La carrera de Humanidades, contra la fragmentaci¨®n del saber
Decanos de toda Espa?a debaten la ense?anza de las Letras
La semana pasada se reunieron en Barcelona, a invitaci¨®n de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), los decanos de seis facultades de Humanidades, una licenciatura nueva que empez¨® a ser impartida en 1992 en la Pompeu y en la Carlos III de Madrid. El vivo debate, que involucr¨® a alumnos y profesores, puso sobre la mesa no s¨®lo la identidad y el valor de estos estudios, sino tambi¨¦n los enormes defectos estructurales que padece la educaci¨®n superior en Espa?a.Si algo qued¨® claro es que Humanidades, que pretende ofrecer una educaci¨®n generalista y transversal que haga honor a su nombre, se sit¨²a exactamente en los ant¨ªpodas de lo que son los estudios de Letras en la Universidad espa?ola, que desde finales de la d¨¦cada de los setenta han sufrido un galopante proceso de centrifugaci¨®n.
La desaparici¨®n de la carrera de Filosof¨ªa y Letras y el sistema departamental creado por la LRU ha degenerado, entre otras cosas, en la proliferaci¨®n casi infinita de filolog¨ªas o en la trituraci¨®n de la historia en periodos cada vez m¨¢s reducidos y, en general, a una especializaci¨®n ad infinitum de cada una de las materias.
Pese a sus or¨ªgenes a contrapelo, Humanidades se benefici¨® del hecho de que dos universidades creadas ex novo, la Pompeu y la Carlos III, pudieran organizar los estudios partiendo de cero, sin los condicionantes de un cuerpo docente ya establecido y dispuesto a repartirse el pastel. Tras un comienzo dif¨ªcil, en ambos casos la carrera parece haberse estabilizado. Este curso han bajado las matr¨ªculas en todas las disciplinas de Letras y s¨®lo han subido en Humanidades, incluso en universidades como la Aut¨®noma de Barcelona, donde compite con el resto. En las otras dos universidades, adem¨¢s, la Facultad de Humanidades imparte cr¨¦ditos opcionales en otras disciplinas. No sucede lo mismo en universidades como las de C¨®rdoba, Huelva, Castilla-La Mancha, Burgos o Zaragoza, donde Humanidades no s¨®lo tiene que competir con sus propias facultades de Letras, sino que ha debido edificarse con "coste cero" recurriendo a la plantilla ya existente, lo que, en palabras de Mar¨ªa de Carmen Poyato, de Castilla-La Mancha, se ha hecho a base de "un reciclaje puro y duro". Los profesores de estas universidades dedican un cierto tiempo a Humanidades. "Depende solo de su buena voluntad", dice el decano de C¨®rdoba, "porque no ha habido ning¨²n tipo de reciclaje".
El problema a?adido para estos estudios es que esencialmente pretenden "amueblar la cabeza", o como dice abiertamente Dolors Folch, de la Pompeu Fabra, "Humanidades no sirve para nada en particular". Antonio de las Heras, de la Carlos III, reconoce que "es una carrera hecha de retales, pero con esos retales hay que tejer una carrera, ensayar y elaborar. Es un proyecto muy joven que tiene que ir reafirm¨¢ndose".
No es de extra?ar que los estudiantes se quejaran de ser "conejillos de indias". Pero De las Heras reaccion¨® con vehemencia, asegur¨¢ndoles que "con esta formaci¨®n no tendr¨¢n problemas cuando a los 35 o 40 a?os tengan que buscar un segundo empleo, porque se les ha proporcionado unas neuronas flexibles. El problema lo tendr¨¢n quienes se han especializado".
Pese a todo ello, lo cierto es que es una titulaci¨®n en auge. No s¨®lo empiezan a proliferar las grandes empresas que buscan a generalistas con buen criterio, porque especialistas ya tienen y de todo tipo, sino que en aspectos m¨¢s concretos, como en las oposiciones para profesor de secundaria, una de las ¨¢reas a las que van a parar una buena parte de los alumnos de Letras, los de Humanidades cuentan con grandes ventajas, tiene un conocimiento m¨¢s general, domina todas las ¨¢reas, mientras que los de filolog¨ªas no saben mas que de una cosa.
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