Bella vida

Roberto Benigni en La vida es bella, la pel¨ªcula que hoy cierra la Seminci, desv¨ªa su garabato viviente, su divertido bufo hacia instantes en los que su c¨¦lebre sal gorda se refina de tal forma que acaba inclin¨¢ndose hacia un patetismo conmovedor, en el que Benigni se mueve con la misma precisi¨®n que en sus bufonadas, pero sin abandonar sus registros de hombre caricatura. La pel¨ªcula mezcla de esta manera, con mucha sutileza y elegancia, la gracia y el sobrecogimiento, y discurre de forma serena, hermosa y grave, pues las risas que crea son indistintamente divertidas y comprometedoras, gozosas y dolorosas. Un signo de inesperada complejidad.