El presidente de KIA afirma que el abogado del Estado de Kuwait decidi¨® no demandar a Prado

El empresario Manuel Prado volvi¨® a ser ayer protagonista ausente del juicio en Londres contra los ex gestores del grupo Torras. ?Por qu¨¦ no est¨¢ demandado si, como el mismo Prado ha reconocido, recibi¨® 100 millones de d¨®lares (14.000 millones de pesetas) de los 500 (70.000 millones de pesetas) que Torras reclama?, fue la pregunta repetida ayer por todas y cada una de las defensas. El presidente de Kuwait Investiment Authorithy (KIA), Ali Rashid al Bader, contest¨® a las interrogantes y atribuy¨® la decisi¨®n al "equipo legal de Kuwait", encabezado por el abogado del Estado.

La jornada comenz¨® con Al Bader testimoniando por segunda vez y con las preguntas del aguerrido abogado Richard Fields, defensor del ex presidente de la oficina de inversiones de Kuwait, KIO, Mohamed al Sabaj, primero en la lista de demandados. Fields estaba animado, pues el d¨ªa anterior hab¨ªa arrancado a Al Bader la confesi¨®n de que Prado integr¨® oficialmente una delegaci¨®n del Gobierno espa?ol que durante 1995 se reuni¨® en diversas ocasiones con los responsables de KIA (grupo del que depende KIO) y el Estado de Kuwait.Ayer, Fields y Plinio Coll, uno de los administradores de las sociedades que utilizaron los ex gestores de Torras para evaporar los 500 millones de d¨®lares objeto de la demanda, arrancaron a Al Bader nuevos detalles: s¨ª, en efecto, discuti¨® con Prado sobre la demanda de Londres, que ¨¦ste ¨²ltimo quer¨ªa paralizar y en las reuniones con el Gobierno espa?ol tambi¨¦n particip¨® el embajador de Kuwait en Espa?a, lo que daba mayor rango a las conversaciones.

Pero los abogados no consiguieron su objetivo de que Al Bader reconociera el origen pol¨ªtico (el consejo de Gobierno o el propio emir de Kuwait), de la decisi¨®n de no demandar a Prado en Londres. Al Bader afirm¨® que se enter¨® de que Prado hab¨ªa recibido los 100 millones de d¨®lares "por la prensa", cuando Javier de la Rosa, vicepresidente de KIO y su representante en Espa?a, hizo p¨²blico su testimonio en Londres, en el que atribu¨ªa esos pagos al empresario entonces afincado en Sevilla. El testimonio de De la Rosa fue oficial el 10 de noviembre de 1995. Es decir, que cuando Al Bader se reuni¨® con Prado la ¨²ltima vez, en junio de 1995 en El Cairo, no sab¨ªa el por qu¨¦ de las propuestas de ¨¦ste para buscar un arreglo al caso de Londres y si obedec¨ªan estrictamente a su propio inter¨¦s.

Declaraciones

La versi¨®n de Al Bader se apoya en algunos hechos. El primero y fundamental es que Prado neg¨® siempre a todo el que le pregunt¨®, desde pol¨ªticos a amigos, periodistas e incluso otros demandados, que ¨¦l hubiera recibido un solo duro. ?nicamente cuando De la Rosa hizo su declaraci¨®n, Prado reconoci¨® los hechos, pero para entonces hac¨ªa casi cinco meses que Al Bader no se reun¨ªa con ¨¦l. De la Rosa, que llevaba a?os presionando a Prado para que le ayudara, no hab¨ªa divulgado el dato porque lo consideraba su principal arma de presi¨®n sobre el empresario, el Gobierno e, incluso, la Corona.Pero, ?qu¨¦ pas¨® con los otros 400 millones que tambi¨¦n se reclaman en Londres? Conviene no olvidar que la demanda se refiere a una cifra total de 500. Precisamente, el bufete Baker and McKenzie se ha dedicado desde que asumi¨® el caso a saber qu¨¦ pas¨® con ese dinero. Cuanto m¨¢s se avance en ese terreno, mayor ser¨¢ la divisi¨®n entre las defensas, fundamentalmente entre las de Al Fabarj; el ex director general de KIO, Fouad Jaffar, y la ausente de De la Rosa, a cuyas cuentas presuntamente fue a parar la mayor¨ªa de los fondos, y las de los que alegan que simplemente prestaron sus servicios como asesores y abogados. Este es el caso de Juan Jos¨¦ Folchi o el de Plinio Coll. Para ¨¦stos, los pagos a Prado demostrar¨ªan que si creyeron en desembolsos pol¨ªticos, tambi¨¦n pudieron creer las otras explicaciones que les dieron sus jefes sobre el te¨®rico destino del dinero.