Un esp¨ªa en el bolsillo
Los tel¨¦fonos celulares facilitan el control del hombre de la calle, pero ayudan a los delincuentes a escabullirse
Bartol¨ªn, el concejal del Partido Popular que en mayo pasado alcanz¨® fulgurante y ef¨ªmera notoriedad como protagonista de un autosecuestro, hizo involuntariamente de Pulgarcito tecnol¨®gico. Sus migas de pan fueron las llamadas que efectu¨® desde un m¨®vil, gracias a las cuales la polic¨ªa pudo reconstruir con precisi¨®n cronom¨¦trica su rocambolesco periplo desde La Carolina (Ja¨¦n) hasta Ir¨²n (Guip¨²zcoa).Y es que los tel¨¦fonos m¨®viles, que seis millones de espa?oles han convertido en compa?ero inseparable, no s¨®lo constituyen un c¨®modo medio de comunicaci¨®n, sino tambi¨¦n un eficaz sistema de seguimiento. Cada vez que un m¨®vil se activa, para realizar o recibir llamadas, se conecta autom¨¢ticamente a la torre repetidora m¨¢s pr¨®xima y, cuando se desplaza, enlaza con la siguiente.
En los ordenadores de la compa?¨ªa operadora quedan archivados no s¨®lo los n¨²meros a los que llam¨® o desde los que fue llamado cada usuario, as¨ª como la hora y duraci¨®n de la conversaci¨®n, sino el lugar donde estaba mientras ten¨ªa el m¨®vil encendido, con un margen de aproximaci¨®n de hasta 100 metros cuadrados. Como ocurre con el sistema de posicionamiento global GPS, de uso habitual entre los navegantes, cuando el sat¨¦lite le dice al usuario d¨®nde est¨¢, tambi¨¦n el usuario se lo dice al sat¨¦lite.
La compa?¨ªa suiza Swisscom almacen¨® durante m¨¢s de seis meses todos los datos sobre desplazamientos de un mill¨®n de abonados a la telefon¨ªa m¨®vil, seg¨²n la denunci¨® el diario Sonntags Zeitung. En realidad, las otras operadoras europeas, incluidas las espa?olas, hacen otro tanto.
La interceptaci¨®n de llamadas de m¨®viles no presenta mayores problemas t¨¦cnicos, como demuestran el caso de las escuchas del Cesid, pendiente de juicio, o el protagonizado por el dirigente socialista Txiki Benegas, grabado hablando desde su veh¨ªculo en t¨¦rminos poco respetuosos hacia el entonces presidente Felipe Gonz¨¢lez, mediante un mero esc¨¢ner instalado en el coche que le segu¨ªa.
El paso del sistema anal¨®gico al digital o GSM, que emplean el 85% de los m¨®viles en servicio en Espa?a, ha complicado la tarea.Las conversaciones de estos ¨²ltimos van encriptadas, pero no hasta el punto de hacerlas infranqueables, ya que su protocolo es conocido y se descifra con rapidez.
No todos los avances tecnol¨®gicos facilitan, sin embargo, el trabajo de polic¨ªas y esp¨ªas. Las tarjetas prepago, por ejemplo, permiten contratar una l¨ªnea telef¨®nica en un quiosco con el m¨¢s absoluto anonimato. Cuando, en noviembre pasado, fue detenido por ¨²ltima vez el presunto narcotraficante gallego Manuel Charl¨ªn Gama, patriarca del clan de los Charlines, se le incautaron media docena de tarjetas de este tipo, que utilizaba para comunicarse con sus socios.
En la telefon¨ªa m¨®vil, el tel¨¦fono no es el aparato, sino la tarjeta y su chip, por lo que, a trav¨¦s de su n¨²mero, se pueden rastrear las llamadas e incluso acceder a la agenda electr¨®nica, si se ha hecho uso de ella. El problema es identificar al usuario que hay tras una tarjeta prepago, m¨¢s a¨²n cuando es posible usar varias alternativamente o cambiarla cuantas veces se desee.
La liberalizaci¨®n del mercado de las telecomunicaciones tambi¨¦n ha complicado el trabajo a los servicios de informaci¨®n. Hasta hace pocos a?os, la telefon¨ªa se prestaba, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, en r¨¦gimen de monopolio y, con frecuencia, las compa?¨ªas eran propiedad del mismo Estado. Ahora, por citar el caso espa?ol, hay dos operadores de telefon¨ªa convencional y dos de m¨®viles, a los que se sumar¨¢ un tercero en diciembre pr¨®ximo.
Las compa?¨ªas, de capital exclusivamente privado, no pueden negarse a interceptar un tel¨¦fono cuando reciben un mandamiento judicial, pero, seg¨²n los expertos, s¨ª se resisten a invertir en medios econ¨®micos y humanos para facilitar una funci¨®n que no aporta beneficio alguno a su negocio.
Adem¨¢s, las tecnolog¨ªas empleadas a ambos lados del Atl¨¢ntico no son compatibles, lo que ha llevado al FBI norteamericano a negociar un acuerdo con la Uni¨®n Europea para obligar a los operadores a instalar sistemas interceptables. El hecho de que este convenio se mantenga secreto ha alertado sobre su verdadero alcance a las organizaciones de defensa de las libertades, como la brit¨¢nica Statewatch, que lo denunci¨® p¨²blicamente.
La red Iridium
Con todo, este acuerdo puede quedar obsoleto cuando, el pr¨®ximo 1 de noviembre, entre en servicio Iridium, la primera red mundial de telefon¨ªa m¨®vil que, gracias a una constelaci¨®n de 66 sat¨¦lites en ¨®rbita a baja cota, permitir¨¢ comunicarse desde cualquier lugar del planeta utilizando siempre el mismo n¨²mero. Aunque Iridium podr¨¢ emplear las redes celulares terrestres, mediante acuerdos con los operadores nacionales, tambi¨¦n ser¨¢ posible la conexi¨®n directa con el sat¨¦lite. El precio de cada terminal, 450.000 pesetas aproximadamente, resulta privativo para el com¨²n de los mortales, pero no supone inconveniente para quienes deseen escapar al control de las autoridades policiales y judiciales.La aparici¨®n de operadores globales pone en cuesti¨®n los instrumentos de que disponen los Estados para combatir el delito, porque ?c¨®mo obliga un juez espa?ol a una compa?¨ªa radicada en EEUU a interceptar un tel¨¦fono que hoy opera desde Marbella y ma?ana desde el oc¨¦ano Pac¨ªfico?
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