigaciones de la fiscal¨ªa de Tur¨ªn en Italia han puesto de manifiesto que la versi¨®n oficial estaba lejos de la realidad y han abierto la puerta a la especulaci¨®n y a la revisi¨®n del pasado. El caso del Twente holand¨¦s es un primer paso. Vendr¨¢n otros muchos. El c¨®digo de silencio se ha roto. Pero, ?y en Espa?a? ?Qu¨¦ puede haber pasado en Espa?a?Tres ex jugadores, Quino, V¨ªctor Mu?oz y Pardeza, que juntos cubren una etapa desde principios de los a?os 60 hasta ahora, se atreven a hablar del asunto. Los tres coinciden en considerar que en Espa?a no hubo una pr¨¢ctica generalizada o sistem¨¢tica.
Centramina
"El f¨²tbol espa?ol no ha tenido cultura del dopaje", afirma Pardeza. "Si ha habido dopaje ha sido de forma inconsciente. El jugador tomaba lo que le daban, obedec¨ªa, no preguntaba", se?ala Quino. Los tres reconocen haber visto cosas, o¨ªdo cosas, acerca de jugadores que se administraban sustancias para mejorar su rendimiento. Las m¨¢s frecuentes en aquella ¨¦poca eran la centramina, la simpatina y el optalid¨®n de entonces, productos que dar¨ªan positivo en un control hoy en d¨ªa. Tanto Quino como V¨ªctor Mu?oz establecen una diferencia entre los jugadores espa?oles y los suramericanos. "Ellos s¨ª ten¨ªan mayor conciencia y mayor conocimiento de lo que hac¨ªan y de por qu¨¦ lo hac¨ªan". V¨ªctor Mu?oz vivi¨® dos a?os en Italia, incoporado a la Sampdoria, y s¨ª pudo comprobar c¨®mo el f¨²tbol italiano estaba m¨¢s avanzado que el espa?ol en las ayudas a los futbolistas. Los tres, sin embargo, coinciden en una reflexi¨®n: la mayor exigencia del f¨²tbol actual, los calendarios tan apretados y la incorporaci¨®n de m¨¦dicos procedentes del atletismo y el ciclismo pueden haber importado al f¨²tbol una pr¨¢ctica sistematizada. "Esos m¨¦dicos ya dominan los l¨ªmites", dice V¨ªctor.Quino se hizo profesional a los 18 a?os. Estuvo en activo entre el a?o 1963 y el a?o 1979. Fue el primer presidente del sindicato de futbolistas (AFE). "Para nosotros la palabra droga era una palabra muy lejana, que asoci¨¢bamos al mundo de los hippies, a productos como el hach¨ªs o el LSD. No ten¨ªamos ni idea del asunto, no hab¨ªa controles, la preparaci¨®n f¨ªsica era muy escasa. En mis tiempos en el Betis empec¨¦ a ver que se ten¨ªa por costumbre utilizar pastillas de centramina y simpatina antes de partidos importantes o que muchos jugadores ten¨ªan el h¨¢bito de tomarse dos optalidones y un caf¨¦ cargado para cada partido. ?No era la centramina lo que utilizaban los estudiantes para preparar los ex¨¢menes? Se nos ofrec¨ªa y las tom¨¢bamos. No pens¨¢bamos que hubiera nada malo en ello. Te dec¨ªan que te iban a sentar bien y que ibas a estar mejor en el partido y t¨² te lo cre¨ªas".
Quino confiesa que el suministro de esos estimulantes corr¨ªa a cargo del entrenador, pero en otras ocasiones de los propios directivos. Quino reconoce haber tomado centramina antes de un Sevilla-Betis: "Hab¨ªa estado con gripe casi toda la semana y la verdad es que me sent¨ª mucho mejor". Luego estaba el famoso caf¨¦ del vestuario. "Nos pon¨ªan un caf¨¦ o un te muy cargado y todos beb¨ªamos de ¨¦l. Nos invitaban a beberlo y la verdad es que nunca investigu¨¦ su contenido".
V¨ªctor Mu?oz fue un caso at¨ªpico. Se hizo profesional a los 19 a?os en el Zaragoza, en 1975. Pero con 18 ya ten¨ªa el t¨ªtulo de entrenador juvenil. Tras cinco a?os en el Zaragoza y siete en el Bar?a, dej¨® Barcelona con el t¨ªtulo de profesor de Educaci¨®n F¨ªsica. Luego tuvo una experiencia de dos a?os en Italia y medio a?o en el f¨²tbol escoc¨¦s. "Siempre he tenido deformaci¨®n profesional por la preparaci¨®n y la alimentaci¨®n. Nunca he permitido que me inyectaran nada por v¨ªa intravenosa o intramuscular". V¨ªctor coincide con Quino en que el jugador no acostumbraba a preguntar qu¨¦ sustancias le administraban. Conoce la propensi¨®n a las centraminas y a sustancias m¨¢s fuertes de jugadores suramericanos o de aquellos compa?eros de vida desordenada.
V¨ªctor Mu?oz comparti¨® vestuario con Maradona en el Barcelona, donde se atribuye que comenz¨® su contacto con la coca¨ªna. "Nunca estuve en sus fiestas ni form¨¦ parte de su entorno, pero era evidente que no entrenaba como los dem¨¢s, posiblemente porque no pod¨ªa entrenar al mismo ritmo. Ten¨ªa su propio preparador, sus m¨¦dicos e iba a su aire". V¨ªctor reconoce un cambio del f¨²tbol espa?ol al italiano: "Se le daba m¨¢s importancia a la recuperaci¨®n. All¨ª comenc¨¦ a ver c¨®mo se inyectaban sueros fisiol¨®gicos, sueros glucosados o se administraban complejos vitam¨ªnicos por v¨ªa intravenosa. Tambi¨¦n complejos a base de hierro. Se hac¨ªa antes de los partidos, pero tambi¨¦n el lunes, para permitir una r¨¢pida recuperaci¨®n. Ellos ya comenzaban a darle mucha importancia al m¨¦dico". V¨ªctor niega haberse inyectado sustancia alguna en Italia. "Me parec¨ªa algo artificial y tenga en cuenta que, por entonces, yo ya ten¨ªa 32 a?os y estaba de vuelta de todo".
Sensibilizaci¨®n
Pardeza entra de lleno en el f¨²tbol actual. Ha sido profesional hasta el pasado a?o. Ha vivido en un f¨²tbol m¨¢s profesional, pero tambi¨¦n m¨¢s sensibilizado, con m¨¢s conocimiento de la existencia del dopaje, un mundo que ya experiment¨® la generalizaci¨®n de los controles. "Conscientemente, no creo que haya doping generalizado en el f¨²tbol espa?ol. Pongo la mano en el fuego en los equipos en los que he estado (Madrid y Zaragoza). Se que antes se usaban centraminas y anfetaminas, pero yo no v¨ª nunca nada. Todo lo que viv¨ª fue cuando usamos carnitina en el Castilla, pero se trataba de un reconstituyente. Ahora hay mucha m¨¢s sensibilizaci¨®n. S¨ª, he o¨ªdo cosas de otros tiempos, pero eso respond¨ªa m¨¢s a una falta de conocimientos. Lo que s¨ª puedo afirmar es que no se hab¨ªa creado un h¨¢bito. Puedo afirmar que en el f¨²tbol no hay una cultura del dopaje".El f¨²tbol tampoco puede vivir al margen del problema. El silencio se ha roto y para todos.
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