Los "reyes" del terror de serie B critican la violencia expl¨ªcita que el g¨¦nero tiene hoy
Larry Cohen, uno de los grandes realizadores del cine de terror de serie B, se mostr¨® ayer contrario a la utilizaci¨®n que hacen de la violencia los directores contempor¨¢neos del g¨¦nero en Estados Unidos. "Se muestra una violencia que nada tiene que ver con la de las d¨¦cadas de los 50 y 70. Es demasiado expl¨ªcita". Cohen present¨® en San Sebasti¨¢n junto al director William Lustig, el ciclo que les dedica la novena Semana de Cine Fant¨¢stico y de Terror.
A Cohen se le conoce por el trabajo rupturista y reflexivo con que destac¨® en el cine fant¨¢stico de terror de los a?os 70 y 80. "El terror", dijo ayer en San Sebasti¨¢n, "es s¨®lo un recurso para hacer aflorar las angustias, los problemas y las emociones de las personas". En sus filmes hay mucho humor soterrado, que se sostiene a trav¨¦s de una actuaci¨®n muy cuidada de los protagonistas. Vuelve a ir as¨ª contra corriente de la norma generalizada de los realizadores del g¨¦nero estadounidenses de la actualidad. "La comicidad surge hoy en esas pel¨ªculas por una exageraci¨®n de la situaci¨®n, en la que hay un exceso de sangre y violencia que provoca la risa del espectador", se?al¨® el director. Larry Cohen, autor de pel¨ªculas como La serpiente voladora (1982), se convirti¨® gracias a la saga de los beb¨¦s mutantes iniciada con Estoy vivo en 1974 en un "autor de culto marginal y poco apreciado", seg¨²n los responsables de la Semana, "poco apreciado por los fans m¨¢s radicales del horror". Fue a finales de los a?os 80 cuando estableci¨® una estrecha colaboraci¨®n con otro de los grandes del terror de la serie B, William Lustig. Los dos cineastas presentaron ayer el ciclo homenaje y el libro que les dedica la novena edici¨®n de la Semana de Cine Fant¨¢stico y de Terror de San Sebasti¨¢n. Su trabajo en com¨²n se ha ido estrechando a lo largo de varios filmes, que en algunos casos les han valido el calificativo de reaccionarios. "Lo que nos gusta", coincidieron ambos, "es invertir el orden establecido, coger las cosas y ponerlas al rev¨¦s. Se podr¨ªa definir como una subversi¨®n de im¨¢genes normales. Y eso significa que s¨ª, que en ese sentido somos reaccionarios". Esa subversi¨®n de sus pel¨ªculas les ha ocasionado m¨¢s de un problema en la exhibici¨®n de las producciones. "Hemos tenido encontronazos con la censura no s¨®lo en Estados Unidos; en todos los lugares del mundo". Una de las ocasiones que m¨¢s les fascin¨® ocurri¨® en Filipinas. Lustig recibi¨® una carta del Gobierno de Ferdinand Marcos que prohib¨ªa la proyecci¨®n de uno de sus filmes en el pa¨ªs. Entre los motivos esgrimidos se se?alaba que el filme "no era apto para el consumo humano y que las personas que lo hab¨ªan hecho ¨¦ramos diablos", explic¨® Lustig. "Me fascin¨® tanto que la enmarqu¨¦ y la tengo colgada en mi despacho". Tambi¨¦n en Alemania, hace s¨®lo dos a?os un proyeccionista fue detenido por la polic¨ªa por exhibir su pel¨ªcula Maniac. Lustig persigue ante todo la libertad creativa, la reclamada independencia que reivindic¨® la v¨ªspera en San Sebasti¨¢n Bill Plympton. Trabaj¨® recientemente en televisi¨®n y la experiencia, aunque no le disgust¨®, no supone lo que ¨¦l se plante¨® cuando comenz¨® a dirigir pel¨ªculas del g¨¦nero. "Es divertido, se gana mucho dinero, pero no es lo que yo quiero. Hay tanta gente involucrada en la toma de decisiones que no tienes la libertad de creaci¨®n de la que gozas cuando trabajas para una pel¨ªcula independiente", reconoci¨®. El homenaje a ambos realizadores pasa por la exhibici¨®n de algunos de sus filmes. Estoy vivo, Demon/God told me to y La serpiente voladora, de Cohen y Maniac, Maniac 2 y Uncle Sam, de Lustig. Ambos ceder¨¢n el testigo al realizador Sam Raimi, cuyo trabajo ser¨¢ reconocido el pr¨®ximo por la Semana, que dedicar¨¢ tambi¨¦n una retrospectiva al cine espa?ol de terror.
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