El reparto
La perversidad del sistema nace de la necesidad de crear empleo y repartirlo entre los allegados. "Se trata s¨®lo de garantizar cuotas de poder, de crear oferta especializada, tan especializada que ning¨²n otro que no haya salido del departamento pueda presentarse a unas oposiciones", asegura Folch.Antes hab¨ªa un solo departamento de Filolog¨ªa Rom¨¢nica. Ahora, en Barcelona, la Filolog¨ªa Galaico-portuguesa se acaba de dividir en galaica y portuguesa, y la Filolog¨ªa espa?ola en dos partes; Lengua y Literatura. En la Complutense de Madrid hay un solo alumno en Sem¨ªticas y en la Universidad de Lleida hay dos en Filolog¨ªa Francesa.
El mejor ejemplo lo proporcion¨® el profesor Jos¨¦ Mar¨ªa Mic¨® al relatar c¨®mo, en un curso sobre poes¨ªa barroca, tuvo que dar una clase de una hora sobre Miguel Colodrero de Villalobos, un oscuro poeta menor del siglo XVII que carec¨ªa de importancia y, sin embargo, sus alumnos no iban a estudiar literatura contempor¨¢nea o profundizar en Shakespeare.
La creaci¨®n de Humanidades vino precedida de una gran batalla. "Las ¨¢reas de conocimiento, pele¨¢ndose a muerte, aparec¨ªan y desaparec¨ªan de un d¨ªa a otro", recuerda Folch.
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