Pronunciamiento libre de los vascos
El domingo 25 se produjo un pronunciamiento libre de los electores vascos. Todos los censados mayores de 18 a?os estaban convocados a las urnas para elegir a los diputados al Parlamento de Euskadi. Lo hicieron acudiendo a depositar libremente la papeleta de su opci¨®n preferida en una de las mesas electorales. Falta, parece que por pocos d¨ªas, la briosa palabra de Luis Mar¨ªa Anson para saber si en todos los colegios se dispusieron las cabinas de votaci¨®n, dentro de la preceptiva destinada a garantizar el car¨¢cter secreto del voto. Pero mientras se llevan a cabo las necesarias comprobaciones debe reconocerse que, en una proporci¨®n superior al 40%, los electores vascos a lo largo de la campa?a han sido muy celosos de preservar ante los encuestadores cu¨¢l era la naturaleza de sus afinidades pol¨ªticas. Incluso cabe resaltar c¨®mo desconcertaron aquellos electores que, cumplido el ejercicio c¨ªvico del voto, fueron interrogados por el sentido del mismo en los sondeos llamados israel¨ªes en la jerga de los soci¨®logos. As¨ª, los costos¨ªsimos patinazos avanzados a la hora exacta del cierre de los colegios por las diferentes televisiones habr¨¢n regocijado a muchos de los encuestados.La suma de todos esos libres pronunciamientos individuales y la aplicaci¨®n de la ley d"Hont ha dado como resultado la composici¨®n del nuevo Parlamento de Euskadi, al que cada una de las provincias aporta, con independencia de su dimensi¨®n demogr¨¢fica, un tercio de los 75 esca?os de que consta. Esa circunstancia, que atribuye distinta efectividad al sufragio seg¨²n donde se emita y otras derivadas del incremento de participaci¨®n electoral respecto de otras convocatorias auton¨®micas anteriores, ha permitido que cada uno de los partidos contendientes haya intentado una interpretaci¨®n victoriosa de los resultados con independencia del n¨²mero de papeletas escrutadas favorables a sus colores y de la correspondiente adjudicaci¨®n de esca?os en cada una de las tres circunscripciones. Cuando las cifras ten¨ªan perfiles ventajosos, el ejercicio dial¨¦ctico de los l¨ªderes ha sido moderado, limit¨¢ndose a subrayar los ¨¢ngulos de mayor efecto y a difuminar las comparaciones m¨¢s odiosas. Pero en la medida en que el desafecto de la poblaci¨®n ha sido m¨¢s abultado, el trabajo dial¨¦ctico de quienes deb¨ªan explicarlo ha alcanzado cotas de verdadero m¨¦rito. ?se es en particular el caso de los portavoces de Izquierda Unida, que ya se hab¨ªan puesto el parche antes de la herida al advertir Julio Anguita que ¨¦l hab¨ªa hablado al pueblo a diferencia de otros, que se hab¨ªan dirigido a la plebe. De ah¨ª al voto de calidad del viejo profesor Enrique Tierno y a la disoluci¨®n del electorado adverso hay un paso pendiente. Tambi¨¦n ha estado fino y flem¨¢tico el presidente de Eusko Alkartasuna, penalizado como todos los pioneros coherentes. Carlos Garaikoetxea tuvo a bien culpar a la polarizaci¨®n y a las apelaciones dram¨¢ticas al voto de su estancamiento en sufragios y de su p¨¦rdida de esca?os.
La fatigosa campa?a electoral ha permitido que unos reclamaran claridad y que otros, decididos a evitar cualquier hemorragia de votos, retrocedieran hacia la ambig¨¹edad de ocasiones anteriores (v¨¦anse las esforzadas respuestas de Juan Jos¨¦ Ibarretxe en la entrevista concedida al diario EL PA?S del pasado viernes 23). Cuando se dio la se?al de salida, el tono general era el de "y vendr¨¢n banderas victoriosas / al paso alegre de la paz" en una Euskadi donde empezar¨ªa a "amanecer" la independencia m¨¢s o menos autodeterminada. Todo pudo decirse porque la libertad de expresi¨®n est¨¢ consagrada en el texto constitucional. Pero los c¨¢lculos empezaron a ser adversos y enseguida las primeras proclamas se tornaron en aplazamientos y en garant¨ªas de integraci¨®n para todos, de respeto al pluralismo y de toma de distancia del PNV respecto a los de EH, con quienes se pudo firmar en Estella, pero a quienes se declaraba inh¨¢biles para compartir gobierno en Ajuria Enea. Eso s¨ª, Arzalluz sigue rega?¨¢ndonos a todos, insensible al buen humor del diario Euskadi Informaci¨®n, que advert¨ªa a los electores no fueran a echar la papeleta en favor de seguir unidos a un pa¨ªs donde el acontecimiento nacional es la boda de la duquesa y el torero. Y en marzo, elecciones generales.
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