El Celta convierte en ¨²til el talento

A medio plazo, el buen f¨²tbol siempre compensa. La fortuna castig¨® miserablemente al Celta en Bala¨ªdos, pero la convicci¨®n y la fidelidad a un proyecto le retribuyeron anoche por todas las amarguras pasadas. Maravillosamente dirigido por Mostovoi, el Celta volvi¨® a exhibir en Birmingham la bandera del mejor f¨²tbol -¨¦se que se elabora con delicadeza e ingenio- y consum¨® una haza?a que algunos cre¨ªan imposible. De paso, el Celta garantiz¨® al Villa Park un lugar en la historia del f¨²tbol gallego, al reeditar la proeza que hace cinco a?os protagoniz¨® el Deportivo.Desde el saque inicial, el partido no conoci¨® la tregua. La tensi¨®n no decreci¨® ni un segundo y Celta y Aston Villa ofrecieron una gran noche de f¨²tbol, un espect¨¢culo emocionante e intenso, en el que el conjunto vigu¨¦s volvi¨® a demostrar su altura futbol¨ªstica. Hoy por hoy, no hay ning¨²n equipo en Espa?a que supere colectivamente al grupo de V¨ªctor Fern¨¢ndez. Fabrica el Celta un f¨²tbol exquisito y abierto, basado siempre en el toque y los apoyos, y en el prop¨®sito de jugar el mayor tiempo posible en el campo del adversario. Sobre sus muchos buenos futbolistas, volvi¨® a elevarse anoche la figura genial de Mostovoi, que una vez que ha logrado encajar en Espa?a su dif¨ªcil car¨¢cter se est¨¢ mostrando como un futbolista inmenso, un media punta sobrado de regate, visi¨®n de juego y disparo. En esas tres suertes brill¨® anoche especialmente y dej¨® su firma en todos los goles del Celta.

Agarrado a su victoria en Bala¨ªdos, el Villa opt¨® sin rubor por agruparse en el centro y buscar el contragolpe, con la confianza de que el rival cometer¨ªa descuidos en su anhelo de igualar la eliminatoria cuanto antes. Pero excepto alguna carrera de Collymore y de los espor¨¢dicos avances del lateral Charles, los brit¨¢nicos se limitaron a contemplar el recital de toques del Celta que siempre lleg¨® arriba con un f¨²tbol minuciosamente elaborado con la participaci¨®n de todo el equipo. Penev y M¨ªchel Salgado anunciaron algo grande, pero hace tiempo que ya es costumbre en el Celta que el honor de los goles decisivos corresponda a S¨¢nchez, quien resolvi¨® a la perfecci¨®n un maravilloso pase de Mostovoi al interior del ¨¢rea.

El ruso aparecer¨ªa minutos despu¨¦s para sacar a su equipo de una situaci¨®n muy comprometida. Por el medio se hab¨ªa entrometido el ¨¢rbitro belga, un incompetente que se?al¨® penalti en una jugada en que la mano de Mazinho fue tan flagrantemente involuntaria que ni los brit¨¢nicos alzaron la voz para protestar. Pero el Celta no se achic¨® con el empate de Collymore y s¨®lo cinco minutos despu¨¦s, en el 34, Mostovoi se volv¨ªa a coronar con un fant¨¢stico lanzamiento de falta.

Para allanar el terreno, el Celta recibi¨® un empujoncito de la fortuna al inicio de la segunda parte. Penev hizo el tercero en un sonora cantada del portero local y poco despu¨¦s un fort¨ªsimo disparo de Thompson se fue al palo. Pero de nuevo lleg¨® el ¨¢rbitro para sembrar de obst¨¢culos el camino del Celta. Con m¨¢s de media hora por delante, el belga Amand mand¨® a Berges a la ducha por una falta inofensiva. Puesto en esa encrucijada, el Villa recurri¨® a la brit¨¢nica: trat¨® de convertir el partido en una sucesi¨®n de bombardeos y choques, pero aun en esos momentos, el Celta se defendi¨® con decoro, volvi¨® a enarbolar la bandera del toque y acab¨® el partido, como los grandes, imponiendo su estilo.