El ex general, trasladado a una lujosa cl¨ªnica que atiende a estrellas de rock
Su desaparici¨®n fue infinitamente m¨¢s breve que aquella de los chilenos de quienes no quedan m¨¢s rastros que retratos en blanco y negro. Augusto Pinochet Ugarte, general retirado del Ej¨¦rcito chileno, senador vitalicio de Chile y el hombre a quien Espa?a y otros pa¨ªses acusan de asesinato, descansa desde anoche en una exclusiva cl¨ªnica psiqui¨¢trica londinense por donde pasaron grandes estrellas del rock.
El traslado del octogenario exdictador chileno desde la habitaci¨®n del octavo piso de la London Clinic hasta un lecho del hospital Priory, en el norte de Londres, fue un tr¨¢mite aparatoso.Pinochet viaj¨® en una ambulancia escoltada por coches de Scotland Yard. El convoy estuvo precedido por tres motocicletas policiales conducidas por hombres de chalecos naraja y sirenas a todo volumen para superar el tr¨¢fico matinal. Dieron varias vueltas para confundir a los periodistas. El ejercicio no funcion¨®.
El Priory Hospital tiene varias secciones. Priory es un nombre que se asocia inmediatamente con el costoso centro de rehabilitaci¨®n de alcoh¨®licos y drogadictos cuya fama y finanzas permite a las estrellas buscar un retiro temporal.
Sus habitaciones son especiales. Hay televisi¨®n, tel¨¦fono y ninguna restricci¨®n para visitantes. En suma, el Priory es una cl¨ªnica que est¨¢ de moda. All¨ª cay¨® recientemente Paul Gascoigne, el astro futbol¨ªstico del Chelsea. Abundan versiones period¨ªsticas sobre pacientes famosos que van desde Eric Clapton hasta el bater¨ªa de Elton John.
En ese curioso ¨¢mbito, las gafas de sol, como las que se puso Pinochet para posar orgulloso aquel 11 de septiembre de 1973 en el que derroc¨® a balazos y bombas al Gobierno democr¨¢ticamente electo de Salvador Allende, son de rigor.
Los polic¨ªas que custodiaban la entrada al Grovelands Priory Hospital de Southgate estaban contentos. En la calle ya no hab¨ªa manifestantes chilenos. La voz de repudio se hab¨ªa apagado. Para los polic¨ªas a las puertas del Priory la misi¨®n consist¨ªa en vigilar calles limpias y adornadas por coches Bentley y un amplio surtido de BMW.
Encontrar el paradero del general Pinochet fue una empresa relativamente f¨¢cil. Scotland Yard dio un comunicado tajante. "Sabemos d¨®nde est¨¢ pero no vamos a decirlo", repet¨ªa un portavoz de la polic¨ªa en ese tono mon¨®tono reservado por las instituciones a los reporteros.
Mientras tanto, en un espacio del peque?o aeropuerto de Bryce Norton, la tripulaci¨®n del peque?o jet Gulfstream III de la Fuerza A¨¦rea chilena manten¨ªa la nave en espera de un viaje transatl¨¢ntico. La ¨²nica prueba de que Pinochet podr¨ªa abordarlo desde all¨ª, a 76 kil¨®metros de Londres, era la discreci¨®n de las recepcionistas de los dos hoteles vecinos. "No,no tenemos reservas de chilenos", repet¨ªa la j¨®ven. "Pero ll¨¢meme m¨¢s tarde porque creo que algo hay".
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