Recogida de nueces
Los expertos electorales utilizan la expresi¨®n voto dual para referirse al diferente comportamiento ante las urnas de un determinado conjunto de personas en funci¨®n de cu¨¢l sea el ¨¢mbito (estatal, auton¨®mico o municipal) de cada convocatoria: ese sufragio estrat¨¦gico refleja las cambiantes preferencias partidistas de un mismo votante para designar a sus representantes en las Cortes Generales, el Parlamento auton¨®mico o el Ayuntamiento. El voto dual es emitido en el Pa¨ªs Vasco de forma regular y sostenida desde 1980: las elecciones del 25 de octubre no han hecho sino confirmarlo. Aunque las tasas de abstenci¨®n sean mayores por lo general en las auton¨®micas y en las municipales, la variable de la participaci¨®n electoral funciona, en cambio, de manera menos previsible. As¨ª, la concurrencia a las urnas fue bastante elevada en los comicios vascos de 1984 y 1986 (pr¨®xima al 70%) y muy baja (alrededor del 60%) en 1990 y 1994: la participaci¨®n del 25 de octubre (70,7%) ha regresado a las cotas altas de participaci¨®n. Sin embargo, las expectativas del PP y el PSOE, convencidos de que la movilizaci¨®n electoral obrar¨ªa en su provecho, han resultado infundadas: los mecanismos del voto dual han distribuido los beneficios de la mayor participaci¨®n casi por igual entre constitucionalistas y nacionalistas.Medida a efectos comparativos por el rasero auton¨®mico, la jornada del domingo consolid¨® la desahogada mayor¨ªa nacionalista de la pasada legislatura en el Parlamento de Vitoria (41 sobre 75 esca?os); sin embargo, los sufragios obtenidos conjuntamente por PNV, EA y EH (el frente amplio de HB) el 25 de octubre se sit¨²an dos puntos porcentuales por detr¨¢s (54,5% frente a 56,4%) de sus votos en las auton¨®micas de 1994. Mas dif¨ªcil resulta trazar las actuales fronteras de la minor¨ªa constitucionalista en el Pa¨ªs Vasco: nadie sabe a ciencia cierta si el asno de Burid¨¢n que Anguita y Madrazo han fabricado con material de derribo de IU, incapaz de optar entre Estella y Ajuria Enea, pace o no en el campo ocupado por PP, PSOE y UA.
Los cambios en la correlaci¨®n interna de fuerzas de cada bloque son importantes. En el ¨¢mbito nacionalista, EH gana 3 esca?os a costa no s¨®lo de EA (2), sino tambi¨¦n del PNV (1). La hist¨¦rica y malhumorada respuesta dada por Arzalluz a ese sensible retroceso (casi dos puntos de sufragio popular: del 29,8% al 27,9%) expres¨® su frustraci¨®n ante el hecho de que el efecto tregua no haya tenido rentabilidad electoral para el PNV; sin embargo, era l¨®gico que los recolectores de los votos ca¨ªdos del ensangrentado nogal plantado por ETA no fueran los dirigentes del PNV, sino los mandatarios pol¨ªticos de quienes han estado sacudiendo el ¨¢rbol de la violencia en el Pa¨ªs Vasco desde hace treinta a?os. Dentro del ¨¢mbito constitucionalista, los populares ganan 5 esca?os, avanzan casi 6 puntos porcentuales (del 14,4% al 20,1%) y desplazan del segundo lugar a los socialistas (relegados al cuarto puesto pese a ganar 2 esca?os); los foralistas de UA s¨®lo conservan 2 de sus 5 esca?os y acompa?an en el duelo a IU, tironeada entre una almidonada ret¨®rica y un desmedulado oportunismo que le ha llevado a perder 4 de sus 6 esca?os y a retroceder 23.000 votos respecto a las auton¨®micas de 1994.
El mapa electoral del 25 de octubre confirma el pluralismo pol¨ªtico, ideol¨®gico y cultural del Pa¨ªs Vasco; nacionalistas y constitucionalistas, gentes de derecha y de izquierda, independentistas y autonomistas, euskaldunes y castellanoparlantes, conservadores y radicales, personas nacidas dentro y fuera de la Comunidad Aut¨®noma, deben acostumbrarse a convivir dentro del mismo espacio social y cultural. Los resultados electorales en las tres provincias forales proyectan ese pluralismo estructural al ¨¢mbito territorial: mientras el PNV es el partido m¨¢s votado en Vizcaya, el PP logra el primer lugar en ?lava y EH ocupa la cabeza en Guip¨²zcoa. La ¨²nica forma segura de exorcizar para siempre el fantasma irland¨¦s de las dos comunidades separadas y de impedir la fractura c¨ªvica y territorial del Pa¨ªs Vasco ser¨ªa que los nacionalistas y los constitucionalistas fuesen capaces de crear las reglas del juego y los mecanismos institucionales adecuados para adoptar consensuadamente las decisiones pol¨ªticas que afecten a las cuestiones b¨¢sicas de su convivencia y de su futuro.
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