Pedante y bello

Qu¨¦ obra m¨¢s pretenciosa y m¨¢s pedante; como ellos mismos lo saben, introducen muchas veces la iron¨ªa, y lo hacen con finura y gracia. Ya es raro mezclar dos personalidades como la del arquitecto hist¨®rico Frank Lloyd Wright, quiz¨¢ en nombre de la geometr¨ªa, y un charlat¨¢n como Gurdieff, esoterista, entre fil¨®sofo y mago y magnetizador, que tuvo en el Par¨ªs de los 40 muchos disc¨ªpulos, que generalmente no entendieron nada ("Je vous laisse dans de beaux draps", en qu¨¦ barullo, en qu¨¦ laberinto os dejo, fueron sus ultimas palabras para sus disc¨ªpulos compungidos pero at¨®nitos). Mezclarlos con Trotski tocando al armonium la Internacional y a Stalin mismo dirigiendo personalmente pelotones de fusilamiento, todo ello con canciones jud¨ªas, o con un bar de homosexuales, o con una coreograf¨ªa r¨ªgida y geom¨¦trica; o con un divertido diablo gru?¨®n y fumador, quiz¨¢ revele solamente el deseo de llamar la atenci¨®n. El deseo de hacer teatro: a toda costa.Dejemos el sentido, dejemos la lectura de las largas notas y comentarios sobre el coro y el individuo, los maestros y los seguidores; olvidemos el deseo de entender algo, la voluntad de entender los tres idiomas en que se manejan los personajes, no nos importe nada ninguna figura ni ning¨²n s¨ªmbolo, y nos quedar¨¢ la perfecci¨®n de un teatro bien hecho, la voluntad y la persona del verdadero maestro de la obra, que es Robert Lepage.

Due?os de sus cuerpos

Los actores hablan mal en los tres idiomas, a los que se a?ade el supuesto castellano de la traducci¨®n luminosa, pero hacen bien sus gestos, marcan su geometr¨ªa, son due?os de sus cuerpos; y la escenograf¨ªa es inteligente, fr¨ªa y grata, y est¨¢ muy bien iluminada y... Bien, Robert Lepage es as¨ª, como otros grandes directores o creadores de nuestro tiempo; con menos profundidad que Peter Brook, con mas vitalidad que Robert Wilson; siempre son ellos los que se exhiben, y esta exhibici¨®n, terminada en punta con un baile pop para que los espectadores coreasen, gust¨® mucho, mucho. Yo no me aburr¨ª: no sabe nadie lo que lo agradezco en estos tiempos de tribulaci¨®n teatral.